
EC —De todos modos, parece claro que en el Gobierno uruguayo hay una transición que se va operando lentamente pero que está teniendo lugar en cuanto al posicionamiento. Me parece que, si se leen los textos que Uruguay ha ido votando en el Mercosur, con el correr de los meses aparecen términos que antes no aparecían. Sin llegar a aceptar que se califique como dictadura al gobierno de Venezuela o a condenar el llamado a estas elecciones del domingo, la temperatura de esos documentos ha ido cambiando. Por otro lado, en la cumbre de Mendoza…
PM —Pero Uruguay ha sido el freno de las declaraciones del Mercosur, lamentablemente esa es la verdad.
EC —Claro, esa es una lectura posible, la otra es que ha habido una evolución gradual. Se lo digo teniendo en cuenta que en la propia cumbre de Mendoza Uruguay firmó una carta dirigida al ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Samuel Moncada, que dice: Los ministros de relaciones exteriores de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, Estados parte del Mercosur, nos dirigimos a usted en seguimiento a lo decidido en Buenos Aires el 1º de abril de 2017 en ocasión de la adopción de la declaración de los Estados parte del Mercosur sobre la República Bolivariana de Venezuela. En dicha oportunidad decidimos promover, en el marco del Protocolo de Ushuaia, las consultas pertinentes con miras a apoyar el restablecimiento del orden democrático”. El Protocolo de Ushuaia es el que puede terminar en la aplicación de la cláusula democrática, en sanciones, etcétera. “A tal efecto, invitamos al gobierno de la República Bolivariana de Venezuela a participar en una reunión de consultas cuya realización se propone llevar a cabo en la última semana de julio en Brasilia, República Federativa del Brasil”. Se puso en marcha un sistema de consultas al amparo del Protocolo de Ushuaia, ahora acaba de confirmarse que Venezuela no contesto, por lo menos hasta ayer no había respuesta, entonces es de esperar que vengan los pasos siguientes.
PM —Es que Venezuela no contestó porque además el reclamo era una reunión previa a la votación de la Asamblea Nacional Constituyente, es claro que no contestó. Sin embargo, la cancillería uruguaya sigue con el ni-ni de ayer, ese es el problema: sigue habiendo en Uruguay un Gobierno que se niega a reconocer lo que es obvio.
EC —El texto de la carta no hablaba de ese plazo…
PM —La última semana de julio, decía.
EC —Eso es ambiguo. El lenguaje diplomático siempre da para varias interpretaciones, lo cierto es que ayer sí terminó el plazo.
PM —Sí, sí. La respuesta de Maduro es poner nuevamente en prisión a dos presos que estaban en arresto domiciliario, a dos presos emblemáticos, estamos hablando de dos figuras principales de liderazgo de la oposición. Nadie puede pensar hoy que oportunidad de diálogo, hace mucho tiempo que no la hay y todos los hechos lo han demostrado, porque Maduro usó el diálogo del año pasado para ganar tiempo en un momento muy difícil para su situación y no cumplió nunca con ninguna de las medidas que se iban conversando en el diálogo. El año pasado el Vaticano propuso un diálogo que se instaló durante un cierto tiempo y cada vez que se acordaba que el Gobierno tenía que tomar tales y cuales iniciativas, pero nunca cumplió con ninguna. Diálogo… cuando se dialoga es porque hay voluntad real y hace mucho tiempo que no la hay. Seguir apostando a eso es ser o muy ingenuo o cómplice de esta situación.
EC —Planteadas las cosas como están, ahora a los partidos de la oposición en Uruguay, ¿qué les corresponde hacer o qué piensan hacer?
PM —Nosotros vamos a seguir haciendo lo que venimos haciendo hace mucho tiempo, que es reclamar por la libertad, por la democracia, por la vigencia de los derechos humanos, tratar de lograr que el Gobierno uruguayo realice acciones en el sentido correspondiente, seguir embretando en el Parlamento para que algún día haya una declaración. A mí me da mucha vergüenza que el Parlamento uruguayo sea el único de casi todos los países de América Latina que no ha sacado una sola declaración de solidaridad con el parlamento venezolano, que además va a ser despojado de sus funciones en el día de mañana. Es brutal, es una cosa impresionante. Ese es el camino que nos queda, no tenemos otro poder más que ese, el de reclamar, el de cuestionar, el de presionar para que nuestro Gobierno represente los ideales democráticos en lo que está pasando en Venezuela, que es una vergüenza terrible con muertos permanentemente entre gente que lo que hace es salir a protestar y a reclamar por sus libertades.
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Transcripción: Andrea Martínez









