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Entrevista central, lunes 26 de junio: Pablo Inthamoussu

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EC —Ustedes esperan que $ 2 extra sí generen un movimiento.

PI —Sí, y algunas otras cuestiones complementarias en las que estamos trabajando, que no estoy en condiciones todavía de anunciar, pero que muy pronto van a estar prontas. Estamos trabajando con el sistema financiero, en este caso estamos casi cerrando un acuerdo con el principal banco del Uruguay para que quienes hoy cobran su sueldo, por la inclusión financiera, mediante una caja de ahorro podamos tener nuestra tarjeta STM asociada a nuestra caja de ahorro, y ahí se va a producir el débito automático. Siempre pongo como ejemplo que yo tengo mi tarjeta STM asociada a una tarjeta de crédito, entonces cuando paso la tarjeta por la máquina y saco mi boleto eso va directamente al estado de cuenta de la tarjeta, ni siquiera tengo que preocuparme por recargar la tarjeta. La tecnología avanza a pasos agigantados, ¿cuánto falta para que el usuario ni siquiera tenga que decir qué tipo de boleto va a usar, que sea el sistema el que después saque esa conclusión y le debite el viaje de mi cuenta? Creo que estamos bastante cerca de todo eso.

EC —Esta vez, junto con la rebaja que anunciaron, también dispusieron que el monto mínimo para comprar con la tarjeta STM fuera más accesible.

PI —Sí, eso fue una crítica que recibimos cuando se hizo la separación de las tarifas, la recogimos parcialmente, porque casi inmediatamente pudimos concretar un convenio con el Mides y a los usuarios de la tarjeta Uruguay Social ya los incluimos en ese mínimo y bajó de $ 150 a $ 60. Ahora como medida genérica nos pareció que estábamos en condiciones de bajar ese mínimo de $ 150 a $ 100 para que todo el mundo tenga mayor facilidad para cargar su tarjeta. Como decía, hoy puedo recargar mi tarjeta en el kiosquito de la esquina.

EC —Esta es una de las grandes apuestas, entonces, que se traslade el mayor porcentaje posible del pago de los boletos a las tarjetas STM.

PI —Sí, pero no es por esnobismo, no es porque nos guste la tecnología, es porque de la mano de eso vienen un montón de ventajas para el sistema. Entre otras, y capaz que la principal, la velocidad, la velocidad de embarque, la velocidad de operación del sistema. Si cada ómnibus cuando para en una parada está varios minutos detenido haciendo la operación de cobro, todos esos minutos se van acumulando y el sistema se va haciendo mucho más lento. Esta tecnología nos permite una velocidad de embarque mucho mayor y creemos que, además de quitar el dinero de arriba de las unidades, fomentar la seguridad y la mejora de las condiciones de trabajo de los propios trabajadores, tiene un montón de ventajas sustantivas.

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EC —Dice María Marta, de la audiencia: “Si la rebaja se justifica por reestructura de frecuencias, ¿por qué se diferencia el precio entre pago con tarjeta y en efectivo?”.

PI —Ahí hay una intención muy clara de seguir promocionando el uso del dinero electrónico. No sé si llegaremos al 100 %, la meta que tenemos es llegar al 70 %-80 % de uso del dinero electrónico.

EC —Si entiendo bien, ustedes pudieron haber implementado una rebaja menor para todos los boletos, pero prefirieron hacer una de $ 2 adicional para las tarjetas STM, de modo de empujar para ese lado.

PI —Exactamente. Y en la mira tenemos alguna otra cuestión con respecto a la tarifa, la queremos concentrar también en el usuario frecuente, que es el que sostiene el sistema, el que todos los días utiliza el ómnibus y no el que lo utiliza esporádicamente.

EC —Pregunta otro oyente, César, a propósito de cómo incentivar o cómo facilitar el uso de las tarjetas STM: “¿Por qué no se ponen máquinas para cargar, como las que existen en Buenos Aires?”.

PI —En estos momentos tenemos un desafío planteado con la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII). Precisamente, el otro día recibimos unos 60 emprendedores, gente que está investigando el tema. La tecnología hoy nos abre un abanico tan grande de cuestiones para mejorar el transporte que esta puede ser una de ellas, no lo descarto.

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EC —Después del anuncio de la rebaja, la Ascot emitió un comunicado en el que advierte: “Los trabajadores del transporte no vamos a ser cómplices ni rehenes de la campaña electoral del Intendente de Montevideo y no estamos de acuerdo ni participamos de ninguna forma en la resolución de medidas inconsultas que pueden poner en grave riesgo al sistema del transporte”. ¿Cómo recibieron esa reacción?

PI —Con sorpresa, con total sorpresa. La primera reacción fue de sorpresa y cierta tristeza también, porque nos habría gustado…

EC —En el comunicado hay dos señalamientos, el primero es lo de campaña electoral, se está diciendo, con otros términos, que esta es una medida demagógica para posicionar a Daniel Martínez rumbo a la candidatura presidencial, etcétera.

PI —Eso lo contestó el propio intendente, no agrego nada si me sumo a hacer una valoración de eso. Capaz que hasta con cierto grado de humor. Entonces en marzo tenía muchos votos para el intendente Martínez, porque subió el boleto. Creo que no es una lógica seria plantear una cosa de esas. Entiendo que puede haber sido en el marco de alguna molestia, pero creo que no le suma a la cuestión de fondo, que es el tema del transporte.

EC —Lo otro que dicen es que no fueron consultados.

PI —Eso es verdad, no fueron consultados si la medida se tomaba o no. Los reguladores somos nosotros, tenemos la responsabilidad de administrar un sistema de transporte hoy en crisis, porque viene de tres años de caída en la venta de boletos. Hemos dicho muy claramente, desde que iniciamos esta gestión, que vamos a buscar todos los mecanismos de diálogo, de acuerdo, de consenso, pero también dejamos siempre muy claro que los reguladores tenemos que tomar decisiones. En este caso tomamos una decisión y la comunicamos.

EC —Pero acá lo que estaba de por medio era que Juan Salgado, el presidente de Cutcsa, participó del anuncio, mientras que ellos, los cooperativistas del transporte, se enteraron un rato antes de que iba a salir esta medida.

PI —No fue así, hicimos el anuncio acto seguido de la reunión del Consejo Consultivo, que se reúne cada 15 días. En el Consejo Consultivo les dijimos a todos que iba a haber anuncios, no hicimos la precisión de cuáles iban a ser los anuncios, nos reunimos antes del Consejo Consultivo con tres de las empresas del sistema, había habido otra reunión antes con Cutcsa, pero no por ningún misterio, sino porque con Cutcsa veníamos trabajando más este tema porque era una de sus propuestas. Cuando se llegó a la conclusión de que era una de las medidas que colaboraban a la baja del precio del boleto, que era nuestro objetivo central, lo comunicamos. Los que no estuvieron fue porque no quisieron estar.

EC —Pero por ahí viene la susceptibilidad, ellos entienden que para esas compañías, para las cooperativas, esta medida es problemática. Sostienen que esta rebaja es una forma de avanzar en una reestructura que implica la pérdida de trabajo de los guardas, sin que haya una negociación con ellos.

PI —Ahí hay una mezcla, una confusión: esta reducción del precio del boleto no tiene absolutamente nada que ver con la reestructura laboral que sí estamos conversando, seguimos conversado y tenemos intenciones de aplicar en el sistema a partir de que empiecen a surgir los acuerdos. Ahí estamos hablando de un período de siete años, por lo menos.

EC —El razonamiento que ellos hacen es el siguiente: la IM estimula el uso de la tarjeta, de esa manera, cuando vaya a negociar con el gremio el futuro de los guardas, el sindicato tendrá margen escaso porque ya casi no va a haber dinero arriba de los ómnibus que haga necesaria la presencia de un guarda.

PI —Esa es una discusión que tenía que haberse iniciado en el año 2008, cuando se instaló la tecnología. Si instalamos una tecnología como la que tenemos en el sistema y el sistema no se entera de eso, va a estar complicada la cosa. La tecnología seguramente afecta al sector y afecta al servicio; nosotros estamos muy convencidos de que lo que tenemos que proteger es el trabajador, no el puesto de trabajo. Esto es un tema general que el país está discutiendo y el mundo está discutiendo, cómo afecta la tecnología al mundo del trabajo. Sin duda que lo afecta; también genera muchos puestos de trabajo. Es una discusión global que se está dando hoy a nivel de la OIT, a nivel del mundo, porque viene la robotización, etcétera. Estos gobiernos que han estado en las últimas cinco administraciones en el gobierno de Montevideo han operado problemas en el transporte, se han operado crisis, venimos del cierre de una empresa entera, una empresa cooperativa, algo que a todos nos dolió mucho, pero el foco siempre estuvo puesto en proteger al trabajador, se protegió a los trabajadores y no quedó nadie por el camino. La gente de Ascot sabe muy bien que vamos a velar por eso, y en ese sentido es que estamos haciendo las propuestas.

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