
EC —Llamó la atención leerlo a Luis Suárez en la entrevista que se publicó hace pocos días en Ovación, de El País, con planteos muy directos, muy frontales en esta materia.
DL —Sí, justamente por eso, porque son temas que tal vez a la opinión pública no salían, pero eran muy conversados en la interna, era muy difícil que un jugador de la selección se escapara de esas charlas. Como siempre, cuando sos más gurí estás un poco más alejado, después te vas informando, vas adquiriendo responsabilidad frente al grupo, frente a la gente. Ese es el proceso natural que ha vivido Luis, que ha vivido el Edi, que ha vivido Godín, que están viviendo ahora también Sebastián Coates, Palito. Es un tema más que nada del jugador de fútbol queriendo transportar a Uruguay lo que ve que pasa en el mundo. Seríamos muy cómodos, muy egoístas, si no intentáramos hacer algo para llevar a Uruguay lo que vemos que funciona en el mundo en este deporte.
EC —Yo preguntaba si se están moviendo los cimientos del fútbol uruguayo. ¿Qué es concretamente lo que ustedes buscan?
DL —Muchas cosas, pero en resumidas cuentas, que el fútbol uruguayo comience una etapa de reestructura, de replantearse muchas cosas, de reorganizarse, de apelar a maximizar los ingresos que puede tener, que son muchos más de los que tiene hoy, sin duda. Y a partir de ahí organizarse, con una mejor estructura, con un plan de trabajo enfocado en beneficio del espectáculo, porque el beneficio del espectáculo va a traer que el producto vuelva a valer más, y el hincha, que es el cliente de esta industria independiente que es el fútbol, tiene que estar más conforme también con el espectáculo, con la estructura, con lo que ve por televisión. Creo que es la mentalidad que rige en el mundo de tomar al fútbol no solo como un deporte, sino como una industria de entretenimiento.
Para eso hay que intentar que el espectáculo sea mejor y para eso precisamos de todos, de jugadores, de dirigentes, de periodistas que critiquen y vean y hagan a la gente tocar temas que por suerte y obligada en los últimos tiempos está tocando, como derechos de televisión, derecho de imagen. Cosas que son necesarias para que la gente entienda y no tenga miedo de hablar de millones de dólares, porque, como decía, el fútbol es la industria de entretenimiento más grande del mundo. Por eso la FIFA es el monstruo que es, por eso se paga como se paga en otras partes del mundo, y Uruguay, obviamente con la limitante que tiene por ser un país pequeño, tiene muchísimo más para crecer, porque también la marca del fútbol uruguayo es enorme y muy valiosa en el mundo.
EC —Una pregunta inevitable es si estamos ante una movida contra Tenfield.
DL —No, no, la movida es a favor del fútbol, a favor de que la AUF tenga muchos más ingresos, de que la AUF tenga independencia para tomar decisiones, como viene teniendo últimamente, para que ese dinero sea mejor distribuido entre los clubes, para que los clubes puedan distribuir mejor para sus jugadores. Es algo general. Obviamente, la empresa que hoy tiene los derechos es la que se puede sentir más afectada, pero esto es a favor del fútbol. Es un año crucial…
EC —Justamente, ¿por qué todo esto se precipita en este 2016?
DL —Porque se vence el contrato de la AUF de cesión de derechos a la empresa. Entonces es un año fundamental para valorizar los productos de la AUF, para que esta tenga independencia para tomar decisiones y para que tenga la obligación de profesionalizarse en todo sentido, porque es la única manera de que el fútbol hoy pueda gerenciarse, con mucho más profesionalismo. El fútbol no es un boliche que se trabaja como una cantina, sino que requiere de profesionales en cada área. La muestra es lo que está pasando en estos días.
EC —De todos modos, da la casualidad de que Tenfield termina siendo destinataria de buena parte de estos planteos por los contratos que tiene vinculados con el fútbol uruguayo. Y no ha sido fácil discutir esos contratos, buscar alternativas. Dentro de la institucionalidad del fútbol de nuestro país hemos visto en distintos momentos frenos en esa dirección, justamente por compromisos, por deudas con Tenfield, por la relación muy cercana que esa empresa tiene con varios de los clubes y dirigentes. Para ustedes, ¿cómo fue tomar este impulso? ¿Fue sencillo dar este paso?
DL —Justamente, por eso la iniciativa la tomamos los jugadores. Después de 20 años de vínculo, obviamente ya es mucha la gente que está agradecida, otra que es dependiente y otra que no conoce otra forma de subsistir. Entonces los jugadores entendimos que éramos nosotros y solo nosotros los que podíamos intentar ir a ese tema, plantear estas cosas y hacer que la gente también, que en todo esto es nuestra principal aliada, tenga conocimiento de cómo son las cosas, de lo que pasa, de lo que puede llegar a suceder. Por eso es que los jugadores salimos de la zona de confort y decidimos plantar cara en este asunto, porque solamente nosotros podíamos mover la estructura.
EC —Ustedes veían que desde adentro, desde la estructura institucional del fútbol uruguayo, esos cambios no iban a darse, y vieron que ustedes podían jugar ese papel, podían empujar.
DL —Sí, esa fue la gran razón por la que los jugadores intervinimos, porque era imposible que dentro del fútbol o de otra gente del país alguien pudiera hacer nada, porque hay un sistema que abarca ya hace más de 20 años. Por eso sentimos la responsabilidad de plantear nuevas cosas. Como te decía, siempre ha sido nuestra […] con mucho respeto pero con mucha firmeza.
EC —¿Del lado de ustedes cómo venía la relación con Tenfield? ¿Cuántos de ustedes están vinculados de una u otra forma con Tenfield o con Paco Casal?
DL —Nosotros hemos convivido con Tenfield estos años de selección, pero no hemos tenido […]. Era la empresa que tenía los derechos de la selección y convivíamos, simplemente eso.
EC —Pero individualmente, hay jugadores que están gestionados, que tienen a Paco Casal o a su grupo como representantes.
DL —Creo que son pocos, […] Pereira, Christian Stuani, y no sé si alguno más. Pero como te decía, esto es algo mucho más amplio, mucho más importante, que abarca el intentar de una vez por todas que el fútbol uruguayo empiece a entrar en el profesionalismo. Porque hoy el fútbol uruguayo no es profesional, es totalmente amateur en muchos aspectos. Hemos visto cómo ha quedado atrás incluso en América, debemos de ser el país con menos infraestructura, el país que a nivel de clubes menos chances tiene de competir a nivel internacional. Todo eso tiene un porqué que se puede revertir entre todos y obviamente de a poco.









