EC —Durante la cobertura que hicimos en En Perspectiva desde la sede del Plan Ceibal la semana pasada, entrevistamos al profesor Cristóbal Cobo, chileno, que hace años trabaja con el Plan Ceibal y autor del libro La innovación pendiente. Entre otras cosas, el libro se detiene en cualidades o competencias nuevas que aparentemente habría que encontrar cómo evaluar porque son importantes en el mundo que se viene. Esas capacidades son: 1) capacidad de crear conocimiento, 2) sentido de ciudadanía digital, 3) mentalidad global, 4) capacidad de aprender de manera flexible, 5) instinto de autoexploración, 6) habilidad para el aprendizaje colaborativo, 7) multialfabetismo y 8) capacidad para desempeñarse como un artesano digital.
RV —Notable, me parece notable. Pero si se ponen esas metas, miremos desde el sistema educativo hoy acá o en otra parte del mundo, y veremos que estamos frente a la necesidad de generar un cambio de paradigma. Los problemas no se pueden resolver todos juntos, tiene que empezar a haber una mirada y hay que catalogar los problemas. La institución educativa, la ley, se puede revisar, el estatuto docente habrá que revisarlo, pero no vamos a cambiar todo junto. Pero tenemos que poder pensar los temas en un ambiente en el cual esté comprometido no un sector del país, sino el país. Es necesario encontrar un camino para que eso se dé.
EC —¿Hay que promover ese ámbito?
RV —Ah, yo creo que sí. Eduy21 puede ayudar en eso, pero si nos quedamos en Eduy21 creo que no llegamos al país.
EC —¿Y a quién le corresponde instalar ese espacio?
RV —El gobierno podría tomarlo. El gobierno va a hacer el Congreso de la Educación, el tema es que el Congreso de la Educación, que está en la ley –yo participé en el anterior como delegado del FA– para mí no debía ser resolutivo. Siempre lo sostuve, se lo planteé a aquel primer Codicen de Yarzábal, y estaba Brovetto como ministro de Educación y Cultura. Debía ser un esfuerzo de crear consensos y de registrar todos los disensos, todas las discrepancias, todas las propuestas distintas para seguir trabajándolas. Creo que habría tenido mucho más efecto sobre lo que está ocurriendo si hubiera tenido ese carácter. Más allá del Congreso, que está muy bien, tendría que haber un marco más académico, no de técnicos –las palabras técnico, experto me ponen muy nervioso–, de docentes comprometidos y de repente algún especialista, para pensar estos problemas, sabiendo que no se van a poder resolver todos juntos.
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Transcripción: María Lila Ltaif
