
EMILIANO COTELO (EC) —Una primera puntualización: ¿cuándo se incorporó cada uno de ustedes a este proceso?
HUMBERTO TESKE (HT) —Yo cuando estaba firme el auto de procesamiento, pero… en abril de 2012 más o menos, a los 15 días de que [Pereira] había sido procesado.
ANDRÉS OJEDA (AO) —Al mes del procesamiento, pero como lo tomó mi socio inicialmente, la defensa se mantiene.
EC —Conviene aclarar que, como dije al pasar en la introducción, este fue un caso particularmente cargado de cambios, no sólo en la defensa. Hubo dos jueces, Rolando Vomero, que es quien procesa inicialmente, y Dolores Sánchez, que es quien absuelve. Hubo tres fiscales: Diego Pérez, que solicitó procesamiento por homicidio especialmente agravado, Gilberto Rodríguez, que acusó por tentativa de homicidio especialmente agravado, y Mónica Ferrero, la última fiscal, que pidió la condena ya por delitos más leves, violencia privada y suministro de estupefacientes.
Este último detalle es importante, me parece que vale la pena que sea subrayado: cuando la jueza absuelve a los implicados no lo hace ya a propósito de la imputación original, la de los 15 homicidios, sino de delitos bastante menores. Eso era lo que estaba pidiendo en ese momento la Fiscalía, porque las pruebas se habían mostrado insuficientes para determinar la culpabilidad que originalmente se había manejado. ¿Qué dicen ustedes sobre este aspecto?
HT —Con respecto a la cantidad de [operadores] que han intervenido en el proceso: Vomero es ascendido a ministro del Tribunal de Apelaciones, y en el sorteo [el caso] va justo al tribunal donde él estaba ejerciendo funciones. Por ese motivo Vomero se excusa, hay un sorteo y sale sorteado el doctor William Corujo. Luego no se ponen de acuerdo, hay una discordia -en la sentencia no se dice cuál es, dice nada más que hubo un arduo debate-, se hace un nuevo sorteo y nombran al doctor Ángel Cal…
EC —Esas fueron otras alternativas que tuvo este proceso, los cambios que se introdujeron por la incorporación de un ministro más al Tribunal de Apelaciones.
HT —Entonces, si usted suma la posición de los cuatro ministros del Tribunal de Apelaciones más la de la doctora Sánchez, hoy tenemos a cinco jueces que avalan la inocencia.
EC —Y sobre esto que yo subrayaba: el hecho de que las imputaciones fueron cambiando, la gravedad de los delitos fue cambiando a lo largo de los años…
HT —Fueron cambiando principalmente en el desarrollo de la prueba, cuando se empieza a ver que no coincidía, cuando vienen los primeros informes técnicos… Ya desde la [prueba] química del Instituto Técnico Forense, que en el caso de la primera señora –yo me voy a estar reservando el no estar nombrándola constantemente, pero me refiero a la señora Gladys- se encuentran en su orina rastros de morfina o metabolitos casi que inmedibles. La morfina en la mujer se demora, después de que se le inyecta, 72 horas para eliminarla -eso lo aprendí estudiando para el caso-…
Si la señora, que tenía un problema en los riñones y eliminaba muy despacio, se descompensa en una sala a las 14.00, la llevan a las 16.00 a la sala donde trabajaba Pereira, que entra a las 18.00, eso quiere decir que la morfina esa era imposible [que se la hubiera inyectado él], se la habrían dado en otra sala, ella ya tenía una internación de como 20 días.
Ahí empieza el primer camino a decir… Es más, después en todos los exámenes, en el estudio de las historias clínicas por parte de los forenses, se va dando el resultado de que era imposible. En ese caso hubiera sido imposible que le diera la morfina, porque eran metabolitos… Pereira dijo que él le había dado [morfina] a otro señor y él había estado con licencia dos días antes, el día que falleció la persona, y dos días después. Otro tenía indicada la morfina…
EC —De algún modo se están adelantando a algo que pensaba consultarles después a propósito de la prueba, de cómo fue que se construyó prueba a lo largo de este proceso. Mi pregunta inicial era a propósito de cómo habían ido cambiando los delitos en juego…
AO —Sí, con relación a eso nuestra clienta fue procesada por una complicidad en homicidio especialmente agravado y sobre el transcurso del proceso, con el cambio de fiscalía, el fiscal la acusa por otro delito, encubrimiento. Pidió una pena de 24 meses de prisión, por eso ella sale bastante antes de prisión que ellos dos. Ella recibió la absolución ya en libertad. Ahora, qué importantes son los cambios de operadores. Creo que en alguna medida es lo que permite una sentencia absolutoria, algo que en realidad es bastante raro en nuestro derecho penal.
EC —Efectivamente estamos ante algo con pocos antecedentes.
AO —Si se pone a buscar… Yo lo hablaba con algunos colegas que tienen muchos años en esto, muchos más que yo seguramente, y dicen que quizás en su vida no han visto ni una absolución, porque no es común. Creo que este sería un antecedente en lo que tiene que ver con el nuevo Código del Proceso Penal. El cambio de juez al momento de dictar sentencia hace que no se sienta, quizás, tan obligado por el procesamiento. Pero eso no es culpa del juez sino del sistema, que obliga a alguien a tomar una decisión inicial y después tomar la decisión final.
Y hay que sacarse el sombrero con una Dolores Sánchez que dicta una absolución ante un procesamiento dictado por su superior jerárquico procesal directo, el doctor Rolando Vomero. Hizo una valoración de prueba seria, objetiva, y tomó una resolución abstrayéndose de un contexto que la empujaba a tomar la decisión opuesta. Me refiero a la opinión pública.
EC —¿Algo más sobre esto y pasamos a otro punto?
HT —Como dice él, es muy raro, a mí es la segunda que me pasa, en 26 años que ejerzo, [que exista una absolución]. El otro era un accidente de tránsito, pero igual, lograr una absolución no es nada fácil.
EC —Por eso mismo es que todos estamos impresionados, sorprendidos, intentando entender cómo ocurrieron las cosas. Ustedes han dado algunas pistas en esto que acaban de comentar, pero vayamos al arranque de todo esto. Esta investigación comienza porque había rumores en la Unidad Coronaria del Hospital Maciel que hablaban de un aumento de la tasa de mortalidad en esa unidad. Había comentarios que apuntaban a Marcelo Pereira como el responsable. La investigación se precipita a partir de una denuncia que reciben las autoridades, que daba pocos elementos, pero eso que ya se tenía entre manos, se venía siguiendo, tiene un episodio desencadenante: la muerte de esta paciente, Santa Gladys Lemos, es la que lleva a que Pereira fuera detenido. Sobre este asunto, sobre el comienzo mismo del proceso, ¿quieren hacer algún comentario?
HT —Sí. Ahí hay un cúmulo de errores. Cuando hicieron la estadística se equivocaron y dijeron que se disparó la estadística de muertos, pero cuando hacen el estudio nuevamente se dan cuenta de que está dentro de la normalidad. Ahí mandan otro oficio al juzgado diciendo que la primera estadística estaba equivocada y detallando dónde se equivocaron.









