
EC —La hoja de ruta, el libro blanco de la reforma educativa que Eduy21 se lanzó el viernes pasado. Lo que se presentó en sociedad fue el trabajo que empezó el día siguiente, cuando se encontraron los técnicos agrupados en las distintas comisiones. Repasemos los capítulos cuarto y quinto de la hoja de ruta.
RO —El cuarto capítulo es cuáles son las estrategias fundamentales para efectivizar esas metas. Ahí un punto es un marco curricular común a la educación básica y la educación de jóvenes, de una diversidad de ofertas de educación de jóvenes que permita captar a diversas poblaciones. Entendemos que la política educativa no debe ser estadocéntrica, un Estado garante hoy día no es un Estado que ejecuta todo, es un Estado que orienta, da seguimiento y evalúa, pero hay diversidad de ofertas a nivel público, a nivel privado, a nivel de la sociedad civil, que hay que mancomunar de alguna forma.
Otro punto fundamental es crear un sistema nacional de desarrollo y evaluación curricular. Hoy no tenemos un sistema nacional de evaluación de aprendizaje, tenemos a Pedro Ravela coordinando el equipo que está trabajando en esa línea.
EC —Existe el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed).
RO —Sí, el Ineed cumple una función fundamental y está dirigido por una persona muy destacada, como Mariano Palamidessi. Creemos que hay que refortalecer el Ineed, en el sentido de no solamente evaluar, sino también de apoyar y orientar los nuevos currículos. Pensamos que el Ineed puede cumplir una función de think tank del sistema educativo y de orientarlo en todo lo que es la discusión sobre los contenidos educativos, las estratégicas pedagógicas. Pensamos que hay que transformar el Ineed en una agencia de desarrollo y evaluación curricular, como pasa en el mundo hoy día. Por ejemplo, en Holanda no trabajan los inspectores o los especialistas por nivel, trabajan todos juntos y orientan a los centros educativos. Pensamos en un esquema así.
El otro punto es la formación y la carrera docente. Pensar una formación docente mucho más ajustada a esta idea de la necesidad de saber cómo aprenden los niños hoy en día y cómo personalizar los aprendizajes, incorporar mucho más los avances de la neurociencia en la formación de los futuros docentes. Ahí seguramente tanto Ariel Cuadro como Guillermo Fossati nos van a dar una muy buena mano, y además vamos a traer gente del exterior que nos va a ayudar en esta línea. Pensamos en una carrera docente no basada solamente en la antigüedad, sino basada en la excelencia y el desarrollo profesional, dándole al docente capacidad de decisión. Porque Eduy21 parte de dos ideas: el docente es el principal tomador de decisiones del sistema educativo y el docente es el protagonista de los aprendizajes. Ese es el nervio conceptual.
Y por último, el capítulo 5, instrumentos y recursos, es ya el conjunto de medidas concretas. Un anteproyecto de una nueva ley de educación, un nuevo reglamento de centros educativos, un nuevo reglamento de estatuto docente, un nuevo estatuto docente, un nuevo presupuesto quinquenal. Ahí ya tenemos trabajando desde el sábado a Gabriel Oddone, Rafael Mantero, Bruno Gili, Javier de Haedo, Ignacio Munyo y Héctor Busson –que estuvo trabajado en ANEP también– en cómo armar un presupuesto que se alinee con el cambio educativo. Porque hoy día el presupuesto tal cual está estructurado es un impedimento para un cambio educativo.
EC —¿Por qué?
RO —Porque tiene tantos entramados de líneas presupuestales, ajustadas unas a otras, que no permite tener claridad en cómo uno direcciona los recursos. Ni tampoco permite tener claridad en saber si uno es realmente equitativo y justo en la distribución de recursos.
Después eso va a implicar cuantificar el esfuerzo de inversión. Entendemos que seguramente esto va a implicar redireccionar los recursos existentes, pero va a implicar un esfuerzo fiscal adicional. Ahí los economistas, como Gabriel Oddone y el equipo, nos dirán cuál es el margen fiscal que tenemos para un esfuerzo de estas características.
EC —¿Con qué horizonte Ustedes van a trabajar en esta hoja de ruta? ¿Qué plazo se han marcado?
AA —Fin de año. El libro blanco, que tiene las hojas en blanco todavía, las va a tener escritas a fin de año. Fin de año sería el lanzamiento del libro blanco completo.
EC —Y es una reforma para aplicar en principio de 2020 en adelante. O sea, desde el próximo período de gobierno en adelante. ¿No ven posible, no entienden que haya margen para incidir ahora mismo en reformas en la educación?
RO —El otro día Fernando Filgueira mencionaba que él va a liderar el proceso de consulta a los partidos políticos en esta rendición de cuentas, justamente para ver si algunas de estas propuestas pueden ser plasmadas en esta rendición de cuentas. Por ejemplo, se está pensando en aumentar la partida económica a los profesores con titulación, pero he aquí que los profesores con titulación están fundamentalmente concentrados en los centros educativos de mayor nivel socioeconómico.
AA —Cosa que sabemos desde hace 30 años y no ha pasado nada.
RO —Entonces queremos decir: atención con esto, no hagamos una propuesta educativa que termine agravando la inequidad. Vamos a tener una serie de diálogos con todos los partidos políticos para ver qué viabilidad hay para que algunas de las ideas que tenemos hoy puedan ser plasmadas. Igualmente creemos que estas son medidas de ajuste, lo fundamental para nosotros es pensar un cambio sistémico.
EC —¿Cómo se dará el paso del libro blanco a la realidad? ¿Cómo tienen previsto que este trabajo que han iniciado tenga alguna chance efectivamente luego de convertirse en reforma educativa?
AA —Entre nosotros mismos también hay dudas, desacuerdos, porque la estrategia de cambio es una cosa bastante compleja de pensar y de armar. Una de las cosas que tenemos más claras es que el cambio es global, pero estos cambios importantes, de reforma sustantiva, han funcionado mejor en los lugares donde se ha empezado por algunas áreas concretas, no haciendo todo a la vez.
RO —Puertas de entrada al cambio.
AA —Por ejemplo, uno de los referentes que tenemos, Michael Fullan, en Canadá, hizo una reforma enorme de la educación media y de la educación docente, pero tomó dos o tres metas por año y sobre los logros de esas dos o tres metas iba construyendo sucesivas metas. Entre nosotros hay quienes dicen que primero hay que atacar el tema del qué y el para qué, y otros decimos que si no cambiamos el tema estructural y de gestión y de gobierno nada de esto va a funcionar. Es una discusión realmente abierta. Entonces, si dentro de nosotros todavía está abierta, más abierta va a estar con los demás. Para fin de año tendremos que tener una respuesta concreta y una propuesta para hacerle al país.
EC —Vayamos un escalón más arriba todavía: ¿el hecho de que en esta fundación haya representantes de distintos partidos y sectores políticos garantiza que lo que surja va a tener respaldo de todos los partidos?
RO —Creo que es una condición necesaria.
EC —¿De acá saldrá efectivamente el acuerdo multipartidario de reforma de la educación del que venimos hablando desde hace tantos años?
AA —Esa es la idea.
RO —Creo que sí, creemos que sí, porque acá se han combinado dos lógicas, una lógica de convocar sin distinción de credos y afiliaciones a la gente que vimos que más podía aportar en educación, y porque quienes tienen alguna bandería política detrás –porque en Eduy21 hay gente de todos los partidos políticos– han manifestado su intencionalidad y su interés en ser también interlocutores con el sistema político. La propuesta del libro blanco no es la propuesta que vamos a tener hacia fin de año, ya estamos dialogando con el sistema político. Vamos a discutir algunas de las cosas que decía Adriana.
Adriana colocaba un tema central: ¿cuál es la puerta de entrada al cambio? Una posible puerta de entrada al cambio es pensar un nuevo marco curricular pedagógico y reordenar el sistema a partir de ahí. Ahora tenemos claro que el diálogo con el sistema político va a ser permanente, no vamos a esperar para darles una cuestión, vamos a empezar a hacer un poco de docencia sin modelización, pero docencia, en cuanto a las propuestas.
AA —Hay una cosa importante a la que apostamos, y que es quizás la más política en el sentido amplio: si decimos que es un movimiento que convoca a ciudadanos, es porque queremos que los ciudadanos estén involucrados en esto. Y si los ciudadanos están involucrados en esto, los ciudadanos tienen representantes. La idea es que haya mayor presión general sobre la urgencia.









