
EC —¿Cuándo dejó de serlo, cuándo se perdió eso?
SB —En los últimos acontecimientos hemos visto hechos bastante diferentes de lo que es la historia política del Uruguay.
EC —¿A qué alude concretamente?
SB —Antes cuando un ministro cometía el más mínimo error, asumía su responsabilidad y dejaba su cartera. En los sucesos de estos últimos meses, de estos últimos días, vimos un vicepresidente de la República, que es responsable principal de un déficit de US$ 1.000 millones en una empresa pública, que se presume que cometió algunas irregularidades como gastos en campañas electorales del orden de los US$ 10 millones confundiendo su empresa de publicidad con la del ente, que se presume que realizó compras de camiones y pagos anticipados de fletes con una empresa que habría ganado la licitación sin tener los medios para poder cumplir con su cometido. Y no se presumen tanto lo del colchón y la raqueta, la tarjeta corporativa que no se auditaba y el título que no se tenía. Y que cuando se despide se va como héroe nacional. Este tipo de cosas muestran un cambio en la política uruguaya.
Pero además había otro tipo de diálogo político, había construcción colectiva entre los partidos, había otro tipo de fraternidad y respeto por los ciudadanos a la hora de construir el país, y las barreras político-partidarias no estaban tan presentes en la vida de las decisiones del país. Entonces necesitamos hacer este tipo de cambio.
EC —A su vez, ese espacio wilsonista o de nacionalismo popular, ¿cómo se vincula con AN? ¿Está dentro?, ¿está fuera? ¿Cómo se vincula con Jorge Larrañaga?
SB —Esas son las decisiones que en algún momento nos tocará tomar. Por ahora estamos muy preocupados por que esta cuestión, que es esencial, esté presente, y con la suficiente fuerza y contundencia. Después decidiremos cuáles son los caminos que vamos a tomar en materia electoral. No sería honesto si adelantara algún tipo cuestiones, porque iría a pensamientos absolutamente personales y no discutidos con los compañeros.
EC —Está bien, pero la respuesta que usted da tiene información de todos modos. Usted no da como un hecho, no da como seguro que este espacio permanezca en AN.
SB —No, para nada. Lo que digo es que vamos a ser una expresión del partido. Las formas las veremos.
EC —Y por ejemplo, ¿cómo ven la iniciativa que ha lanzado Jorge Larrañaga, que llama Juntos y que implica una corriente más amplia que AN, que podría dar cabida a planteos como este?
SB —Nunca estuvimos allí, ninguno de nosotros estuvo allí.
EC —Por lo tanto tampoco la ven con mucho entusiasmo, por lo visto.
SB —No. Ese formato, esa idea, eso no fue, no.
EC —En paralelo al movimiento de los intendentes, la senadora Verónica Alonso viene trabajando y perfilando lo que muchos entienden que es directamente su precandidatura presidencial. Está trabajando con el diputado Pablo Iturralde y el presidente de la juventud del PN, Gonzalo Baroni. ¿Cómo juega ese otro factor, esa otra pieza en todo este tablero?
SB —Es parte del diálogo intrapartidario que estamos manteniendo. La vemos a Verónica trabajando fuertemente en ese sentido, tratando de construir también una opción, y nos hemos acercado mucho en conversaciones. Pero son espacios por ahora distintos.
EC —Son espacios distintos, pero con la posibilidad de que terminen confluyendo.
SB —Por supuesto. Seguramente más posibilidad que con muchos, pero también podría no confluir. A ninguno de nosotros le gusta generar expectativas desmedidas con respecto a lo que puede ser. Nos gusta más hablar de las realidades concretas de lo que venimos avanzando.
EC —El viernes se vio a algunos intendentes de este grupo en el acto organizado por Iturralde en el Salón Dorado de la Intendencia a propósito del PN y su agenda social. ¿Entonces?
SB —Sí, por supuesto, es parte de esas contribuciones a la creación de un espacio de sensibilidad en el país.
EC —¿Y el tema políticas sociales en particular? ¿Por qué hablar de eso ahora?
SB —Supongo que Iturralde, que está conformando un fuerte grupo en la zona metropolitana, lo que tenía detrás de todo esto era la sensación de que el partido podría tener alguna pequeña deuda en ese sentido; más que el hecho de que el partido tuviera deuda en ese sentido, que el discurso partidario tuviera deuda en ese sentido, y decidió hacer centro en lo social. Porque además hoy se ha vuelto trascendente en toda la cuestión educativa, toda la cuestión de la salud pública y su manejo, algunos sectores de la población que siguen siendo desplazados, en las formas de participación y las mejores herramientas para ser no solo eficaz, sino eficiente en la aplicación de las políticas sociales. Eso fue lo que estuvo arriba de la mesa.
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