Entrevista con el politólogo argentino Rosendo Fraga.
EN PERSPECTIVA
Martes 12.09.2017, hora 8.18
EMILIANO COTELO (EC) —En Argentina el debate político comienza a tomar temperatura cuando falta poco más de un mes para las elecciones legislativas del 22 de octubre.
(Audio Cristina Fernández.)
Realmente lo que una aspira es que se pueda entender desde algún lado del gobierno la necesidad de cambiar el rumbo económico y la política.
(Audio Mauricio Macri.)
Habiendo tenido el ciclo de ingresos más alto de la historia… el gobierno kirchnerista tuvo US$ 643.000 millones más que el gobierno menemista. Y uno dice ¿dónde está esa plata?
(Fin audios.)
EC —Luego de las elecciones primarias del mes de agosto, el kirchnerismo y el macrismo vienen enfrentándose por la política económica, la inflación y el desempleo. Pero ahora se ha sumado otro punto de disputa, la desaparición del activista de la causa mapuche Santiago Maldonado, en un caso de presunta violencia policial que ha puesto en un brete al gobierno de Mauricio Macri.
Vamos a meternos a fondo en el escenario político argentino, que siempre miramos con interés desde este lado. Para eso estamos con una de las voces más autorizadas para el análisis en ese país, el historiador y consultor Rosendo Fraga.
El profesor Fraga estará mañana aquí en Uruguay, ya que será uno de los expositores en una conferencia que tendrá lugar en Kibón a propósito de “Desafíos de la política y la economía de la región rioplatense”, que organiza la asociación civil Jóvenes Fuertes.
Para refrescar su trayectoria académica y en medios de comunicación para el público uruguayo, recordemos que usted es periodista, analista político, historiador, dirige el Centro de Estudios Nueva Mayoría. ¿Cuántos años tiene ya este instituto?
ROSENDO FRAGA (RF) —Tiene 35 años.
EC —¿Y cómo lo define? ¿Como un think-tank?
RF —Sí, un think-tank que trata sobre todo de establecer un puente entre la política académica y la política práctica, entre los resultados de la política académica y la difusión en los medios de esos resultados. Básicamente se dedica al análisis político, a analizar la realidad política y a trabajar sobre los escenarios posibles y probables. Siempre tratando de encontrar en la historia un punto de referencia.
EC —Vamos a la actualidad política de su país. El próximo domingo 17 de setiembre comienza oficialmente la campaña política para las elecciones legislativas del 22 de octubre. Los candidatos que van a competir salieron de las PASO (elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias) que se celebraron hace un mes. Allí dio la impresión de que festejaron todos. Cambiemos, la coalición del presidente Macri, festejó que ganó a nivel nacional con el 36 % de los votos, Cristina Kirchner festejó un triunfo por escaso margen en la provincia de Buenos Aires, que es el principal distrito electoral, donde obtuvo el 33,95 % de los votos, mientras que el candidato oficialista, Esteban Bullrich, tuvo 33,74 %. ¿Qué dice usted? ¿Quién salió más fortalecido de las PASO?
RF —Creo que salió más fortalecido el gobierno, el oficialismo, Cambiemos, la coalición del presidente Macri. A nivel nacional estiro un poco el resultado, porque a ese 36 % hay que sumarle otro 5 % de la ciudad de Buenos Aires, donde Cambiemos fue con otro nombre, ganó 40 % de los votos a nivel nacional y el kirchnerismo alcanzó 22 % a nivel nacional. Entendiendo por kirchnerismo todos los votos por candidatos que adherían a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Esto en el plano nacional. En la provincia de Buenos Aires sí, hubo un triunfo de Cristina, pero por 0,21 %, bastante menos de un punto. Lo cual deja un escenario muy abierto respecto a lo que pueda pasar en la provincia de Buenos Aires, que en Argentina es un distrito decisivo, porque es uno de 24 provincias –nosotros tenemos el sistema federal–, pero es casi el 40 % de los votos.
Entonces me da la impresión de que el efecto ganador lo tuvo el oficialismo, Cambiemos. Además porque ese casi empate de Cristina se dio en un contexto en que las expectativas la daban ganadora, y muchas veces los efectos políticos los generan las expectativas, uno está por encima de las expectativas y eso suele ser un triunfo, pero uno está por debajo de las expectativas y suena más bien a derrota.