
EC —Hay varios mensajes que anotan, incluso a propósito de algunas de sus respuestas ahora o de las medidas que se están preparando, que de por medio hay un planteo que aparece con frecuencia del sector empresarial, que es la pérdida de la competitividad, un deterioro de la competitividad, por distintos factores, entre ellos el tipo de cambio. Pero además la presión tributaria, además el componente salarial, el componente de aumento del salario real. ¿Cómo está considerando el Poder Ejecutivo este análisis que hacen diferentes rubros?
EM —Vayamos por algunas partes. En primer lugar, a Argentina y a Brasil les está yendo muchísimo peor que a nosotros, y esta debe de ser de las primeras veces en la historia en que Uruguay mantiene un crecimiento económico, mantiene niveles de producción, niveles de actividad, y yo agregaría incluso esto que nos pega, el desempleo, con cifras muy serias, muy bien elaboradas. Aquello de que cuando allá estornudaban nosotros nos engripábamos, en este momento hay que ver la dramática situación que están viviendo el pueblo argentino y el pueblo brasileño y la economía de esos países, y sin embargo en Uruguay las cosas no son de ese tamaño. Creo que eso es una buena noticia para los uruguayos.
EC —De todos modos, aparecen señales amarillas como esta del desempleo en marzo. Sobre ese planteo general que se está haciendo, ¿cuál es el enfoque de lo que pasa en Uruguay, más allá de lo que sea la situación regional?
EM —Pero tengamos en cuenta la situación regional, porque muchos analistas acostumbran a analizar la situación regional y acá sería bueno que compararan. Los dramas que están viviéndose en Argentina y en Brasil, que son tremendos, en déficit fiscal, en problemas de informalidad, de pérdida de derechos laborales, de producción, de desempleo. Ni que hablar, en el caso de Brasil, de aspectos institucionales y democráticos, que mucho nos duelen. En ese contexto regional Uruguay se destaca por sus buenas notas. Esto es lo primero que los uruguayos deberíamos valorar. No nos caímos en el pozo en que está cayendo Brasil o que está cayendo Argentina. Estamos en una situación notoriamente mejor.
En segundo lugar, esto que se hablaba de la presión tributaria. Brasil y Argentina tienen más presión tributaria que Uruguay. En Brasil y en Argentina, con peores resultados en políticas sociales, en derechos de los empresarios, en derechos de los trabajadores, la presión tributaria es superior a la de Uruguay. Por ejemplo, los aportes patronales jubilatorios son el doble que los de acá o más, los aportes que tienen que pagar las empresas al BPS.
También empiezan a pasar cosas nuevas. Por ejemplo, estamos buscando nuevos mercados. Hoy el principal cliente que tenemos es China, Brasil es el segundo principal cliente, en medio de esta crisis, el gobierno está haciendo un esfuerzo con el apoyo del sector empresarial y del sector trabajador, lo cual valoramos mucho. Como está en este momento el presidente de la República en Egipto con el presidente de la Asociación Rural. Como acompañaron empresarios al presidente a Alemania, Finlandia y Rusia y se concretaron una serie de negocios. Como estuvo hace pocos días el ministro Tabaré Aguerre en China viendo cómo seguir abriendo el mercado chino a las carnes uruguayas y a otros productos.
EC —Sin duda esos son caminos saludables y positivos. Pero la pregunta venía a propósito de qué puede hacer el gobierno, qué está dispuesto a hacer para mejorar la competitividad de la producción nacional, para bajar costos de la producción nacional.
EM —A eso iba, acaba de aprobarse la Ley de Transformación Productiva y Competitividad. Una ley que impulsamos desde el año 2015, particularmente desde la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, que coordina en un Gabinete de la Transformación Productiva y Competitividad los ministerios y organismos vinculados, como la Agencia Nacional de Desarrollo, el Instituto del Cooperativismo, el Inefop, la Agencia Nacional para la Investigación y la Innovación, la Corporación Nacional para el Desarrollo. Esa ley que aprobó el Parlamento también apunta a mejorar la posición de Uruguay, un país en el que somos solamente 3 millones y pico y que vamos a seguir siendo 3 millones y pico y que tenemos que apostar fuertemente a la exportación, y en particular a la exportación de calidad. Creemos que esa ley, aprobada a fines del año pasado, es una herramienta importante. Comenzó a implementarse y creemos que próximamente estará dando sus resultados.
EC —Pero en cuanto a efectos de corto plazo, los señalamientos más frecuentes vienen a propósito del nivel de las tarifas públicas, en particular de la energía eléctrica y ni que hablar de los combustibles, el gasoil por ejemplo se menciona a cada rato. ¿En qué forma está considerando el gobierno ese tipo de factores?
EM —Allí hay algunas cosas que exceden mis competencias.









