EC —Llama la atención que todavía estemos en la etapa del diagnóstico. ¿Cuántos años hace que sabemos que el sistema de transporte público de Montevideo está complicado, necesita ajustes?
PI —Han ocurrido cuestiones que han retrasado las decisiones y han paralizado algunos procesos. No olvidemos que el Plan de Movilidad que se comenzó a desarrollar por el año 2010, y específicamente la modalidad troncoalimentada de transporte con corredores exclusivos, con bus BRT, que fue la experiencia del corredor Garzón, tuvo sus problemas, sus dificultades, su fracaso, y eso congeló algunos procesos que venían muy bien en mi humilde punto de vista. Ahora queremos retomar la priorización del transporte público en la ciudad, el ordenamiento, está en desarrollo una política de estacionamientos subterráneos. Hay un conjunto de medidas que creo van a dar resultado en este período.
EC —La IM está interesada en descongestionar las calles, insiste, tienen que circular menos autos y menos motos. Pero, en los hechos, a quien decide seguir viajando en ómnibus se lo castiga. Y resulta, por otro lado, que quien usa el ómnibus básicamente es el trabajador, a quien de esta forma se le carga una especie de impuesto adicional, se le complica el presupuesto, le rinde menos el dinero.
PI —Sí. Creo que hay una variante en lo que tú decís. En esta encuesta origen-destino vamos a tener datos más precisos para tomar mejores decisiones, pero en muchas ciudades del mundo –y creo que tenemos que ir hacia eso en Montevideo– el transporte público es no solamente el transporte de la clase trabajadora, tenemos que lograr que otros sectores sociales también se incorporen. Y no estamos hablando de que la gente no tenga auto o moto, sino de que para la movilidad diaria, para el transporte cotidiano, la opción del transporte colectivo siga siendo o pase a tener mayor relevancia, porque de esa manera vamos a tener no solo mejor tránsito, sino una mejor ciudad.
Si seguimos en el proceso de motorización de la sociedad, por lo menos aquí en Montevideo, seguiremos entrando en ese círculo vicioso en el que nos va a seguir faltando espacio público para los autos, para estacionarlos, para circular. La única forma de revertir eso son políticas de mediano y largo plazo. Estamos hablando de un proceso de transformación del sistema de transporte. Algo ya se ha hecho, no tenemos que perder de vista que no hace tantos años el horario de los ómnibus era prácticamente un secreto de Estado y hoy tenemos cada vez más información y cada vez más la tecnología le está permitiendo al usuario planificar mejor y utilizar mucho mejor su tiempo. Creemos que el transporte colectivo tiene que ir por ese camino.
