
EC —¿En qué diría que se basa el éxito de La Masía? ¿Cuál es la clave?
CF —La paciencia. Dicen que la paciencia es amarga, pero los resultados acostumbran a ser dulces y gratificantes. Entones no se puede generar un proceso formativo sin saber que habrá dificultades, que habrá promociones de jugadores o de chicos que no tienen ese talento esperado, pero lo importante es perseverar en la idea, en la filosofía, en qué queremos. Qué estilo de jugador queremos, cómo lo queremos formar, en qué valores y qué es aquello que nos hace sentir orgullosos de esos jugadores que formamos para el primer equipo del Barça.
EC —Insiste mucho en los valores. ¿Puede profundizar en eso?
CF —Para mí es muy importante en el club el valor del respeto, respeto a una idea futbolística, respeto a la pelota, que es la protagonista del juego, respeto a unos socios, a unos aficionados del Barça que buscan la excelencia, buscan el arte, buscan el pasárselo bien en un espectáculo deportivo. Humildad desde el punto de vista de entender que son deportistas con mucho talento, pero que si se lo creen en exceso y no son humildes para escuchar a sus entrenadores, a sus formadores, dejarán de crecer. Trabajo en equipo, porque no deja de ser un deporte colectivo, en el que con diferentes roles, con diferentes maneras de ser y de hacer, el objetivo tiene que ser común. Ambición, porque no se puede llegar al primer equipo del Barça o triunfar en la vida y en el mundo del deporte sin tener ambición, sin tener deseo, sin saber que vas a pasar por dificultades.
EC —¿Cuál es el límite de esa ambición, de ese deseo? Por ejemplo, ¿qué pasa con el triunfo? ¿Cuánto pesa el triunfo, en qué medida es obligatorio para ese jugador lograr el campeonato, ganar todos los partidos, etcétera?
CF —El competir, el intentar ganar forma parte del proceso, pero no es el fin en sí. El proceso, ese camino, ese viaje está en saber que va a haber gente que busca lo mismo que tú, que es ganar, que es triunfar, que es llegar lo más lejos posible, pero en todo caso en este proceso lo que tú tienes que hacer como deportista es darlo todo.
EC —Disfrutar, además.
CF —Disfrutar, disfrutar del momento y saber que no se acaba el mundo en una derrota o en perder, que el deporte y la vida te dan segundas y terceras oportunidades y que es importante aprender de las experiencias, para que no te creas que todo se acaba aquí y sepas que cuando pierdas vas a tener una segunda, una tercera oportunidad y tienes que estar preparado.
EC —Lo importante es el camino.
CF —Es el camino.
EC —¿Le suena esa frase?
CF —Esa frase me suena.
EC —La ha acuñado el maestro Óscar Washington Tabárez, al frente de la selección uruguaya de fútbol en los últimos años. Tiene coincidencias con ese planteo, obviamente.
CF —Es así. El camino es lo que te da el hecho de conocerte a ti mismo, conocer al club, conocer a tus compañeros, conocer cuál es el fin de lo que haces. Y es lo que enriquece el proceso, más a veces que el resultado en sí. El resultado es parte de todo lo que tú has caminado.
EC —Para complementar todas estas definiciones que Carles acaba de hacer, convoco a uno de los embajadores por excelencia que ha tenido La Masía en los últimos años: el exjugador, capitán y entrenador del Barça, Pep Guardiola. Escuchémoslo.
(Audio Pep Guardiola.)
EC —En este spot que grabó en catalán para Nike y en el que habla de La Masía, dice: “No es un campo de vacaciones. Aquí necesitas tener hambre. Hambre de ser el más rápido. Hambre de ser el más listo. Hambre de ser el mejor”. Lo de la ambición, ¿no?
CF —Poner toda la carne en el asador, desearlo, escuela de sueños. Me quedo con lo de escuela de sueños. Es un proceso que te va a enriquecer, yo digo que tenemos que entrenar a los chicos para la vida y también para ser deportistas profesionales. Pero el primer paso es entrenarlos para la vida, para esas fortalezas, como si tuviéramos nuestro hijo: con todo lo que te vamos a dar, con todos los recursos, con todas esas experiencias, te vamos a enseñar o te vamos a intentar ayudar para que nunca te caigas; la capacidad no está en no caer sino en quererte levantar y volverte a levantar. Esta es la grandeza. Y esto va a ser por la vida.









