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Entrevista central, martes 14 de febrero: Jorge Ruibal Pino

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EC —¿Qué relación tenía, antes de que lo designaran, con las autoridades de Peñarol, en particular con el presidente Damiani?

JRP —Ninguna. Obviamente conocía al presidente y tal vez al vicepresidente, pero más nada; ni siquiera soy socio de Peñarol.

EC —Ah, no es socio de Peñarol. ¿Sí es simpatizante, por lo menos?

JRP —Sí, claro.

EC —¿Y es de ir al fútbol, o había dejado de ir al fútbol por todo este problema de la violencia?

JRP —Lo último es correcto.

EC —Ya no estaba yendo.

JRP —No. No solo al fútbol; también era hombre de básquetbol, llevaba a mis hijas, pensaba llevar a mis nietos. Obviamente mis hijas ya son grandes, pero hace muchos años que no concurro ni al fútbol ni al básquetbol.

EC —El jueves pasado, al hablar en la Comisión Especial del Deporte del Senado, relató que cuando los dirigentes le propusieron este cargo, una de las condiciones que puso fue tener como asesores a dos personas en particular: el comisario Horacio Zaugg, ex director nacional de Cárceles, y el comisario mayor retirado y licenciado en Seguridad Pública César Inzaurralde. ¿Por qué estos dos nombres en particular?

JRP —En realidad, los nombres en los que yo pensaba, además de estos dos compañeros, eran el que quedó de la Comisión de Seguridad, que está trabajando con nosotros, el señor Correa, y otra persona más de mi confianza. El comisario general Zaugg, que fue director de Cárceles, trabajó muchos años conmigo, cada uno en su tarea. Inzaurralde no trabajó conmigo, pero lo conocía como compañero de Zaugg y como experto y profesor de seguridad y sobre todo con posibilidades ciertas de enfrentar un fenómeno nuevo como es el que estamos enfrentando.

EC —Las autoridades de Peñarol aceptaron esa condición.

JRP —Sí, claro.

EC —¿Qué otras condiciones puso? En la reunión en el Parlamento usted afirmó que esta Comisión de Seguridad de Peñarol no trabajará con dinero ni con entradas. ¿Ese fe uno de los puntos conversados?

JRP —Sí. La primera condición fue que de temas de seguridad trataría solo y únicamente la Comisión de Seguridad, los dirigentes se ocuparían de la administración, del fútbol y de todas las demás cuestiones atinentes al club que no fueran de seguridad. La segunda condición es que en absoluto la Comisión de Seguridad manejaría dinero ni entradas. Y la fundamental es que la Comisión de Seguridad no negociaría.

EC —¿A qué negociaciones se refería? ¿Cuáles decía usted que no iban a estar dispuestos a llevar a cabo?

JRP —A las negociaciones que eventualmente se pudieran dar con “delegaciones” de lo que yo llamo “indeseables”.

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