
EC —Quedó dicho al pasar, cuando abrieron las puertas, cuando inauguraron la actividad, el 10 de noviembre, lo hicieron trabajando solamente con choferes y coches que a su vez ya existieran en el capítulo remises, en la categoría remises. Quedó dicho también que optaron por ese camino para estar tranquilos de que se movían en el marco de la ley. ¿Cómo es esto? ¿Por qué al trabajar con remises no estaban chocando contra la normativa?
MG —Los remises son un tipo de vehículo habilitado por la Intendencia, y nosotros básicamente la explicación de lo que estábamos haciendo era conectar oferta y demanda de la misma forma que lo podría hacer una agencia de remises hoy en día, pero usando la interfaz electrónica. O sea que en realidad ya veníamos, tenemos nuestra registrada, estamos pagando nuestros impuestos, estamos cumpliendo toda normativa laboral y fiscal de Uruguay. Y también estamos trabajando con vehículos habilitados por la Intendencia, en este caso los remises. Teníamos ese círculo cerrado y estamos cumpliendo 100 % con la legalidad.
EC —¿En la Intendencia siempre estuvieron de acuerdo con esa interpretación?
MG —Sí.
EC —Es decir, la empresa plataforma de internet para coordinar servicio de remises nunca estuvo en cuestión?
MG —Nunca estuvo en cuestión. Desde el momento cero nos reunimos con la Intendencia, le planteamos “queremos hacer esto, queremos ver si les parece bien”. Y realmente siempre tuvimos una respuesta favorable a trabajar con remises, incluso lo vieron como algo positivo porque iba a permitir dinamizar un sector que en algunos sentidos estaba un poco castigado por la llegada de otras aplicaciones y a mover un poco más eso, que hay bastante preocupación.
EC —Y curiosamente, la gremial de los remiseros se manifestó en contra, rechazo la posibilidad de que sus choferes trabajaran para Cabify. ¿Cómo manejaron esa situación? Usted acaba de decir que en principio ustedes de algún modo iban a ser un empujón, una ayuda a un sector, el de los remises, que estaba jaqueado por Uber, por ejemplo. Sin embargo lo que ocurrió fue el rechazo.
MG —Sí, pero hay que tener en cuenta que en esta agrupación de propietarios de remises están algunos de los propietarios de remises, no todos. Hoy en día gran parte de los propietarios de remises están trabajando con Cabify, incluso más de los que pensamos en un principio. Y realmente esta agrupación de propietarios de remises tuvo una postura contraria, creo que con argumentos muy poco válidos, incluso con mentiras, como decir que nosotros decíamos que en Montevideo había 1.500 remises y que éramos una empresa de cuarta por eso, cuando nunca dijimos eso. O como nosotros usamos generalmente en un principio imágenes incluso de Cabify en otros países porque habían lanzado que éramos unos mentirosos porque usamos imágenes de autos que acá no están habilitados para usarse como remises. Un montón de situaciones que ellos sospechaban que íbamos a pasar a particular de forma irregular, un montón de cosas que no tenían sustento real y que hicieron que se generara esa postura en contra, pero hay gran parte de remiseros, sobre todo remiseros independientes, que estaban muy afines a trabajar con nosotros y lo hicieron y hoy en día son una gran parte de nuestra flota.
EC —¿Sanearon la relación con el gremio?
MG —No, de nuestra parte nunca hubo un diálogo ni un contacto.
EC —Quedó entendido por qué optaron por empezar trabajando con remises, es una estrategia original, podría decirse inteligente, pero me queda por saber: a esos remiseros que ustedes incorporaban, ¿les agregaban una capacitación propia?
MG —Claro, sin duda.
EC —Ya tenían las ventajas de que eran trabajadores del sector formales y que los vehículos también estaban registrados. Pero ¿le ponían ustedes un plus?
MG —Sí, sobre todo en el uso de la aplicación. Son personas que están trabajando desde hace mucho tiempo en el ecosistema del transporte pero en general no lo venían haciendo a través de aplicaciones, y obviamente tenía que haber un proceso de “nosotros nos adaptaos un poco a ustedes y ustedes se adaptan un poco a nosotros”. O sea, el trabajo con Cabify no va a ser exactamente igual a como lo venían haciendo con los remises, con la forma tradicional de gestionar un remís, y nosotros aplicamos sobre todo una capacitación de cómo manejarse con la aplicación, de cómo manejarse con los clientes en esta nueva modalidad.
EC —Eso es evidente, había que hacerlo. Pero ¿en cuanto a la forma de relacionarse con el público, en cuanto al trato, vestimenta eventualmente, ¿tienen pautas propias?
MG —Tenemos protocolos de vestimenta, todos los conductores tienen que usar camisa, pantalón; tenemos protocolos de respetar ciertas preferencias que el usuario puede setear en la aplicación. En general e tema de la vestimenta y de los protocolos ya estaba muy pulido por el lado de los remiseros, fue simplemente agregar algo propio de la aplicación, como por ejemplo confirmar que la persona que se está subiendo efectivamente es la que pidió.
EC —Por lo menos en los comentarios de la gente ha habido situaciones de todo tipo.
MG —Claro, termina pasando que una persona se sube que no era. En un caso pasó y en ese caso importante que esos protocolos de empezar a manejar en una aplicación los adquieran porque cambian, cambia la forma en la cual ellos se relacionaron con los clientes y como lo hacen ahora.
EC —Veo algunos mensajes de la audiencia. Por ejemplo este de Diego, que pregunta: “¿Cabify cobra en el momento con tarjeta de crédito? ¿Hacen el vaucher en el momento?”. ¿Cómo es la forma de pago, qué diferencias tiene con otras? ¿Qué tipo de tarjetas aceptan?”.
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