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Entrevista central, lunes 19 de febrero: fiscal Gilberto Rodríguez

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EC —Efectivamente generó esas otras manifestaciones de violencia. Tengo relatos por ejemplo que dicen: “Fuimos testigos de pedrea de varios automóviles cuyos conductores se desplazaban hacia el centro”…

GR —Varios automóviles, rapiñas, hurtos, daños en vidrios de vehículos. Eso generó inclusive una respuesta y hubo todo un trabajo que hizo la zona 2, me mantuvieron al tanto para realizar un operativo para hacer desplegar a esta gente, lo cual generó un número de 11 o 12 adultos y creo que dos o tres adolescentes que fueron detenidos. También fueron citados algunos de los damnificados o denunciantes que pudieron encontrarse, las autoridades se abocaron a estudiar los videos y a tratar de encontrar registros de vehículos para atender a otros denunciantes que no hubieran podido ser ubicados o no se hubieran presentado. Se hizo un registro de estas personas para tratar de individualizar la forma en que venían vestidas, para tratar de tener una identificación concreta de ellas. Esa investigación no quedó cerrada, fueron liberados luego de unas cuantas horas de interrogatorio de la policía, se juntó esa información y con esa información se sigue trabajando y analizando sobre todo las cámaras, viendo si hay más cámaras. Por esta dificultad que a veces hay en el reconocimiento eso es una prueba, muchas veces uno en el ámbito de la investigación preliminar tiene que juntar elementos y eventualmente pedir una prueba anticipada de reconocimiento judicial para hacerla valer como prueba.

EC —Fue un episodio grave, hubo gente que acertó a pasar por allí sin saber a qué se exponía y la pasó muy mal.

GR —Fueron apedreados, sí.

EC —Algunos automóviles incluso eran desviados hacia calles laterales donde a su vez los estaba esperando otra gente que formaba parte del mismo grupo para romper los vidrios e intentar las rapiñas correspondientes. Creían que se estaban salvando del problema y se metían en otro.

GR —Efectivamente. Sí, un hecho absolutamente violento. Como decía, estos hechos generalmente son peligrosos y el Código Penal muchas veces los regula como delitos de muchedumbre, más allá del delito del que se trate. La muchedumbre es una figura violenta, que genera un gran tumulto, un gran daño y dificultad para identificar a quienes forman parte de esas hordas, lo que requiere un tratamiento delicado. Lamentablemente se requieren tiempos de estudio para tratar de hacer bien las cosas, identificar las personas…

EC —No es la primera vez que pasa, recuerdo por lo menos un antecedente de mayo de 2016 en la zona de Casavalle, una tarde, un viernes, que terminó con ómnibus encendidos fuego, fue muy espectacular y muy grave. Una cosa como esta recuerda las peores realidades de otras ciudades latinoamericanas, y eso inquieta.

GR —Sí, inquieta, preocupa y es motivo de estudio, porque todas estas cosas son importadas. La delincuencia es un mal y deleznable negocio que también requiere un aprendizaje de otras realidades que se van importando. Eso tiene que ser motivo de estudio, las autoridades lo estudian, lo analizan. Son otros códigos, estuve en Crimen Organizado y uno podía tomar cuenta de que cuando tenía ciertos delincuentes de carácter extranjero se generaban otro tipo de códigos, de tratos, es gente que muchas veces se comunica generando temor, persuadiendo a través del delito, generando un temor generalizado en la sociedad. Son técnicas delictivas que ingresan al país y desgraciadamente uno no puede darles la espalda, tiene que tratar de estudiarlas, comprenderlas y contenerlas.

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Transcripción: María Lila Ltaif

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