Entrevista con el doctor Javier Miranda, presidente del Frente Amplio.
EN PERSPECTIVA
Martes 13.06.2017, hora 8.00
EMILIANO COTELO (EC) —En estos días el Frente Amplio (FA) tiene en su agenda varios asuntos complejos: los gastos realizados por Raúl Sendic cuando integraba el directorio de Ancap usando una tarjeta de crédito corporativa de la empresa, las desavenencias sobre derogar o no el delito de abuso de funciones, los reclamos de aumento del gasto en la próxima Rendición de Cuentas, que todavía no se sabe cómo van a laudarse.
¿Cómo administrar las tensiones internas que provocan esas discusiones? ¿Qué viene dejando este período de casi nueve meses en la presidencia del FA?
Vamos a conversarlo con el doctor Javier Miranda.
El viernes pasado, en la Mesa Política del FA terminó tratándose, apareció como tema, la nota de Búsqueda del jueves sobre los gastos realizados por Sendic con tarjetas de crédito corporativas de Ancap cuando integraba el directorio de esa empresa. A la salida, al comentar el tema en declaraciones a la prensa, usted dijo que existe una campaña de desprestigio de las fuerzas progresistas en América Latina. ¿Por qué fue por ese camino? ¿Por qué afirmó esto, en vez de limitarse a comentar la noticia sobre Sendic?
JAVIER MIRANDA (JM) —Inmediatamente después de decir eso agregué: “esta es mi convicción, en todo caso” e intenté disminuirlo. Fue simplemente intentar poner en contexto una situación. Pero el centro de la discusión evidentemente no es ese, es el tema de la corrupción, el tema público de la corrupción o las sospechas de corrupción o las insinuaciones de corrupción. Quiero despejar rápidamente ese tema porque si no quedamos enfrascados en convicciones, opiniones más generales. Y me parece que el centro de la discusión debe estar en otro lado.
EC —¿Para usted existe efectivamente esa campaña?
JM —Yo creo que sí, que efectivamente hay una estrategia. Que tiene que ver además con una lógica más general, que se da no solo en América Latina, sino en el mundo, que es esta suerte de política del escándalo, que me preocupa mucho en el fondo porque tiene que ver con un desprestigio de la política. Creo que hay una corriente de opinión muy fuerte que le hace daño a la democracia, que tiene que ver con la generación de esta especie de sensacionalismo, de tirar temas sobre la mesa que arman un gran escándalo mediático, después pasan rápidamente o más lentamente de las primeras planas y dejan esa sensación de “toda la política es corrupta”, “todos los políticos son corruptos”, no hay forma de gestionar la sociedad y no hay cuestiones públicas, en consecuencia hay que abandonar la discusión política como forma de organización de la sociedad. Eso me preocupa y mucho.
EC —¿Usted entiende, por ejemplo que la nota de Búsqueda del jueves pasado forma parte de una campaña en América Latina para desprestigiar a las fuerzas progresistas?
JM —No, no, no pienso eso, de ninguna manera. Lo dije –no pretendo atacar al mensajero, me parece que es un error– en la conferencia de prensa, lo he reiterado, lo que provoca sensación y alimenta este juego del espectáculo es afirmarse en la parte en que yo digo que tengo la convicción de que hay un movimiento de esto, entonces quedamos discutiendo eso.
EC —Pero usted dijo eso a raíz de la situación que se había planteado con Sendic.
JM —Es así, tengo esa convicción, pero no estoy diciendo que los periodistas que hicieron esta nota, Raúl Santopietro y Guillermo Draper, sean parte de una conspiración. No voy a caer en esa inocencia, en ese maniqueísmo de manejo de la realidad. Creo que tiene que ver con una lógica de funcionamiento de la comunicación a nivel de la sociedad. Es eso.