
EC —Sí, Dardo mismo, que está pasando por un mal momento de salud.
SB —Sí, pero se está recuperando, gracias a Dios, y bien. Estamos en la búsqueda del encuentro del nacionalismo popular ese que interpretaron Luis Alberto de Herrera o Wilson Ferreira. Esa es la expresión que queremos darle al partido, que queremos que sea la matriz ideológica y la motivación de la movilización partidaria. Que implica mucha presencia del pensamiento ciudadano en la discusión política, mucha participación, que implica un partido de porteras abiertas y que implica la presencia de la vivencia cotidiana del ciudadano en las discusiones de la política y no la política como simple juego de estrategias electorales. Eso es lo que andamos buscando.
EC —Usted habla de nacionalismo popular.
SB —Es eso. Algunos de los compañeros hablan de un espacio socialdemócrata también. Lo que no queremos es distraer esa búsqueda en las cuestiones meramente electorales […]. No sabemos si vamos a terminar yendo con una candidatura propia, si vamos a algún tipo de acuerdos políticos, si mañana esa expresión podría terminar haciendo un acuerdo con algunos de los candidatos que ya están. Lo importante para nosotros es la presencia de esta forma de pensamiento en la vida partidaria.
EC —Usted toma una cantidad de precauciones, pone límites a las especulaciones sobre el formato final de esto. Pero para ser un poco más precisos, además de estos nombres que mencioné, ¿hay otros?
SB —Por supuesto que hay otros intendentes, exintendentes y jerarcas de algunas intendencias que están trabajando fuertemente en este espacio, y que hay técnicos que están empezando a darles forma a algunas ideas.
EC —Por ejemplo, Búsqueda hablaba la semana pasada del intendente de Durazno, Carmelo Vidalín, y del intendente de Artigas, Pablo Caram, como interesados en participar del proyecto.
SB —De eso hay, por supuesto. Pero no nos gustaría adelantarnos a expresiones de ese tipo, porque los proyectos políticos son proyectos políticos, pero si queremos un partido de puertas abiertas no vamos a organizar un movimiento de puertas cerradas, ni tampoco un movimiento centrado en el interés de alguno de nosotros. Lo que tenemos es el centro puesto en esa necesidad que tiene el país de que esta propuesta esté sobre la mesa, esa es la idea que nos está moviendo.
Y lo nuestro no es precaución, es sencilla conciencia de que fuimos elegidos para gobernar, que tenemos que gobernar nuestros departamentos y ayudar a gobernar el país siendo absolutamente constructivos y haciéndolo desde el lugar que nos ha asignado la ciudadanía. Y que no podemos andar anticipando tiempos electorales y con esa anticipación de los tiempos electorales generando ese tipo de presunciones y de discordias que lo electoral trae consigo.
EC —Pero es un hecho, en la vida política se trabaja por lo menos en dos carriles cuando alguien como usted ocupa un cargo de gobierno: la gestión correspondiente en ese puesto de la administración, y por otro lado siempre está lo político-partidario, que se lleva su tiempo, se lleva sus desvelos, se lleva sus reuniones. Es así.
SB —Sí, es así, pero tiene grados, y grados bien diferenciables. Ninguno de nosotros está para ser tan irresponsable de no cumplir con su deber, su mandato, por encarrilarse en una tarea que sabemos fundamental, que sabemos trascendente como contribución al país. Pero estamos haciendo lo que más queremos hacer, entonces de modo alguno podemos andarnos anticipando en los tiempos y andar anticipando tiempos electorales que el país no debe estar viviendo hoy.
EC —¿Cómo define lo de nacionalismo popular con un poco más de precisión? Se lo pregunto teniendo en cuenta comentarios como este que llega de la audiencia, de Julio de Rivera, que recuerda una expresión suya: “’Al PN le faltan mediotanque y Carnaval’. ¿Eso no es populismo, el populismo que tanto critican?”.
SB —El populismo tiene una base de captación irresponsable, de dilapidación de dineros públicos. Y nosotros estamos en la introducción de las verdades del pueblo, las verdades que tiene el ciudadano común, en la vida política, y de permitirle al ciudadano que sea él mismo el protagonista de las iniciativas que quiere para el país y de los controles que debe darle al país. Que la ciudadanía sea un ejercicio diario de cada uno, más allá del lugar que le toque tener, que los ciudadanos todos tengamos una participación constructiva, positiva, pero comprometida al fin en la vida cotidiana, y que el Uruguay vuelva a ser a la uruguaya.
EC —¿Dejó de serlo?
SB —Ah…









