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Entrevista central, lunes 5 de diciembre: Ana Luz Porzecanski

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EC —Ahí tenemos una buena lista de ejemplos de dónde está el atractivo de Cuba y su entorno por el lado de la naturaleza.

ALP —¿Qué hay debajo del agua?

EC —En la vida marina lo que resaltamos en la exhibición no es tanto la vida marina como única en Cuba, sino al revés, como conectora. Queríamos resaltar que Cuba en términos biológicos es única, es inusual, es diferente, pero también ha estado conectada a lo largo del tiempo geológico evolutivo y sigue conectada hoy. Entonces las especies marinas que pueden circular o por ejemplo los corales, que tienen larvas que circulan con las corrientes marinas, no son únicas para Cuba, pero conectan a Cuba con el resto del Caribe. Las aves migratorias también, hay más de 100 especies que todos los años hacen el viaje entre EEUU y Cuba.

EC —En setiembre, cuando estuve en Nueva York, tuve el privilegio de acceder a una especie de preestreno de la muestra. Contigo como guía, llegué hasta el taller donde trabajan los artesanos del MAHN, los que realizan las reproducciones de animales y de especies vegetales que son tan características del museo desde siempre. ¿Cómo es eso? Esa es una de las técnicas museísticas típicas de este museo.

ALP —Sí, es uno de los pocos museos que siguen construyendo sus propias exhibiciones hasta ese grado. Por ejemplo, en la exhibición tenemos un arrecife de coral recreado por el cual la gente puede caminar como si estuviera en el fondo del mar. Todo lo que se ve ahí se construyó acá en Nueva York en los talleres del museo, desde los corales hasta los pececitos que se ven circulando, los tiburones. Lo mismo con la ciénaga de Zapata, que es un ambiente de humedales, los humedales más extensos del Caribe; eso también se recreó todo, desde cada pedacito de la hierba cortadera hasta un cocodrilo cubano, que por cierto es una especie también endémica, que solo se encuentra en Cuba, la más amenazada del mundo, que se muestra saltando del agua.

EC —Todo eso que aparece en la muestra es creado especialmente, no es “de verdad”.

ALP —Correcto, son todos modelos. Hay algunas excepciones, tenemos algunos especímenes en nuestra exhibición que sí son reales y que son de nuestra colección. Por ejemplo los caracoles polimitas, que se llaman caracoles pintados, que solo se encuentran en Cuba, y tenemos varios especímenes de nuestra muestra. Hay también un espécimen preservado vía taxidermia del carpintero real del que hablábamos, pero colectado hace más de 100 años en EEUU.

EC —¿Cuánta gente trabaja en ese taller? ¿De qué profesiones son? ¿Cómo los llamamos? ¿Son artistas?

ALP —Son museólogos, o artistas realmente, y además diseñadores. Es una de las cosas que más me gustaron, porque tengo artistas en mi familia, como mi abuela, Linda Cohen, que es una pintora muy reconocida. Para mí fue una ocasión de poder mezclar el arte con la ciencia, fue superinteresante.

EC —¿Qué espacio ocupa la muestra?

ALP —No lo tengo en metros cuadrados, son [8.000] pies cuadrados [740 m2 aprox.] o quizás un poco más. Son varios apartamentos, si los pusieras uno al lado del otro.

EC —¿Cómo se recorre?

ALP —Uno entra y lo primero que encuentra son fotos de cubanos y las palabras de los cubanos. Eso para mí era muy importante, que empezáramos a hablar de Cuba y la describiéramos en las voces de los cubanos. No nos íbamos a poner nosotros a decir “Cuba es esto, Cuba es lo otro”, aunque por supuesto un poquito de eso siempre hay. Trabajamos con una periodista, una documentalista que se llama Lawrence Mathieu, que es canadiense, y que viajó a Cuba especialmente para eso, y filmó y fotografió cubanos preguntándoles “¿Qué es Cuba para ti?, ¿qué significa ser cubano para ti?”. Eso es el comienzo de la exhibición. También es una forma de mostrar que hay diferentes visiones y puntos de vista sobre Cuba, incluso en Cuba, y queremos que la gente entienda que Cuba no es un monolito, que tiene muchas dimensiones y que cada uno tiene que entrar y aprender y formar su propia conclusión sobre Cuba. También entrevistamos a algunos cubanos que se han ido de Cuba y que viven por ejemplo en Nueva York. La exhibición por cierto cierra con el mismo concepto, con los cubanos mismos hablando del futuro.

Cuando uno entra hay mapas, el video introductorio, así como algunos datos breves de economía y sociedad de Cuba. Después abrimos el plano de la galería, de exhibición, completamente, hay un bulevar recreando una escena urbana, en la cual el visitante puede pasearse y ver diferentes objetos que son como puntos de entrada a información sobre la historia de Cuba, cómo está cambiando. Queríamos que la gente se llevara de esta exhibición una idea de quiénes son los cubanos, cómo han estado conectados con el resto del mundo y cómo está cambiando Cuba. A partir de ese bulevar se puede entrar a diferentes recintos donde se pueden explorar en más detalle tanto la naturaleza como la cultura de Cuba, que por supuesto además están conectadas.

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