Entrevista con Eduardo Bonomi, ministro del Interior.
EN PERSPECTIVA
Lunes 03.10.2016, hora 8.19
ROMINA ANDRIOLI (RA) —En lo que va del año, 34 personas presas murieron en las cárceles uruguayas, donde, si bien se han procesado avances sustanciales en los últimos años, continúa habiendo problemas de hacinamiento y situaciones reñidas con la protección de los derechos humanos para buena parte de su población.
En Uruguay hay alrededor de 10.000 personas privadas de libertad, pero en los últimos meses el foco se ha puesto en los que viven en los módulos 8, 10 y 11 del Comcar, donde el comisionado parlamentario para el Sistema Carcelario, Juan Miguel Petit, ha catalogado la situación como “desesperadamente explosiva”.
En las últimas semanas, también la Justicia decidió tomar cartas en el asunto. A raíz de la muerte de un recluso durante una reyerta entre dos grupos rivales, el fiscal en lo penal Gustavo Zubía pidió al juez Ricardo Míguez la apertura de un expediente para investigar lo que viene ocurriendo en esa unidad penitenciaria.
¿Qué evaluación hace el Ministerio del Interior de estas novedades? ¿Cómo viene trabajando al respecto? Vamos a conversarlo con el secretario de la cartera, Eduardo Bonomi.
NICOLÁS BATALLA (NB) —Las cifras sirven a veces para asentar los temas y las discusiones. En este caso el número de muertes que ha habido en el sistema carcelario ha sonado bastante y ha generado preocupación, manejamos la cifra de 34. ¿Qué evaluación hace de esa situación que ha preocupado al comisionado parlamentario, Petit?
EDUARDO BONOMI (EB) —El sistema carcelario uruguayo viene mal desde hace añares, muchos años, no 15 ni 20, muchos más. Desde 2005, y con un importante acento en 2010, viene cambiando. Cuando llegamos al ministerio en 2010 había 8.500 personas privadas de libertad y todas estaban hacinadas. Hoy hay 10.400 y el hacinamiento se reduce al módulo 8 del Comcar, donde hay unas 800 personas. En los módulos 10 y 11, que ustedes mencionaron recién, hace un mes y medio o dos meses ya no hay hacinamiento. Hace dos o tres meses, cuando hablaba de hacinamiento hablaba de los tres módulos, ahora es uno solo.
NB —¿Eso fue porque algunos de los reclusos que estaban allí fueron trasladados a otras partes del Comcar?
EB —Claro, hace tiempo que se están tomando medidas para bajar el hacinamiento y se fue reduciendo. Ahora estamos tomando medidas con el módulo 8, capaz que vengo dentro de dos meses y le digo que no hay hacinamiento en el módulo 8. Hacinamiento importante, porque en términos internacionales hacinamiento gravísimo es arriba de 151 %, debajo de 122 % se considera normal y debajo de 106 % se considera que no existe. Hoy en el sistema tenemos 107 % y en el Comcar tenemos 109 %, pero siempre digo que en los promedios se ahogan los petisos, entonces en el Comcar si tenemos 109 %, pero el módulo 8 tiene mucho más, es preocupante. Pero viene caminando.
En los módulos 10 y 11 creo que la situación es grave pero no por el hacinamiento ahora, es grave por la gente que hay, que viene con una actitud desde que estaba en libertad delinquiendo y cuesta, uno no cambia de un día para otro. A pesar de que ahí se están tomando medidas de porte importante, se tomaron medidas fuera del celdario. Algo que no pasaba desde hacía tres meses y ahora sí está pasando, es que se está dando otra salida al patio que baja los niveles de agresividad. Pero para hacer eso uno tiene que tener los locales, la estructura.
No vamos a sacar por sacar, para bajar el hacinamiento no vamos a sacar gente que tiene un perfil agresivo y ponerla con gente que quizás está en un lugar donde podría entrar otra persona privada de libertad. No vamos a llevar a los agresivos a un lugar que está tranquilo, porque lo que haríamos sería extender el problema. Entonces tratamos de hacer cambios dejando lugares libres adonde se pueda llevar gente que sea más agresiva que otra, preparando el lugar. Hay que recordar que en varios motines rompieron totalmente el módulo 4, que ya está reparado y hace tiempo que está funcionando; el módulo 5, donde se repararon 150 plazas y quedan 350 por reparar; y los módulos 1 y 2, con unas 300, 350 plazas cada uno, que todavía se están reparando. Las propias personas privadas de libertad achicaron el espacio donde podían estar.
