EnPerspectiva.uy

Entrevista central, lunes 16 de mayo: Helen Clark

Facebook Twitter Whatsapp Telegram

EC —Uno de los aspectos más importantes de este proceso de selección parece ser la reforma de la ONU. Pero en su caso, después de siete años en el PNUD, usted es parte del sistema. Entonces, ¿es posible verla como una reformista?

HC —Definitivamente sí, porque de hecho lo que hice en el PNUD… el papel del secretario general es guiar a la ONU y la secretaría, yo guío el PNUD, que es un programa autónomo con sus propios fondos, con Estados miembro, pero no está directamente bajo la Asamblea General. Habiendo trabajado en el PNUD pude hacer muchas reformas, logré disminuir lo que se gastaba en lo administrativo aumentando lo que podemos dedicarle a los programas y las actividades, que es lo importante. También traté de bajar la presencia de nuestro personal en Nueva York y aumentarla en los países donde estamos tratando de ayudar.

O sea: tengo mi historial como alguien reformista. Una de las cosas fundamentales es haber traído transparencia al PNUD, porque el PNUD era como un organismo de los que clásica y tradicionalmente recababa información y lo dimos vuelta para ser transparentes. Durante dos años seguidos se nos ha juzgado como la organización de asistencia más transparente, mucho más que cualquier otra en el mundo. Quisiera usar ese mismo enfoque que utilicé como primera ministra, como administradora en la ONU, para la Secretaría General, para traer una nueva vida aquí.

EC —Por su gestión en el PNUD, pero también por su época de primera ministra, usted es vista como una administradora severa. Eso tiene que ver con uno de los desafíos principales de la ONU: sus finanzas. ¿Usted entiende, entonces, que esos antecedentes suyos son un fuerte en la candidatura y le pueden asegurar, por ejemplo, el apoyo de EEUU, que es algo importante, porque ese país es actualmente el principal soporte financiero de la ONU?

HC —EEUU es el mayor contribuyente, el que más aporta al presupuesto, no solo de la ONU sino también de las fuerzas de mantenimiento de paz. Obviamente, también Japón, Alemania y Reino Unido están en los primeros lugares de la lista. Pero yo creo que lo fundamental para poder convencer y obtener fondos es ver en qué se gasta y obtener el mejor valor para el dinero. Una de las cosas que yo digo es: ¿estamos gastando con la sabiduría que deberíamos?

En términos generales creo que es una tarea que ahora está pidiendo a gritos liderazgo, porque el mundo está con muchos problemas y mira a la ONU buscando soluciones, ya sea con conflictos intratables, para guiar al mundo, para evitar las peores consecuencias del cambio climático, para lograr la erradicación de la pobreza extrema… La ONU tiene que estar en la primera línea, tiene que ser la voz para todas las voces y la salvaguarda de los Estados pequeños, como Nueva Zelandia y Uruguay. Nosotros dependemos más que nadie del respeto al derecho internacional y de que se respeten los tratados y las convenciones.

EC —¿Pero qué dice usted a propósito del apoyo de EEUU a su candidatura?

HC —Habiendo tenido puestos clave en mi país y en la ONU, los países que tienen un lugar permanente en el Consejo de Seguridad [China, EEUU, Francia, Reino Unido y Rusia] me conocen muy bien. Yo me senté en la mesa con los cinco, durante ocho de mis nueve años como primera ministra me senté en la mesa en la cumbre del consejo Asia-Pacífico [en referencia al Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico]. De manera que puedo decir, de mí y de Nueva Zelandia como marca, que somos directos, somos diferentes. Tal vez no todo el mundo esté de acuerdo con lo que mi país y yo hemos dicho en cada una de las ocasiones, pero saben qué van a conseguir: somos muy directos y transparentes.

EC —Usted viene del Partido Laborista de Nueva Zelandia, ¿considera que ese es un aspecto importante de su perfil como candidata en esta carrera para el cargo de secretaria general de la ONU?

HC —En mi trabajo en la ONU obviamente yo he dejado atrás la política nacional, soy una funcionaria a nivel global, trabajo con gente de todos los credos y culturas. Creo que lo que es muy importante sobre mi candidatura es que está siendo defendida por el gobierno de Nueva Zelandia, desde el primer ministro -que fue el que me venció en las elecciones- para abajo. Eso muestra que tengo la capacidad de tener una buena relación con todo el espectro político y que me gané su respeto.

EC —En el documento con su programa usted aboga por una ONU que se anticipa y responde al mundo. ¿Qué quiere decir con eso?

HC —Si uno mira muchas de las crisis que atraviesa el mundo en este momento, no salieron de la nada, muchas veces surgen de grandes déficits de desarrollo subyacentes en la sociedad. La ONU tiene una presencia increíble a nivel mundial; aquí estamos en Uruguay, que es un país en desarrollo pero de altos ingresos. Desde los países más ricos hasta los más pobres, como Somalia, cuentan con nuestra presencia; sabemos qué es lo que está pasando. Pienso que para prever las crisis, trabajar para la prevención a largo plazo de los conflictos y cuidar la seguridad de la gente, tenemos que utilizar mucho más la fortaleza de los equipos de la ONU en los países, la gente que ha estado guiándonos en los últimos siete años. Con frecuencia cuando se habla de paz y seguridad es porque las cosas salieron muy, muy mal. El despliegue de fuerzas de mantenimiento o de imposición de paz es necesario porque las cosas marcharon muy mal. Yo creo que tendríamos que utilizar más las redes que tenemos en el mundo para anticipar y evitar las crisis. Tenemos la habilidad para hacerlo. […]

Comentarios