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Entrevista central, martes 18 de abril: Andrés Abt

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EC —¿Usted sabe del interés real, más allá de las conversaciones, las posibilidades? ¿Qué está pasando a la hora de presentarse?

AA —En nuestro municipio hemos armado una Oficina de Desarrollo e Inversiones, en la cual hemos tenido reuniones con la Cámara de la Construcción y distintos privados para asesorarlos sobre cuáles son las zonas de mayor interés, dónde están esos espacios públicos, qué impacto pueden tener en la zona, de qué manera los beneficia el decreto del Ministerio de Economía. Después dónde presentan la licitación escapa a nosotros, eso va a la Intendencia. Por lo tanto hoy no puedo decirte si hay 5, 10, 15 o 20 interesados.

EC —Eso va a estar claro dentro de pocos días.

AA —Dentro de pocos días se va a saber exactamente cuántas ofertas hay para cada uno de los espacios públicos. A partir de ahí habrá un tribunal que empezará a estudiar qué concesión se le da a cada privado.

EC —¿En qué fecha podrían estar construidos, si las cosas anduvieran bien? ¿Qué plazos maneja?

AA —Dos años de construcción.

EC —Por otro lado, ¿qué gestiones ha habido con las empresas de transporte colectivo?

AA —Antes de Semana de Turismo mantuvimos una reunión con todas las empresas de transporte en Montevideo para ver cómo podíamos colaborar en el problema que están teniendo hoy por la baja de venta de boletos, cómo podíamos ayudar desde nuestro municipio. Entendiendo y viendo la posibilidad de mejorar el servicio público y fortalecer lo que en distintas ciudades es el servicio principal de movilidad, ver cómo potenciar distintos tránsitos que tiene nuestro municipio –la ida de un centro comercial a otro o de un centro educativo a un club deportivo, una cantidad de rutas internas del municipio– para darles más beneficios a las empresas de transporte haciendo que más usuarios se suban a los ómnibus y podamos descongestionar las calles. Lo que el usuario demanda es el tiempo que se demora.

EC —Se han alargado los viajes.

AA —Se calcula que cada viaje se ha alargado entre 15 y 20 minutos. Y eso ha hecho que mucha gente haya preferido hacer una inversión y comprarse un auto para acortar esos 15 o 20 minutos en el trayecto.

EC —Así se alimenta el círculo vicioso.

AA —Exacto. Por eso creemos que el hecho de sacar vehículos de la vía pública va a mejorar la movilidad del transporte público, eso va a achicar los tiempos espera o la demora en ir de un tiempo al otro y eso va a hacer que las personas vuelvan a subirse al transporte.

Otro ejemplo que manejamos, que fue planteado por una empresa de transporte, nos pareció muy bueno y vamos a llevarlo adelante es lo que refiere al turismo. En nuestro municipio hay una gran cantidad de turistas, ¿por qué no hacer, como existe en otras partes del mundo, un pase libre de 24, 48, 72 horas en distintos trayectos en Montevideo que el turista pueda comprar en el hotel o en algún lado para recorrer Montevideo, como nosotros hacemos cuando viajamos a otras partes? Esa propuesta se vio.

También vamos a trabajar en conjunto para setiembre en una campaña de concientización en los clubes deportivos de nuestra zona, que albergan muchísima gente, para informar sobre los horarios, las frecuencias y los beneficios de la tarjeta de transporte.

***

EC —Otro problema endémico de Montevideo que en el Municipio Ch tiene presencia fuerte es el mal estado de las veredas. En el cabildo que se realizó el 30 de marzo pasado, el intendente Daniel Martínez anunció que el gobierno departamental va a asignar presupuesto a los municipios para que, en caso de que los vecinos no reparen las veredas que les corresponden, el arreglo pueda ser realizado por el municipio correspondiente y luego se cobre ese trabajo con la contribución inmobiliaria. Usted estuvo trabajando en una idea como esta.

AA —Exactamente. Esto nace de las reuniones que tenemos periódicamente con el intendente los ocho alcaldes, la Junta de Alcaldes, a partir de una problemática que teníamos los municipios B, C y CH. Los tres alcaldes hablamos muchas varias veces en la Junta de Alcaldes de cómo se podía hacer como antiguamente, que la Intendencia haga las veredas, y después eso se pague con los impuestos y se le devuelva al municipio.

EC —Según la normativa vigente, la responsabilidad del mantenimiento de las veredas corresponde al “frentista” –ese es el término que se utiliza–, el propietario del inmueble que da a ese tramo de vereda. Puede ser una casa, puede ser un edificio, puede ser una institución, etcétera, pero la responsabilidad es del o de los propietarios. ¿Entonces?

AA —Exacto. En nuestra primera línea de estrategia la vereda tiene que ver con la mejora de los espacios públicos. Para nosotros la vereda es el primer espacio público, es el primer lugar donde tenemos contacto con la ciudad. Y realmente el tema de la accesibilidad en nuestras veredas deja mucho que desear.

EC —Es una clave además de la accesibilidad, no solo para gente como Guillermo que nos mandaba recién su correo electrónico y que se traslada en silla de ruedas, no solo para un discapacitado, sino también para personas adultas, adultos mayores, personas con cochecitos de bebé, etcétera.

AA —Exactamente, nuestras veredas en distintos lugares son totalmente intransitables. Por esta propuesta que planteamos y que por suerte la Intendencia la va a llevar adelante se va a dar una cifra de $ 1 millón a cada municipio. Por supuesto que siempre es mejor eso que nada, pero es una cifra muy pequeña. Por ejemplo, en nuestro presupuesto invertimos en veredas $ 5 millones, y cualquier vecino ve que nos falta muchísimo para mejorar las veredas. Entonces, si $ 5 millones es poco, $ 1 millón es muchísimo menos. Pero es un buen avance.

EC —¿Los vecinos van a ser alertados de que está corriendo este plazo de tolerancia, que si no cumplen en esa fecha viene el municipio y hace la obra?

AA —En el correr de lo que queda de abril y principios de mayo vamos a salir a intimar a los vecinos. La intimación es como la información, se le hace una nota en la cual se le dice que debe presentarse en el centro comunal para reparar esa vereda. Se podrá hacer a costo del frentista, que es el que tiene la obligación, o se verá cómo lo hacemos nosotros y se le agrega a la contribución.

Lo que pasa es que el vecino muchas veces está podrido de arreglar la vereda y después venga la OSE y le rompa, y después arregle y venga el de la fibra óptica y le rompa, y después arregle… Eso ha desgastado muchísimo al vecino, se ha dejado de preocupar por el tema de la vereda.

EC —Y está la otra realidad, que realizar individualmente el arreglo de una vereda es complicado, por los trámites que hay que hacer.

AA —Sí; hoy está mucho más aceitado, la persona se presenta en el centro comunal, dice que va a arreglar la vereda, pasa el cuerpo de arquitectos del comunal e inmediatamente le da el permiso. Porque hay una idea de mejorar el tema de las veredas.

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