EC —Yo me refería a si se había comprobado que había existido algún tipo de relación de abuso.
EB —Ah, no, de abuso no, no se comprobó relación de abuso; vínculo cercano. No se puede decir que haya habido falta de control, más allá de si lo hubo o no lo hubo, pero los vínculos eran de vecindad.
EC —¿Y en el caso de Brissa?
EB —En el caso de Brissa la policía prácticamente tiene confirmado que ella tuvo un vínculo anterior, que viajó en taxi, el hombre la llevó en taxi desde la parada hasta la escuela. La duda es si ya existía un vínculo, que se cree que existía a través de un juego que llevó a que tuviera derecho a conocer a la persona. La duda está en si la conoció a partir de ese viaje en taxi y luego el lunes no es que hubiera perdido el ómnibus, sino que estaba establecido ese contacto.
EC —Brissa no perdió el ómnibus, lo dejó pasar porque ya tenía pactado ese encuentro con este hombre.
EB —Sí, esa es la fuerte sospecha. Eso está todavía en trámite judicial, pero esa es la fuerte sospecha. Y la madre, con buen tino, detectó algo y le sacó el teléfono.
EC —En los días previos la madre se había dado cuenta de que la participación de su hija en esa red era peligrosa.
EB —Sí, no sé qué de qué se dio cuenta; se dio cuenta de que algo y le sacó el teléfono. Estaba atenta y no fue suficiente, pero algo vio. En los dos casos, sobre todo en este, hubo una fortísima investigación policial que llegó tarde, porque [la muerte] se produjo inmediatamente.
EC —Usted habla de una fortísima investigación policial a partir del momento de la desaparición de la niña.
EB —Claro, a partir del momento de la desaparición. Por eso digo que llega tarde.
EC —Dos semanas antes del asesinato de Brissa, la página de Facebook del diario Arena, de Canelones, recibió denuncias de vecinos de La Floresta y Costa Azul que aseguraban que había intentos de secuestro de niñas en las escuelas. Y en los dos lugares se reportó la presencia de un Renault de color bordó, similar al que después se vio que poseía el acusado por el crimen de Brissa. En ese momento, el Ministerio del Interior (MI) estaba saliendo a desmentir rumores falsos que circulaban en las redes sobre este tipo de peligros.
EB —Circulaban y eran falsos. Habían circulado sobre todo en camino Maldonado.
EC —¿Y este caso, el del diario Arena de Canelones, no terminaba teniendo conexión con lo que después le pasa a Brissa González?
EB —Sí, pero en algunos casos decían un Renault, en otro caso decían un auto rojo, y eso es lo que yo decía que no contribuye. Cuando alguien detecta un problema con un auto, se lo tiene que decir a la policía. A la policía se le dijo en esos términos, y la policía establece los controles, que los estableció en Canelones, pero cuando uno lo larga a las redes “un auto rojo”, lo único que hace es aumentar la alarma. Porque autos rojos en las escuelas hay montones. Y después se completa el error cuando se conoce la matrícula o la foto del auto y sale en un canal de televisión y en las redes que ese era el auto que manejaba el homicida. Se le advierte al homicida “se te está buscando”. Y la policía lo estaba buscando, efectivamente. El hombre tomó una cantidad de recaudos, pero no tomó –que podía haberlo tomado– el más grave de todos, que era irse del país. Entonces nunca más se habría sabido qué pasó. Si a uno se le dice “te están buscando por homicidio, porque vos manejabas este auto”, se le está advirtiendo.
No es la primera vez. Esto pasó cuando se secuestró a Ignacio Rospide en el 2010, la policía tenía todo un operativo previsto para detenerlo, sabía dónde estaba, no se animaba a entrar porque podía costarle la vida del secuestrado, entonces arregló con la familia una forma de actuación para que no corriera peligro la vida, y se interrumpió porque el hecho se detonó en televisión. Después pasó con la doctora Salomone, la única pista que tenía la policía era un auto negro que estaba pasando por determinada zona, lo captaron las cámaras, estaba haciendo el seguimiento de eso, sale en televisión lo del auto negro que pasaba e incendiaron el auto, se perdió la pista. Y ahora esto.
