EC —¿Por qué menciona ese antecedente, qué tiene que ver con ustedes?
FA —Tiene mucho que ver porque yo entiendo, humana y políticamente, que a mis compañeros les sea muy difícil tener un relacionamiento político diferente con el FA. Después de que fuiste tan maltratado injustamente es difícil recuperar la confianza. Nosotros solo tenemos el antecedente…
EC —¿Usted, en cambio, se ve más próximo o cree que tiene más posibilidad de tender puentes que otros dirigentes batllistas del PC?
FA —No solo me veo y me siento con la capacidad, sino que lo quiero hacer, estoy convencido de que es fundamental hacerlo. Creo que, además de la renovación, una de las patas es un cambio de cabeza que tiene que ver con entender que el PC tiene que pasar a un rol de articulador. ¿Cómo es ese rol? Renovar al PC en staff político y en ideas, pero también en el sentimiento de la necesidad de tener un diálogo con todas las fuerzas políticas que sea honesto intelectualmente, frontal y constructivo. Esto implica no seguir en el juego que se venía cultivando desde hace mucho tiempo -que entiendo que sea difícil para otros compañeros salirse- de ser más afín con el PN y sentirse parte de una mitad que está en conta de la otra.
EC —Una pregunta sobre qué va a ocurrir con toda esa corriente batllista: el diputado Tabaré Viera dijo en una entrevista En Perspectiva hace unos días que estaba procurando crear una especie de paraguas para los batllistas colorados. De hecho, ya hay ámbitos de coordinación funcionando entre los sectores batllistas. Pero usted en su discurso del sábado 21 dijo que BO “se quiere quedar con el PC” y “jugar en las ligas mayores, con un partido a nuestra manera”. ¿Entonces el batllismo va a quedar cortado, dividido, o todavía es posible coordinar, generar un espacio común?
FA —Coordinar siempre es posible, yo tengo instancias que no son de coordinación formal pero sí de diálogo permanente con cualquiera de los compañeros que nombraste hoy…
EC —¿Pero podrá tener el PC varios precandidatos batllistas, por ejemplo?
FA —Puede ser, yo creo que es una posibilidad…
EC —El hecho de que usted ya se haya largado como precandidato complica las cosas para hacer acuerdos con los otros grupos batllistas, ¿no?
FA —Lo que pasa es que ahí también hay una diferencia o una concepción que nosotros sentimos con mucha claridad: nosotros sentimos que no se puede especular más. Si mi sector y yo sabemos que vamos a terminar en una precandidatura presidencial, no nos sentimos cómodos cayendo en la hipocresía de decir “No, no son tiempos electorales todavía, hay que esperar las decisiones…”. Si ya lo sabemos, ya lo venimos conversando, conocemos la necesidad de esta generación de una precandidatura que marque renovación generacional e ideológica… nosotros pretendemos realmente transitar un camino de puente con una cantidad de ciudadanos que hay a lo largo y ancho del país que tienen una sensibilidad de izquierda que es muy fácil de emparentar con una sensibilidad batllista. Y hablo de batllista del viejo Batlle, porque hay muchos batllismos también, creo que ahí hay un tema, porque también están el de Jorge Batlle, el de Sanguinetti, el de Luis y el de Pepe, depende de dónde estribes. Nosotros pretendemos, sin dudas, estribar en el de Batlle y Ordoñez, pero con el desafío adicional no solo de hacernos espacio en la política, cosa difícil para una generación joven, sino también de no caer en la fácil de apelar al batllismo solo como un elemento nostálgico y repetir como loros frases de Batlle y Ordóñez, sino captar la esencia verdadera de la ideología batllista y proyectarla en la nueva realidad del mundo y de Uruguay.
EC —Si entiendo bien, entonces, usted va a ser precandidato a la presidente de la República de cualquier manera.
FA —Sí, no tenga duda.
EC —Puede llegar a ser el precandidato de (todos) los grupos batllistas o será uno de los precandidatos batllistas, pero usted no se baja.
FA —Eso es correcto, es hasta el final. Además, creo que es muy importante ser claros desde el principio.
***
EC —Pensando en el PC, yo le hacía consultas sobre los otros sectores batllistas, también está la incógnita de en qué va a derivar VU después de todas las fisuras que ha tenido, pero hay otro factor en la vuelta: la posibilidad de que Ernesto Talvi sea candidato a la presidencia. Quienes lo impulsan hablan de la necesidad de que aparezca un aire fresco, un nombre que no esté consolidado, que tenga otro tipo de proyección. ¿Qué piensa usted de esa posibilidad?
FA —A mí me parece bueno y positivo que se sume alguien de la consistencia técnica y del reconocimiento que tiene Talvi, me parece que sería un activo, una incorporación importante para el PC, y que lo hiciera siendo precandidato me parece bueno. Candidato no, porque nosotros estamos convencidos de que vamos a ganar la interna del PC, quizás puede ser un buen compañero de fórmula, pero realmente creo que sería alguien importante en el planteo de un nuevo staff del PC de cara a 2019. Además, en nuestro caso sería bueno también porque…
EC —¿Sería un complemento?
FA —Totalmente.
EC —¿Qué afinidad o distancia ven con Talvi como candidato?
FA —Afinidades creo que la honestidad intelectual que él tiene para hacer planteos jugados, que pueden o ser políticamente muy correctos o pueden no ser muy populares. Mi sector y yo hemos sido siempre bastante políticamente incorrectos, no en ese tipo de planteos sino en otros, diciendo lo que sentimos con sinceridad y a veces con brutal honestidad. Eso me parece positivo, así como el bagaje que pueda traer desde el punto de vista de la academia, ya más técnico. Después, evidentemente vamos a tener diferencias porque nosotros pretendemos ser herederos de una tradición de centro izquierda…
EC —¿Y no ve a Talvi en la centroizquierda?
FA —Y, no, me parece que no. Lo veo como un buen ejemplo de alguien con un planteo moderno, no carente de ideología…
EC —Él más de una vez se ha definido como social demócrata.
FA —Bueno, lo que pasa es que ser de clase media, socialdemócrata y batllista en Uruguay es un lugar común…
EC —¿Usted dónde lo categoriza?
FA —Bueno, que se categorice él, dirá que es socialdemócrata, yo creo que para serlo rápidamente tenés que cumplir varias condiciones, una es defender y construir el Estado de bienestar, creer en el Estado como amortiguador de las desigualdades; no ser libre mercadista 100 % sino creer realmente en la intervención económica por parte del Estado, incluso en algunas áreas del Estado tener monopolios; también hay que tener una concepción laica del Estado y de la educación, sobre todo. En los nuevos tiempos de la socialdemocracia también se ha abrazado la agenda de derechos: la despenalización del aborto, el matrimonio igualitario, la fecundación in vitro, etcétera. Otra característica principal de la socialdemocracia es el buen relacionamiento con los sectores sindicales y que su base electoral y social sea, en general, los obreros y las clases medias… Bueno…
