
RA —¿Está hablando de las políticas sociales, por ejemplo?
GF —No, no, no, no.
RA —Eso está descartado de la plataforma.
GF —Por supuesto, por supuesto. ¿Quién va a intentar pegarle al más débil? Absolutamente nadie, estamos absolutamente convencidos de que la gente que hoy está amparada en las políticas sociales y recibiendo alguna limosna social, porque son unos pocos pesos, es la gente que peor está pasando y por la que tenemos que luchar más. Somos solo tres millones y hay un sector de la población que realmente está pasando muy mal. Vamos a tratar de que mejore esa situación, empezando por ellos, por la gente que está peor. Las políticas sociales nadie las cuestiona, no se cuestionan las políticas sociales como políticas sociales. Sí se puede estar cuestionando cómo se han instrumentado, que dejen de ser de repente compra de votos y pasen a ser políticas de desarrollo personal, que la gente crea que con el trabajo y el esfuerzo se puede lograr mucho más que con esta limosa absurda que le están dando. Apuntamos a eso, esa es mi opinión personal en este momento, pero creo que es compartida por mucha gente. Habrá otra gente que piensa diferente, obviamente; estamos en una democracia, gracias a Dios, en un país libre donde cada uno se puede expresar. Pero mi forma personal de ver es eso que le acabo de decir. Acá los principales perjudicados son los eslabones más débiles, como siempre, los que reciben una asistencia, los asalariados que perdieron su fuente de trabajo, eso no es un tema menor hoy. En el interior se nota el desarrollo de villas o como les quiera llamar en las periferias, se ve gente que realmente está pasando mal y que anda buscando en la basura. En el interior no estábamos acostumbrados a ver eso, ha sido una explosión en los últimos tres, cuatro años. Entonces la principal perjudicada por el gasto excesivo del Estado es esa gente.
RA —Y cuando dicen que hay recortes de gasto público que el Estado puede hacer, ¿en qué políticas están pensando o en qué aspectos piensan que se puede recortar?
GF —Creo que hay mucho lugar para recortar. Hay mucho cargo innecesario, hay mucho puesto que no cumple ninguna función o que cumple pocas funciones, hay mucho dinero, muchos millones de dólares que se están invirtiendo en cosas que no tienen ni siquiera un futuro trazado, por lo tanto están siendo absolutamente mal gestionados.
RA —¿A qué se refiere concretamente?
GF —Le doy mi opinión personal: AFE. Nadie habla de AFE. Pero AFE invirtió supuestamente US$ 1.000 millones –posiblemente más– en una línea férrea que tendría que haber ido de Tranqueras a Pintado; cuatro años después, cuatro años tarde, llegó recién a Paso de los Toros. Se gastaron US$ 1.000 millones en eso, y se sigue gastando, porque siguen en un mantenimiento permanente y no pasa un tren, no hay un tránsito de nada, lo único que pasa es la misma gente que sigue yendo y viniendo por la vía, arreglando, cambiando durmientes y rieles. Le doy un ejemplo, ¡si habrá de esos ejemplos!
Después con respecto a Ancap, Ancap combustibles tuvo un margen, el año pasado, en el 2017, tuvo un superávit de US$ 350 millones, pero Ancap empresa, Ancap total, tuvo balance cero porque hay dos empresas de Ancap, que son la parte de cemento y ALUR, que pierden justamente US$ 350 millones por año. Hay muchísimo lugar donde recortar, como los entes. Personalmente creo que los monopolios no han sido beneficiosos, no creemos en la privatización, incluso no creí cuando se presentó hace años en aquel plebiscito, voté en contra de la privatización, pero soy un convencido de que la desmonopolización es muy importante para que no se nos traslade un costo del que no somos los culpables. Si ALUR no anda o pierde y el cemento de Ancap pierde, si entre las dos pierden US$ 350 millones en un año, nosotros no somos los responsables de eso. ¿No será cuestión de los administradores de turno decir “vamos a parar esto, vamos a suspenderlo, vamos a reestructurarlo”? Que se haga lo que se tenga que hacer.









