
EC —Uno de los factores que están como telón de fondo de esta situación que venimos analizando del transporte colectivo es el aumento de la cantidad de vehículos que circulan por las calles de Montevideo en concreto. Aumento de la cantidad de automóviles, más gente tiene auto de un tiempo a esta parte, y aumento de la cantidad de motos, en todo el país, pero en especial en Montevideo. Y en Montevideo en muchos casos la moto es la respuesta al precio del boleto. Se busca en ese medio de transporte una alternativa, que además da mayor independencia, y que en muchos casos se paga en cuotas que equivalen al gasto mensual o poco más que el gasto mensual en boletos.
En ese sentido me pareció interesante un comentario que hizo el presidente de UCOT, Mario Alvarellos, que agregó una variable que está incidiendo, que es el comportamiento del tránsito. Él dice que el aumento de autos y motos ha llevado a que recorridos de algunas líneas, que eran de una hora, se alargasen, en un período de menos de 10 años han pasado a ser de una hora y media. “Esos son costos que se suman al sistema de transporte”, dice. Él lo mira desde el punto de vista del costo, pero también hay que mirarlo desde el punto de vista del pasajero: para el pasajero es menos interesante subirse a un ómnibus si un viaje que hace 10 años demoraba una hora ahora demora una hora y media. ¿Qué dice de esto?
PI —Compartimos absolutamente ese diagnóstico. Además de Mario, que es el representante de UCOT, las otras tres empresas nos han planteado exactamente lo mismo, porque lo ven reflejado directamente en los cartones, en sus horarios de servicio. Esto es absolutamente así y también forma parte de un círculo vicioso del que tenemos que salir. En marzo vamos a tener los resultados finales de la encuesta origen-destino que la IM viene haciendo con la Universidad de la República, que ha hecho durante todos los meses del verano. Eso nos va a permitir confirmar esta percepción que todos tenemos de que la incorporación de tantos vehículos particulares al tránsito también lo hace más lento, más congestionado, lo cual repercute en los tiempos de viaje de un sistema de transporte que tenemos que hacer mucho más ágil.
Estos temas no son simples de resolver, si no ya se habrían resuelto, pero tenemos que empezar a hacer lo que estamos haciendo, identificar los problemas, atacarlos uno por uno e intentar resolverlos para tener ese sistema de transporte que todos merecemos y tenemos. Porque aparte, más allá de la política de transporte, la política de movilidad y la planificación estratégica de la ciudad, Montevideo tiene una definición muy clara que pasa por el transporte colectivo como una de sus prioridades. En los años 2008, 2009, 2010 se tomaron algunas buenas medidas que se abandonaron y que queremos retomar, que tienen que ver con los carriles preferenciales, con los controles, con la fiscalización de que esos carriles preferenciales cumplan su función, para que el transporte colectivo, que es el que transporta a mayor cantidad de personas, tenga un espacio para una circulación más ágil. Esa es una pequeña medida de las que estamos estudiando en conjunto con las empresas, con los trabajadores y con los usuarios para pasar del diagnóstico a la acción concreta.









