
EC —Usted encontraba que no tenía posibilidad de hacer política desde su postura…
RC —Sí, más libre como hombre de izquierda.
EC —… una postura que se ha calificado como ortodoxa. Usted era un hombre muy cercano a Reinaldo Gargano, a quien fue canciller, líder del partido también durante años.
RC —Sí, fui cercano a Polo. De hecho estuve dialogando con él hasta los últimos momentos tan fatídicos previos a la intervención que luego lo dejó en estado de minusvalidez.
EC —Esa era su ubicación dentro del partido. ¿La que hoy representa, por ejemplo, la corriente que encabezó Daniel Olesker en las internas del partido?
RC —He dicho muchas veces que el garganismo no era un cuerpo de doctrina que identificara a una corriente determinada. Era más bien –y creo que sigue siendo en algunos compañeros que conservan esa impronta– una actitud militante: primero, una gran fortaleza ética; segundo, un gran tesón para defender los principios por los que uno lucha; tercero, mucha consecuencia y tenacidad en el enfrentamiento a los adversarios conservadores. Esa era la impronta de Gargano, que muchos traemos de muchos años de lucha, que se puede resumir en eso: firmeza, tenacidad; lo cual no quiere decir hostilidad ni dejar de jugar con las reglas a mi juicio muy civilizadas que tenemos en la sociedad uruguaya para hacer política.
EC —Usted se alejó del PS en 2014. O sea que en este comienzo de 2016, cuando se definieron las candidaturas a la presidencia del FA, ya llevaba casi dos años a la intemperie.
RC —Así es.
EC —¿Cómo surge su postulación? ¿De dónde sale su nombre?
RC —Quien puso mi nombre, cuando ya estaba un poco retirado a la vida particular, fue el compañero Mujica, fue quien lo planteó públicamente. Allí quedó el nombre flotando. Después los compañeros del Movimiento de Participación Popular (MPP) toman la decisión de promover a Pacha, y otros compañeros recogieron la iniciativa de Mujica y me fueron a ver para que no me retirara de esto. Después de muchas conversaciones llegamos a la conclusión de que mi candidatura podía aportar, podía aumentar el debate, la convocatoria, el esfuerzo por sacar al FA de este estado de cierta desmovilización y falta de entusiasmo en que está e impulsarlo a una fase mejor, superior de lucha política. Y eso es lo que estamos buscando alcanzar a partir del 25 de julio.
EC —Hay quienes ven que en esta campaña se ha venido dando una polarización entre Javier Miranda, apoyado por el astorismo y el PS, y Alejandro Sánchez, surgido del MPP. Después está José Bayardi, impulsado básicamente por su sector, la Vertiente Artiguista. ¿Cómo se planta usted en un escenario así?
RC —Lo que he visto y lo que me trasmiten los compañeros que están militando y trabajando en las bases y en el territorio es que esa polarización no existe. Y en todo caso mi objetivo es que no exista, así que para eso estamos trabajando. No existe ahora y trataremos de que no exista después, porque toda polarización es una tensión innecesaria dentro del FA.
EC —Lo preocupa la idea de una polarización entre astorismo y mujiquismo en el FA.
RC —Suponiendo que eso pueda mantenerse así. Porque creo que el Frente está entrando en un momento de renovación histórico-política, sin apearse de sus principios y sus objetivos fundamentales, está entrando en una nueva etapa. Así que es la propia realidad, me parece, la que va a terminar con estas dimensiones de astorismo y mujiquismo, por la propia lógica de la evolución. Lo que me interesa es rescatar del FA lo que es su principal riqueza, que es su pluralidad. Pero siempre con la preocupación de que esa pluralidad no se transforme en dispersión, porque hay un límite tenue entre las dos cosas.
EC —¿Hoy el FA está viviendo una dispersión?
RC —Lo he dicho públicamente, estamos ante el riesgo de que nuestra pluralidad se transforme en dispersión. Por eso necesitamos hacer un gran esfuerzo de debate político y de síntesis política.
EC —¿A qué se refiere con dispersión? ¿Puede explicar un poco mejor ese concepto?
RC —Uno escucha muchas voces del FA, sectores, personas, iniciativas, comentarios, evaluaciones, y yo que a esta altura he recorrido todo el país, veo que el gran vacío está en saber cuál es la voz del FA, porque se escuchan muchas voces en el FA.
EC —¿Y puede haber una voz del FA?
RC —Tiene que haber una síntesis, si no estamos dando el espectáculo que estamos dando ahora, de que terminamos perdiendo credibilidad si demostramos que tenemos dificultades para hacer una síntesis política. Tenemos que tener un fundamento común sobre la visión de la realidad y sobre nuestro plan de acción. Y todo el mundo capta que estamos con dificultades para eso.
EC —¿Por ejemplo, el trámite del proyecto de Rendición de Cuentas?
RC —Hemos tenido varios malos ejemplos. La forma en que hemos manejado el tema educación ha sido disonante, la forma en que hemos manejado el tema del Ancap ha sido peor, la forma en que estamos manejando ahora la coyuntura económica también tiene disensos y cosas mal sintetizadas que se hacen evidentes para todo el mundo. Esto se tiene que terminar.









