
***
EC —Me interesaba detenerme en un aspecto más de este debate. Entre los economistas ha ido ganando fuerza un discurso que sostiene que el ajuste hoy es necesario, sí, pero que pudo haberse evitado. Y concretamente se responsabiliza al gobierno anterior, que encabezó su esposo, José Mujica. Pienso, por ejemplo, en lo que decía hace pocos días aquí en En Perspectiva Ernesto Talvi.
(Audio Ernesto Talvi.)
El déficit actual no nació en una probeta ni por combustión espontánea. El déficit se generó fundamentalmente en la administración anterior. Por una razón muy simple, y es que cuando se instala el enfriamiento, después de casi ocho años de boom espectacular entre 2004 y 2011, el gasto público siguió creciendo como si no hubiera mañana. Además, el superávit de las empresas del Estado, que volcaban habitualmente las ganancias a las arcas públicas y que se mantuvo durante las cuatro administraciones anteriores, fue dilapidado, desapareció, se volatilizó. Entonces hubo un gigantesco gasto, que siguió como si las circunstancias no hubieran cambiado y habían cambiado claramente.
(Fin audio.)
EC —¿Qué dice a propósito de este “pecado original” que, según Talvi, da pie al déficit que ahora obliga al ajuste fiscal.
LT —Todos los días, no sé si me hago bien o hago mal, leo el diario El País y página por medio es un palo para Mujica, así que eso ni me mueve un pelo. Creo, primero, que la discusión sobre el papel de las empresas públicas no está saldada en Uruguay. Hay quienes pensamos que deben ser el motor de la economía y que si no hacíamos inversiones en ellas, porque en cualquier empresa de cualquier rubro y cualquier categoría si no se invierte y no se va para adelante, la empresa se queda, habríamos estado en graves problemas. Así que creemos que lo único discutible puede ser el tiempo de inversión, que capaz que fue corto, tendría que haber sido un poco más largo. Salvo eso, creo que la inversión era imprescindible, la modernización.
EC —Pero después hay otro factor que menciona Talvi, la forma como continuó aumentando el gasto público muy por encima de lo que crecía la economía, cuando ya empezó a enfriarse la economía.
LT —Ahora varios de esos economistas hablan de la regla fiscal, y nosotros estamos hablando de la regla social. Hay cosas en las que no invertía después con el tiempo los costos, porque la fractura social, que termina siendo una fractura cultural, después para suturar es muchísimo más cara y penosa que si yo no hago la inversión a tiempo.
EC —Usted dice que en el período Mujica también ese aumento del gasto por arriba del ritmo de crecimiento de la economía era por el gasto social?
LT —Fue por el gasto social, por arreglar una serie de cosas. Se ha dicho que aumentamos la plantilla de funcionarios públicos, no es verdad. Lo que hicimos fue regularizar el desastre que había en la Administración Pública. En este país se prohibió el ingreso a la Administración Pública por la puerta, pero después de que se prohibió el ingreso por la puerta y a dedo, porque no era ni siquiera por concurso ni llamado, entraron por la ventana, con 410, comisión de apoyo, había 20 formas de contratar en Salud Pública, todo un desorden, en una misma sala enfermeros que ganaban todos diferente. Un caos. Se fue presupuestando y ordenando eso. No está terminado, porque era muy caótico. El tema de los becarios, de los pasantes, de los caché.
EC —Pero lo cierto es que se fue consolidando gasto estructural a partir de un financiamiento que era notoriamente efímero, la economía no podía seguir creciendo, no iba a seguir creciendo al ritmo a que venía creciendo.
LT —No, la economía tomó un momento de crecimiento, ahora hay un enlentecimiento en el mundo y sobre todo una cosa que preocupa que son los tres principales destinos comerciales de Uruguay, los tres tienen problemas distintos pero problemas al fin.
EC —Voy a que se quedó un gasto fijo muy alto, que ahora cuando la economía afloja no se puede bancar y hay que ir a medidas como esta del ajuste.
LT —Yo no creo que vaya por ahí la cosa, porque se ha hecho mucho hincapié en la sobra de recursos humanos, y los tres puntos del Estado que tienen realmente abundancia de recursos humanos no pueden no tenerla, que son la policía, es decir, la seguridad, que uno sale del país y se da cuenta de que Uruguay es un país recontraseguro–, la salud pública y la educación. En esos tres lugares si no hay recursos humanos no funcionan. Entonces es ahí donde está el grueso de los recursos humanos, no ha habido en ningún otro lado. Es verdad, el Ministerio de Vivienda tuvo recursos como nunca, pero todavía no hemos podido mover contundentemente la aguja del déficit habitacional, con una industria de la construcción que el costo del metro cuadrado –yo escuché la entrevista que usted le hizo ayer a Otegui, que es de las personas que más conocen la industria de la construcción, y hay costas que la obra pública tiene, y las empresas públicas ni que hablar, que pagan impuestos distintos de las empresas privadas, pagan más caro el dólar, una serie de cosas. Entonces cuando miremos estas cosas hay que poner todo sobre la mesa, si no para mí es parcial.
EC —Entonces en cuanto al manejo del gasto usted, o el MPP, no hace autocrítica? Porque lo cierto es que esa evolución del gasto iba a conducir en algún momento a algo así, a esto del ajuste.
LT —No… sí, puede ser, pero yo lo único que creo que puede ser discutible es la concentración del gasto, capaz que se podría haber hecho la obra un poco más diferida en el tiempo, lo que diferiría los impactos y los resultados y la amortización, todo. Pero hay obras absolutamente necesarias. Yo tengo la posibilidad de tener al país incluido porque Carolina Cosse decidió cablear todo el país y lo cableó, y no sé si no se salió de la frontera.
EC —No creo, más vale que no.
LT —Entonces, si yo tengo en una escuelita rural perdida la posibilidad de una ventanita que abro a la conexión, voy a pérdida, sí, señor, pero esa pérdida vale la pena, porque ahí tengo un uruguayo incluido. Porque yo no estoy para enriquecerme a través de las empresas públicas, por eso digo que la discusión de fondo, si la pudiéramos dar, sin perfilismos políticos, no sé si podemos en este país, tengo mis enormes dudas, sería: ¿cómo concebimos cada uno de nosotros el rol y el diseño de las empresas públicas? Sin embargo hay cosas que nosotros recogemos. En ese proyecto de transparencia recogemos cosas de esto.









