EnPerspectiva.uy

Entrevista central, lunes 3 de julio: Gonzalo Mujica

Facebook Twitter Whatsapp Telegram

EC —La consecuencia de que usted deje su banca es que va a ingresar su suplente, y que de esa forma el FA va a recuperar la mayoría propia en Diputados.

GM —Sí, sí. Es inevitable que sea así, pero yo lo vinculo a algo muy fundamental para mí. Yo no estoy trabajando para evitar que el Frente saque una mala ley o para imponerle al Frente una ley que no quiere tener. Yo estoy trabajando para cambiar el gobierno.

EC —Usted está trabajando para cambiar el gobierno. ¿Qué quiere decir eso? ¿Para que el FA deje de gobernar?

GM —Para que el próximo gobierno no le pertenezca al FA. Estoy convencido de que el continuismo del FA le va a hacer daño al país, porque el programa frenteamplista está caduco, lo vengo diciendo desde hace dos años. No hay posibilidad de renovación, no hay posibilidad de discusión, porque el FA pasó de ser una fuerza de distintos unidos por un programa común a ser una fuerza de distintos unidos por el ejercicio del gobierno, a los cuales el programa y su discusión los divide. Por lo tanto evitan discutir programa, porque eso los divide, y eligen discutir estrategia electoral, porque eso los une. Porque en el único tema en que están todos de acuerdo es en que quieren seguir gobernando. Por lo tanto… yo tengo muchos amigos que se están yendo del Frente junto conmigo…

EC —¿Cuánta gente está con usted? La impresión que hubo en su momento, cuando tomó la decisión original el año pasado, era de que estábamos ante el futuro de Gonzalo Mujica, una especie de llanero solitario. ¿Hoy cómo ha ido avanzando su grupo? ¿Usted tiene un grupo en formación?

GM —Tengo un grupo en formación, que no va a ser un grupo político. Se llama Iniciativa Programática, es una especie de grupo de trabajo en el que queremos crear una plataforma de propuestas programáticas, de propuestas de políticas públicas para debatir con la sociedad y con el sistema político.

EC —En la historia de la política uruguaya, por lo menos desde el retorno de la democracia para acá, hemos visto cantidad de procesos que empiezan así, con un grupo de estudio o programático, y después derivan en un sector, un partido, etcétera.

GM —No, esto no. Primero, la intención no es transformarse en partido político, lo aclaro, y segundo, no es decirle a la gente que quiere un cambio a quién tiene que votar. La intención es decirle a la gente qué le tiene que exigir a quien piense en votar, que es muy distinto. Es decir, qué políticas públicas tenemos que exigirles a aquellos a los cuales vamos a elegir en la próxima elección. Este es un debate profundo que creo que la ciudadanía merece, que el país necesita y que el sistema político necesita. Y tengo algunos amigos que dicen que la izquierda lo necesita.

EC —¿Lo que va a crear es una especie de think tank?

GM —Ahí está, esa es la idea. Ya somos varios compañeros que nos estamos juntando y reuniendo.

EC —¿Puede mencionar algunos nombres?

GM —Eh… preferiría que no, porque están en actividad. Me han dicho que espere un poco. Pero somos unos cuantos.

EC —Por ejemplo, ¿es gente que hoy está en cargos de gobierno?

GM —Hay gente que está… no en cargos de gobierno, que está trabajando en medios, en cargos técnicos que no son de gobierno pero están vinculados a políticas de Estado.

EC —¿Todos vienen del FA?

GM —Todos frenteamplistas, sí, sí, porque esa es la idea. Porque yo estoy convencido de que al descontento de los frenteamplistas, ese que miden las encestas, se lo puede manejar de dos maneras. Están los que se dedican a hacer el discurso del descontento para crear una red de contención. Yo estoy tan descontento como vos, tan enojado como vos, pero el límite es seguir votando al FA. Eso es gatopardismo, porque estamos todos enojados, todos molestos, pero votamos para que todo siga igual.

EC —Ese es un fenómeno muy característico del FA que han marcado los politólogos, los directores de empresas de opinión pública: hay un malestar, hay una disconformidad de votantes frenteamplistas con la gestión del FA –pasó por ejemplo en Montevideo, con la gestión de la Intendencia–, pero a esa gente le cuesta dar el paso y difícilmente dé el paso de votar al PN, al PC, etcétera.

GM —Y además hay operaciones políticas dentro del FA para evitar que ese descontento se transforme en una ida. Yo no voy a dedicarme a construir redes de contención, yo me voy a dedicar a construir una puerta de salida. La puerta de salida del descontento es una puerta programática, no es decirle a la gente “los que estén descontentos vayan y voten a tal o cual”, es decirte qué tenés que exigir a quien quieras votar. Y dentro de los descontentos que he visto hay gente que está cercana al Partido Independiente (PI), por cercanía ideológica; gente que está cercana al batllismo –hoy vamos a hablar de eso en la reunión que voy a tener esta noche con los batllistas de Conrado Rodríguez–; hay gente que está mirando con mucha atención a Novick, porque es nuevo, lo ve en formación y le parece que es algo que se puede llenar de contenidos interesantes, y hay gente que mira al PN porque va a ganar.

EC —Usted está hablando de frenteamplistas disconformes, votantes frenteamplistas disconformes, que en principio se están distribuyendo hacia distintos lugares del espectro.

GM —Distintos lugares del espectro. Yo no les voy a decir a qué lugar tienen que ir, les voy a decir: fantástico, ¿y qué vamos a exigir para dar nuestro voto? Este es el tema central, para eso es Iniciativa Programática.

EC —Me recuerda algunas de las actividades que lleva adelante Ernesto Talvi, de Ceres, con los Encuentros Ciudadanos.

GM —Algo tiene que ver con lo que hace Ernesto Talvi.

EC —Él promueve una serie de ideas, plantea algunas propuestas sobre las cuales quiere movilizar a la gente, sin decirle “vote a tal”, “vote a cual”.

GM —Claro. Está muy bien eso, esto es una cosa que tiene algo de similar con lo que hace Ernesto. Creo que él tiene un perfil más técnico, yo soy político, vengo de la política y mi iniciativa está vinculada con gente que hace política todo el tiempo. Pero sí, es eso, es decir: ¿qué les vamos a exigir como plataforma de programa a aquellos a quienes queramos darles el voto? Dicho de otra manera: si la cosa va a ser entre el cambio y el continuismo en el 2019, ¿cómo nos aseguramos de que eso otro que vamos a votar sea un cambio real?

EC —¿Por ejemplo? Yo sé que ese grupo está empezando a trabajar, pero ¿puede adelantar algunos de los temas que piensan priorizar?

GM —Por ejemplo, la inserción internacional es un tema, la seguridad ciudadana es otro tema pesado que tiene el país. Inserción internacional, tuve un microdebate con Ignacio de Posadas, porque él decía: “El diputado Mujica dice que no quiere que la alternativa al FA sea una restauración del pasado”, y pedía: “que aclare qué restauración no quiere”. Y yo le mandé una carta, que se publicó en el diario El País, en la que decía que la restauración que no quiero es, por ejemplo, un país que siga teniendo, como tiene desde los 90, como paradigma de inserción nacional el Mercosur. Porque el Mercosur ya está cumpliendo casi 30 años y ya demostró lo que puede y lo que no puede. Por lo tanto, si no vamos a plantear en forma firme y agresiva una reformulación de la asociación de países que nos permita a los más débiles dentro de esa asociación desarrollar una política exterior autónoma y la búsqueda de acuerdos comerciales acordes con nuestros intereses, me parece que sería restaurar un pasado que en ese caso nos encierra. Cuando además la tesis frenteamplista del regionalismo abierto ha fracasado rotundamente, porque la región nunca nos permitió la apertura.

Comentarios