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Entrevista central, martes 5 de julio: Juan Miguel Petit

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EC —Veamos las recomendaciones. El informe no se detiene en el diagnóstico, el informe avanza, sugiere. ¿Por dónde van las líneas de acción principales que son necesarias?

JMP —Un primer apunte es que el Comcar es mucho más que una cárcel. Debería ser por lo menos dos, tres establecimientos. Es imposible que una sola persona pueda dirigir y estar al tanto de lo que le pasa a 3.300 personas privadas de libertad. Una propuesta era dividir esos con unidades distintas, las autoridades podrán ver si son dos, si son tres, si son cuatro, pero que tengan su autonomía de manera de poder tener un trato personalizado.

Después aprovechar ese gran pulmón que es el Polo Industrial, dividirlo, desdoblarlo, que sea dos o que sea uno mismo pero que tenga otra área y que pueda estar cercano a estos módulos que están hacia el fondo del establecimiento y poder tener una actividad fuerte, una actividad que abarque a muchos más internos.

[También] está el tema del mayor rol de la salud, mayor presencia de otros organismos, de la salud, del sistema educativo, de deporte, de cultura, la cultura es un gran ausente, el derecho a la cultura es una cosa muy importante, y después lo que tiene que ver con la gestión penitenciaria.

Creo que allí hay que pensar, así como hay en el resto de la sociedad acuerdos con instituciones privadas, por qué no conveniar… así como hay instituciones que trabajan con niños y con jóvenes, con los cuales el Estado hace convenios por los que acuerda determinados financiamientos para que una ONG, o una entidad educativa, religiosa o laica o lo que fuera se haga cargo de la educación, de la crianza, de un comedor, de una guardería o de un centro juvenil, por qué no lograr eso dentro de las cárceles y que haya instituciones especializadas, no gubernamentales, sindicatos por ejemplo, empresas, que puedan hacerse cargo de tareas educativas… estoy seguro que va a haber una cantidad de entidades que estarían dispuestas a crecer… la sociedad civil nuestra es muy débil. Claro, el Estado puede despreocuparse, dejar que sea débil, o ir a su encuentro, generarle posibilidades, facilitarle que crezca, buscarlo como socio sabiendo que es un socio que también lo va a criticar, que le va a reclamar, que va a decir "yo voy allí si eliminan ratas, si me aseguran la seguridad, si me aseguran limpieza, si hay controles bromatológicos", pero bueno, es un socio importante a tener adentro.

EC —Si eliminan las ratas. Quedó dicho al pasar, y el oyente capaz que ni reaccionó. Esa es una parte del problema. Las ratas integran la realidad del Comcar y de estos módulos 8, 10 y 11. Las ratas no solamente conviven con los presos, las ratas conviven con los familiares, o mejor dicho los familiares en la visita tienen que convivir con las ratas…

JMP —Sí, es un problema las plagas…

EC —Y cuando hablo de visitas incluyo a niños…

JMP —Sí, sí, es así. Estas plagas, los roedores, son un problema. Una de las medidas que nosotros planteamos es justamente tener un acuerdo con la intendencia. Fui a ver personalmente al intendente de Montevideo, después le envié una nota, creo que han habido contactos con la Intendencia de Montevideo para que exista una presencia… eso es una ciudad. Está en el departamento de Montevideo pero es como un barrio, 3.500 personas que viven, más 700 funcionarios, más 1.000 personas los días de visita. Entonces la limipieza, la protección del medio ambiente, la lucha contra las plagas, contra las ratas, es algo que requiere de una dotación particular. Realmente no alcanza con tener en el establecimiento algunas medidas paliativas. Es muy importante además dar la señal, involucrar a los internos en el combate de este tipo de problemas de la limpieza. Hay una cantidad de espacio verde que se podría utilizar y que hoy es un auténtico lodazal sin sentido. Hay que romper todo eso.

EC —Por supuesto que hay recomendaciones a propósito del sistema de visitas.

JMP —Sí, el sistema de visitas tiene que ver con el cambio del lugar, que el lugar sea amigable, que ese lugar también tenga un responsable, que haya una persona cuando… En la visita hay fricciones, y es verdad que ha habido problemas a veces al ingreso y a veces se detectan problemas, personas que quieren ingresar algunas sustancias ilegales o elementos que no están autorizados. No son la mayoría de las visitas de ninguna manera, la gran mayoría va a visitar a su familiar.

Pero entonces, para esas situaciones de fricción, que haya un responsable, una persona a cargo del dispositivo de visita, [que diga] "Usted puede entrar con esto, no puede entrar con esto", pero a la gente que se le explique, que haya un mecanismo explicativo, que haya baños para esperar, que no haya que esperar al aire libre, que haya un lugar amigable para los niños. Ese es todo un tema brutal, el trauma que significa para un niño, adolescente, visitar a un padre, a un familiar preso. Es muy traumático. Nosotros sabemos que en los primeros años de vida, trauma, estrés y violencia generan más violencia. Entonces si queremos evitar, ya no sobre el preso sino sobre su familia, generar más violencia hacia afuera, tenemos que ser muy cuidadosos y cambiar la mirada, ya no custodial sino educativa y de integración, obviamente con una lógica de seguridad pero la seguridad al servicio de lo educativo y de la integración.

EC —Ayer de tarde, mientras leía el informe, cuando llegaba la parte de las recomendaciones mi reacción era: acá no hay nada ni original ni muy creativo. Lo que se propone son medidas absolutamente elementales. ¿Por qué no están implementadas ya? ¿Qué respuesta hay a esa pregunta? ¿Cómo se entiende que tenga que venir el comisionado parlamentario a proponer esta batería de medidas?

JMP —Hay cosas que un se agarra la cabeza porque no entiende que no existan. Hay una situación de deterioro en algunos de estos sectores que coexisten con esas otras cosas que se han logrado y que bueno, hay algo que sí puede ser de recursos pero hay algo de cuidado.

Creo que tiene que ver con el lugar que se le da a estas cosas, con el lugar que sienten las personas que inclusive están trabajando allí. Si el lugar es de deterioro, si el lugar es menospreciado, si la visión que tiene la sociedad sobre estos lugares y sobre quienes trabajan allí es una visión negativa, todo tiende para abajo. Si empezamos a decir, bueno estas son instituciones educativas, trabajar allí es importante, si los funcionarios tienen claro cuál es su misión, que eso tiene un sentido, van a poder transmitirlo. Si se valoriza todo eso, eso va a poder tener un objetivo y entonces se puede cortar de alguna manera ese deterioro de algunas cuestiones elementales, y entender que esto es un sistema de señales.

Desde la primera señal que se da a la persona que llega, de la primera señal que se da… de si existe o no… si un lugar tiene un sistema de lucha contra incendio, de evacuación, estamos diciendo mucho más que "hay un extintor", estamos diciendo "la vida cuenta", la vida de todos cuenta: la vida de los internos, la vida de sus familias, la vida de los funcionarios, las vidas de las familias que fueron víctimas, las vidas de todos, y eso es lo que nos une, somos parte de esa misma especie. Si nos involucramos en una idea de que estamos para cuidar la vida, bueno, capaz estas instituciones van a engancharse en ese gran camino.

Video de la entrevista

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Transcripción: Carol Milkewitz

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