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Entrevista central, lunes 30 de octubre: Gustavo Buquet

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RA —¿Casa Grande objeta completamente cualquier tipo de acuerdo que se pueda lograr con Chile o sus discrepancias son específicamente con este TLC que está planteado como tal? ¿Hay posibilidades de que apoyen otro tipo de acuerdo?

GB —En primer lugar, los acuerdos sur-sur nos parecen extraordinarios. En este caso no tendríamos ningún problema con Chile. Antes me preguntaste por la evaluación de impactos, y también en este caso es importante conocer qué realidad tienen en Chile y en Uruguay los sectores que estamos discutiendo. Sabemos que en software somos muy potentes, nos interesa liberalizar el software.

RA —El gobierno dice que, entre otras cosas, esto busca liberalizar y fomentar el comercio de servicios, que en Uruguay –y es una tendencia en el mundo entero– viene creciendo mucho. El sector del software en particular viene teniendo un liderazgo importante un crecimiento importante, un desarrollo en Uruguay, y por tanto este acuerdo con Chile se podría ver con muy buenos ojos y con muchas expectativas.

GB —Excelente. Y quizás este es el momento justo para explicar qué son las listas positivas. Las listas positivas son la forma en que se hacían los acuerdos comerciales hasta hace muy pocos años, antes de que empezaran las negociaciones del TISA. Las listas positivas plantean “queremos liberalizar los sectores en los que Uruguay es fuerte”, pero no necesariamente otros sectores. Obviamente en las negociaciones se gana y se pierde. Nosotros probablemente en software estaríamos ganando, tendríamos que conceder algún otro servicio, tendríamos que estudiar cuáles son los servicios que Uruguay quiere potenciar, cómo los quiere potenciar, qué estrategia desarrollaría y ver cómo hacemos para tener la capacidad para negociar los sectores con listas positivas que nos interesa liberalizar con Chile.

RA —Esa sería la propuesta de ustedes, ir por listas positivas, decir cuáles nos interesan y no cuáles descartamos.

GB —Eso es lo primero, negociar por listas positivas. Estos acuerdos, que se llaman de nueva generación o OMC plus, establecen cuatro cláusulas que tienen restricciones para el desarrollo de la política pública a partir de que se firma el acuerdo y hacia el futuro. Y más allá de que los nombres no necesariamente son nuevos, las condiciones que establecen los artículos son nuevas.

RA —Esa es otra de las características de este TLC con Chile: está planteado como un acuerdo de última generación y de cierta manera pone a Uruguay en contacto con temas de este tipo de negociación que se están dando en el mundo y que implicarían lo más moderno que ha negociado el país en ese sentido. Más allá del eslogan y del nombre que se utiliza, “acuerdo de última generación”, ¿qué significa en la práctica?

GB —Son cuatro cláusulas y las cuatro restrictivas. Por ejemplo, una de ellas es "nación más favorecida", una cláusula que se utiliza desde que se inventó el GATT en el año 50, que es aparentemente una cláusula positiva, pero que una vez que está todo el entramado de acuerdos de libre comercio aparece mucho más restrictiva. Significa que Chile adquiriría las mismas concesiones que Uruguay les dé a Argentina, Brasil o Paraguay, a cualquiera de los miembros del Mercosur en este caso.

Pero el principal es "trato nacional". Es decir, las empresas chilenas en este caso, o de cualquier país con el que se firmara un acuerdo de estas características, pasan a tener el trato nacional. Eso significa que Uruguay va a tener que otorgar cualquier política que quiera desarrollar en el futuro a las empresas chilenas. En general las políticas son para desarrollar los sectores que tiene un solo país. Por ejemplo, si estamos hablando de sectores innovadores, el sector de robótica en Uruguay, en el que tenemos empresas, formación de recursos humanos, niños o adolescentes que han viajado a Estados Unidos porque han desarrollado robots muy avanzados. Es decir que tenemos capacidades para desarrollar en otros sectores que no son software.

RA —Esa es una política que por ahora afecta solo lo nacional. Pero esto podría cambiar.

GB —Tenemos videojuegos, realidad virtual, empresas que hacen trabajos de publicidad para el mundo entero, empresas creativas en general. Acá hay un gran problema del acuerdo, porque estos sectores se manejan con comercio electrónico; esto es muy importante, porque en todos los acuerdos internacionales ha pasado lo mismo: las excepciones se guardan no como lista negativa sino en las excepciones, y Uruguay también lo hace, en algunas cláusulas exceptúa del acuerdo las industrias creativas. Pero al mismo tiempo se firma el capítulo referido específicamente al comercio electrónico. Y todas este tipo de empresas, excepto la robótica, se manejan con comercio electrónico, por lo tanto si bien quedan excluidas por el área creativa, estamos excluyendo las industrias clásicas creativas, y ya no hay más industrias clásicas, hoy las industrias creativa se manejan con Spotify, con Netflix, con Google, entonces si nosotros liberamos el comercio electrónico lo que estamos haciendo es impedir al Uruguay que desarrolle políticas para el comercio electrónico. Y esto llama sumamente la atención, porque ni Chile ni Uruguay son países que tengan desarrolladas empresas grandes en comercio electrónico. Entonces estamos imposibilitando desarrollar políticas solamente… porque si el mundo entera fuera solo Chile, no tendríamos problema, porque se pueden hacer complementos de política con un país que más o menos tiene nuestras mismas condiciones productivas. Pero el problema es que si no podemos desarrollar por Chile políticas en esos sectores, estamos impidiendo desarrollar políticas en general en cualquier otro tratado, porque si no se las tenemos que dar a Chile. En principio no, pero como ya las tenemos vamos a decir ya tenemos esas políticas para Chile. Entonces el problema del comercio electrónico es que el futuro del desarrollo económico de los países desarrollados -y debería ser también de los nuestros- está en el comercio electrónico. Entonces si bien el capítulo plantea que hay algunas consideraciones que se intentará hacer los esfuerzos, al no estar en las listas negativas queda todo el comercio electrónico libre en el sentido de la regulación.

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