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Entrevista central, lunes 23 de mayo: Humberto Teske, Andrés Ojeda

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AO —Yo no tengo ningún empacho en decir que en el caso de nuestra defendida no debió haber habido, a nuestro juicio por lo menos, un procesamiento y mucho menos prisión. Ahí creo, y lo muestran los hechos posteriores, que la justicia se apresuró en un contexto difícil. Yo no digo que no sea difícil manejarse en un contexto de semejante presión, pero se trata de jueces penales, el asunto puede tener impacto público y puede haber presión, por eso es importante tratar de ceñirse a derecho. A nuestro juicio nunca hubo argumento ni para el procesamiento ni para la prisión.

EC —Me gustaría que, de todos modos, pasáramos en limpio qué era lo que sí hacían los enfermeros. Por lo que se informó en su momento sí era cierto que Ariel Acevedo disponía de fármacos, como la morfina, que obtenía de manera irregular y que en determinados momentos administraba a algunos pacientes, sin que hubiera órdenes médicas en ese sentido. Otro tanto se dijo a propósito de Pereira. ¿Eso sí fue admitido?

HT —Yo me voy a referir solamente a Pereira.

EC —Hablemos de Pereira, que es el que está representado por usted.

HT —Lo de Acevedo, con la doctora Garrido. La medicación que se encontró en la casa de Pereira -podía ser morfina y todo, aunque no había morfina- estaba toda vencida, como puede haber en el botiquín de cualquier casa, que a veces queda. Esa medicación él la utilizaba a veces para curarles heridas a sus perros o algo de eso.

Después, es muy común, y lo saben todos los que están en la salud, que cuando a una persona le dan de alta quede la medicación que le venían dando. Esa medicación no se lleva al economato, queda ahí en la sala o se la guardan los enfermeros. Cuando en una situación de emergencia van al economato y piden determinada medicación, si resulta que no hay -no vino, no llegó o no existe-, ellos aplican la que tenían guardada. Eso pasa a diario en la salud.

EC —Entiendo lo que usted está explicando, pero hay un escalón más todavía: La propia sentencia de la semana pasada señala que los enfermeros reconocen que, en determinados momentos, por decisión propia y sin prescripción médica, realizaban determinadas acciones con enfermos que se encontraban en situación grave, incluyendo inyecciones de morfina y de aire. ¿Eso sí pasaba?

HT —Yo le digo del tema morfina de Pereira. Le puede haber dado un sedante, un calmante, como cualquiera en…

EC —¿Eso se admite?

HT —Sí, se admite, pero se admite como…

EC —¿Sin prescripción médica?

HT —Pero como enfermero que tiene 30 años de profesión sabe bien que con media dosis de morfina no mata a nadie, pero sí le calma el dolor en el momento hasta que llegue el médico. Eso lo hacen los enfermeros. Es querer ocultar una cosa que ocurre a diario en todos los hospitales y los sanatorios.

EC —¿Allí no hay un delito de por medio?

HT —No, porque la persona está tratando de mitigar el dolor, no está intentando matar a nadie, está tratando de darle un calmante. Si usted da una aspirina, ¿estaría dando medicación no autorizada por los médicos? Ahora es casi seguro de que se le va a partir la computadora [con mensajes] diciendo que sí, que si es alérgico a la aspirina o… porque en este país, o en el mundo, todos pensamos que lo malo le va a pasar a los otros y somos todos justicieros hacia los otros. Si el otro hizo algo, vamos a matarlo, pero cuando nos pasa algo cerca de la familia salimos corriendo, como cuando vienen al escritorio [de abogados]: Es un gran muchacho, no sé qué le pasó…

AO —Ahora, qué importante: pasamos de querer adjudicarle cinco homicidios a hablar de dar un medicamento sin prescripción médica, algo que podrá ser, a lo sumo, una falta administrativa, porque si no se prueba que produjo lesiones o muerte no hay ningún delito vinculado a la integridad física. Si querés discutimos si corresponde, o no, una sanción administrativa por cometer la falta de dar un medicamento sin prescripción, pero estamos en otra discusión bastante más liviana.

EC —Sin perjuicio de que habría unas cuantas preguntas más a propósito de las declaraciones, las pruebas técnicas y las distintas etapas que tuvo este proceso, vayamos a la actualidad: ¿cuál es la situación actual de sus defendidos?

HT —Mi defendido, Pereira, la verdad que la pasó muy mal. Él se recibió como enfermero a los 19 años, inmediatamente empezó a trabajar en los dos lugares -la Española y el Maciel-, tenía una vida ordenada y se encuentra, de la noche a la mañana, preso. Cuando salió de la cárcel no consiguió trabajo en ningún lado y se ganó la vida como pudo. A veces ayuda al padre de su compañera en un reparto de vino, pero… para vivir lo…

EC —¿Cuánto tiempo hace que está en libertad?

HT —El 27 de febrero de 2015 le dieron la libertad. En ese año y algo ha recorrido, ha presentado… No se olvide de que se publicó la imagen y el nombre completo de Pereira. Se presentaba en cualquier lugar a trabajar y decían: “Ah, ¡mirá quién es!”.

EC —¿Usted considera que es imposible que él vuelva a trabajar como enfermero?

HT —Y… la propia [ex] ministra de Salud Pública, la doctora [Susana] Muniz, dijo que era mejor que no se arrimaran a…

AO —Mucho peor, los exhortó a no volver a trabajar en el rubro de la salud. Eso lo dijo el día de la sentencia absolutoria, fíjese la contradicción: el Estado le está diciendo a usted que es inocente –yo lo procesé y lo metí preso, pero es inocente-, debería estar pidiéndole disculpas, pero en la figura de la ministra de Salud Pública exhorta a estas tres personas a no volver a trabajar en el rubro del que fueron violenta e injustamente arrancados. Cuántas contradicciones, quizás basadas en percepciones mucho más allá de hechos objetivos concretos, jurídicos, como un procesamiento o una absolución posterior. Perdón la interrupción, pero no es menor…

EC —¿Ustedes están al tanto de si la fiscal Ferrero va a apelar el fallo del Tribunal de Apelaciones, si va a ir por la casación ante la Suprema Corte de Justicia?

HT —La verdad, no estoy al tanto. No me he cruzado en estos días con la fiscal, no he hablado. Me tiene tranquilo porque es una fiscal muy seria, muy responsable, y no va a hacer algo que ella entienda que no tenga una fundamentación. Para mí no hay cómo entrarle a casación, porque acá no hay infracción ni errónea aplicación del derecho.

Pero hay que esperar, porque la doctora Ferrero, como decía, es una persona muy seria, muy responsable… A plenas vistas, la verdad que yo, que hace muchos años que ejerzo en la materia penal, tengo que agudizar el ingenio para contestar las acusaciones

AO —Como dice el doctor Teske, y no es menor, para interponer un recurso de casación por parte de la fiscalía… No es lo mismo que interponer un recurso de casación ante el tribunal, porque acá se acota el margen, solamente puede ir por errónea aplicación del derecho. Eso quiere decir que los hechos y la prueba se dan por ciertos y válidos, solamente podría ocurrir a controvertir valoraciones jurídicas. Eso hace que la cuestión se restringa bastante y que cualquier fiscal que esté en esta situación tenga que evaluar, con detalles, si corresponde o no ir a la Suprema Corte de Justicia.

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