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Entrevista central, lunes 26 de setiembre: Fernando Amado

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RA —Hoy en materia de seguridad BO se posiciona diferente en ese aspecto. No está planteada la baja de la edad de imputabilidad nuevamente, pero ¿cuál sería la línea del sector desde el punto de vista de seguridad?

FA —Siempre dijimos que la baja de la edad de imputabilidad no iba a generar mayor seguridad, que era uno de los estribos en los cuales se apoyaba la campaña: para vivir en paz, entre otras cosas, bajar la edad de imputabilidad, para que haya más seguridad. Nosotros siempre dijimos que no iba a generar más seguridad. Dijimos sí que podía generar más sensación de justicia, en el sentido clásico, por ejemplo en aquella situación en que un menor ingresaba por determinado delito pero terminaba saliendo rápidamente, porque había un código mucho más permisivo y podía sentirse que no había un sentimiento de justicia real vinculado al valor de las penas.

Por ejemplo, ahora que estamos con el gran debate de que Presidencia ha aprobado una cantidad de proyectos para que sean aprobados después en el Parlamento, nosotros seguimos con la misma línea, creemos que ninguna de esas iniciativas va a mejorar la seguridad. Sí creemos que es correcto desde el punto de vista político, simbólico, el hecho de que ante una situación de sensación real de inseguridad, de que la gente está pidiendo reacción del sistema político, se genere una instancia en Presidencia con los distintos partidos políticos. Nos parece sensato, nos parece proactivo desde el punto de vista de la convivencia democrática, está perfecto. Pero desde nuestro punto de vista nada de lo que se aprobó allí va a mejorar la calidad de la seguridad o va a bajar la inseguridad.

Sí me parece –como decimos en el documento fundacional de BO– que termina siendo una señal; el problema va a ser cuando no solucione y siga habiendo situaciones que generen en la población la sensación de que no ha cambiado nada. El sistema político va a tener que volver a reaccionar y tratando de hacerlo no con medidas efectistas sino más de profundidad para solucionar los problemas no solo de seguridad, sino de educación y de salud, que creemos que son los más importantes. Y que terminan en lo que para nosotros es más dramático en el Uruguay, que es la falta de igualdad de oportunidades, más la fragmentación social.

RA —Te enfocás más en lo que podría ser el discurso del Frente Amplio (FA) en cuanto a las circunstancias que llevan a cometer delitos, en lugar de un reclamo más por el lado de lo que podría decirse “mano dura”.

FA —Lo de la mano dura es un camino corto, es un atajo. No quiere decir que me afilie a aquella muchas veces inútil plataforma de que no hay que hacer nada hoy, porque todo tiene un proceso de fondo muy grande, muy largo, y hay que atacar solo las causas de fondo. Hay que hacer las dos cosas, hay que administrar la realidad, pero también hay que trabajar para cambiarla. Son dos cosas que hay que hacer en paralelo, mucho más si tenés la responsabilidad del gobierno. Entonces no estoy con aquella sentencia de que la inseguridad es una sensación térmica, que en realidad todo tiene que ver con causas profundas que determinan la delincuencia o los actos delictivos, sino que es un dato de la realidad. Lo del principio: estamos en un sistema que genera una cantidad de desigualdades y frustraciones, tenemos que convivir con él porque es el único que ha sobrevivido y es el que funciona en el mundo, pero tenemos que intentar amortiguar las desigualdades, reducir la brecha que al mismo tiempo genera efectos colaterales como lo que estamos hablando y por ende no perder de vista nunca las razones de fondo, que es un poco lo que le pasó al PC, que terminó siendo un administrador de la realidad cotidiana.

NB —A propósito de eso, volviendo al paso que dan con BO, ¿por qué hacerlo dentro del PC? Es una pregunta que se hace desde antes de este paso, viene de hace ya un par de años: ¿por qué Amado sigue dentro del PC, con todas las diferencias que tiene con su principal dirigencia?

FA —Claro, yo tengo diferencias con el PC en el que desembarqué desde que empecé a militar como joven de 19 años, pero entré al PC enamorado de su historia. Así como uno puede hablar –y nosotros somos muy críticos– sin problemas, sin pelos en la lengua, de una cantidad de mojones que involucran a personajes del PC, como las dictaduras del siglo XX, una cantidad de situaciones, no decimos gregré para decir que el golpe de Estado de Terra lo dio un colorado, que mantuvo la condición de colorado. En esa parte de la historia colorado no nos reflejamos, nos reflejamos en lo opuesto a lo que fue Terra, que fue Baltasar Brum. No tenemos problema en relatar con claridad y vernos reflejados en una parte del PC y asumir la otra, porque no podemos hacernos los distraídos, tenemos que asumir la herencia histórica de una colectividad que tiene 180 años, y no podemos decir que alguien que hizo algo mal y era colorado dejó de ser colorado o que no lo vemos como colorado. O decir que todas las cosas que hizo el PC en 180 años fueron buenas. Es falso de toda falsedad. Entonces en cuanto a la paradoja por la que me preguntan muchas veces los periodistas o la gente, ¿por qué hacerlo en el PC, cuando yo lo único que he hecho ha sido defender al PC? Para tratar de defenderlo y cambiarlo para que vuelva a ser lo que fue.

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