
EC —Emilio, ¿en qué medida la gente de Colonia se siente consustanciada, entusiasmada con el triunfo que acaban de obtener?
EF —Desde el punto de vista del departamento, la mejor señal fue cuando volvíamos el domingo de Montevideo, que el día estaba realmente muy feo, con lluvia y frío, y pasamos por localidades como Valdense, Rosario, Juan Lacaze, Tarariras. En Valdense fue algo muy particular, primero porque es la localidad de donde es Roberto y creo que sus afectos, sus amigos de la infancia estaban todos esperando para saludarlo porque él era parte de ese ser campeón. Fue muy lindo ver toda la gente que estaba esperando. Eso nos marca el compromiso que tiene hoy Plaza, que ya es una responsabilidad muy grande: ser el embajador del fútbol del departamento de Colonia. No es cosa menor. Algo que parecía una utopía, que era “Colonia es Plaza” o “Plaza es Colonia”, hoy no lo es tanto, la gente del departamento va entendiendo que Plaza no es competencia del fútbol de la Organización del Fútbol del Interior (OFI), sino que es el representante, es el paso al fútbol profesional en sus mejores términos.
Hay un proceso muy interesante y este grupo gerenciador que llegó en setiembre de 2013 lo está llevando a cabo muy bien. Como dirigentes tuvimos que tomar una triste determinación en agosto de 2013, que era bajar la cortina del fútbol profesional, pero un compañero de directiva puso la moción de si venía alguien y tomaba las riendas… Se tomó como una posibilidad y apareció Roberto, y atrás de Roberto su amigo de mucho tiempo, Carlos Manta.
EC —Tengo aquí una nota de El País de este domingo que se ubica en aquel momento crítico, segunda mitad del año 2013: “Plaza Colonia estaba a punto de no presentarse al Campeonato Uruguayo de la Segunda División Profesional por serios problemas económicos. La solución no aparecía por ningún lado y a la cancha iban los de siempre a ver al equipo. Y uno de ellos era Roberto ‘Chiqui’ García, por ese entonces ayudante técnico de la selección de Colonia”. Roberto cuenta en esa nota: “Me acuerdo que Plaza perdió un partido 2-0, me estaba yendo y dos dirigentes me gritan: ‘Chiqui, necesitamos una mano’. Al siguiente partido lo mismo. Les dije que yo no podía dirigir porque no tenía carnet profesional y ahí fue que me contaron que no se iban a presentar a jugar, que la directiva ya estaba cansada de los gastos y que la plata no aparecía. ‘Precisamos ideas nuevas y si no aparece aire fresco vamos a dejar, porque eso es insostenible. No tenemos fuerzas ni energías’, me dijeron”. Parece que con eso lo conmovieron…
RG —Sí, fue tal cual. Fueron Juan Carlos Izquierdo y otro directivo que no recuerdo, que estaba con él atrás. Estaba cabizbajo después de una derrota de Plaza Colonia, y Juan Carlos estaba entregado, anímicamente destruido, sin fuerzas, y lo noté. Yo le dije, ingenuamente, que yo no podía dirigir, y Juan Carlos me dice: “Chiqui, precisamos ideas nuevas, precisamos alguien fresco, me gustaría charlar con vos”. Así empezamos. Empezamos a hablar por teléfono, después nos reunimos, después le pedí el presupuesto anual de la institución de todo lo que eran gastos, los números de primera división y formativas.
Yo tengo un amigo de la vida que es Carlos [Manta], lo conocí en Deportivo Colonia en el 2002 y siempre estuvimos involucrados en el fútbol, lo seguí mucho. Y le dije: “Me encantaría agarrar un proyecto así, así y así”. Carlos es otro enfermo de fútbol igual que yo… Lo invité a ir a Buenos Aires para ver todos los números, mientras las mujeres estaban de shopping nosotros estábamos atrás de un escritorio tirando ideas y viendo todas las posibilidades de lo que podíamos hacer acá en el departamento. Así fue que empezamos. Nos reunimos un par de veces más con distintos directivos y las reuniones eran cada vez más frecuentes, hasta que llegamos a un acuerdo con el club. Los primeros 18 meses, más o menos, solamente agarramos la primera división, y después, de total acuerdo con el club, con el que teníamos un feeling tremendo, agarramos categorías formativas también.
EC —Así empezaron con esta etapa del "gerenciamiento". ¿Cuáles son las claves de un proyecto como ese? Para empezar, ¿cómo resolvieron el tema económico? ¿Cómo pudieron financiar esta actividad?
EF —Como decía Roberto, la decisión fue en agosto de 2013, porque ya no había manera de financiar esto. Sobre fines de 2009 falleció el ingeniero Milton Gonnet, que fue quien soñó que era posible que un cuadro del interior jugara en el fútbol profesional. Ante su fallecimiento nos encontramos con que alguien tenía que agarrar las riendas, y un grupo de allegados y exdirigentes del club empezamos a tratar de manejar el fútbol profesional. Vimos que los fondos genuinos y los aportes que recibíamos por derechos de televisión y demás eran muy exiguos. Llegamos a la triste conclusión, en agosto de 2013, después de haber vaciado cuanta bolsa y cuanto bolsillo había y de haber golpeado cuanta puerta encontramos, de que económicamente era inviable. No podíamos poner en riesgo los capitales del club, que son también de los socios, y tomamos una decisión que nos dolió mucho en el corazón pero que era de responsabilidad tomar: bajar la cortina. Ahí aparecieron ellos, Roberto y Carlos. Yo fui uno de los que fue a hablar con ellos, una noche nos fuimos hasta Valdense con Juan Carlos Izquierdo, les presentamos los números y ellos vieron la viabilidad. Nosotros jamás nos metimos en cómo financiaban este proyecto, nos pareció totalmente impropio meternos en ese tema.









