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Entrevista central, martes 7 de marzo: Fernando Isabella

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EC —A partir de las distintas proyecciones que ustedes han hecho, de la consideración de escenarios variados, ¿cuál es la conclusión, pensando en el año 2050?

FI —La conclusión es: primero, la población va a estar más o menos entre la población actual y una población máxima de 4 millones, no va a haber un Uruguay de 6 ni de 8 millones, pero tampoco va a empezar a caer la población mucho antes del 2050.

Segundo, toda la estructura social va a descansar en términos económicos en un porcentaje de la población probablemente más chico que el de hoy. Es decir, las tasas de actividad, el porcentaje de población que se desempeña remuneradamente en el mercado de trabajo, por temas de edad va a tender a ser más chico.

EC —¿Qué consecuencias tiene eso?

FI —Es un enorme desafío, por todo lo que implica. Porque toda la estructura social va a descansar en la actividad económica de un porcentaje menor de la población. Con la población de hoy estaríamos hablando de entre 112.000 y 160.000 personas menos en el mercado de trabajo, eso implica esas personas menos generando riqueza, pagando impuestos, aportando a la seguridad social.

EC —Y por otro lado tendríamos un sistema de seguridad social en su concepción más amplia más caro porque al aumentar la esperanza de vida tendríamos mayor pago global de pasividades y pensiones, y estarían todo el gasto en salud, en atención médica y los servicios de cuidados de adultos mayores.

FI —Sí. Ahí hay varias cosas. La primera cuestión es que la edad de retiro históricamente se va moviendo, independientemente de que haya cambios legales, no nos metemos en eso. Pero si uno mira la historia de Uruguay, en los últimos 30 años ha aumentado permanentemente. Eso es natural, cuando la esperanza de vida aumenta quiere decir que la gente llega en mejor estado de salud, y de repente hace 30 años una persona de 60 años lo que esperaba era retirarse y hoy en día la mayoría de las personas de 60 años están en perfectas condiciones para desempeñarse en el mercado de trabajo. Independientemente de la edad legal de retiro, hay una cuestión también de incentivos, que incentive a las personas, en la medida en que estén en condiciones, a mantenerse en el mercado de trabajo.

Otra cosa fundamental es la tasa de actividad femenina. En Uruguay en los últimos 30 años la tasa de actividad ha aumentado mucho, nunca hubo tanta gente ofreciéndose en el mercado de trabajo, participando activamente en el mercado de trabajo. Y ese aumento se ha dado exclusivamente por el aumento de la tasa de actividad femenina, que aumentó 15 puntos entre los 80 y hoy, y todavía está 20 puntos por debajo de la tasa de actividad masculina. Entonces, si la tasa de actividad femenina siguiera aumentado y se estuviera cerca de los niveles de la tasa de actividad masculina en el 2050, no caerían las tasas de actividad. Todavía hay una ventana de oportunidad importante que tiene que ver con seguir facilitando el ingreso de las mujeres al mercado de trabajo, como lo han venido haciendo y ha sido un factor fundamental en el último período de crecimiento económico. El último período de crecimiento económico no sería explicable si no hubiera sido por ese factor. Entonces cosas como el sistema de cuidados van bien encaminadas en ese sentido. Ese es un primer factor a tomar en cuenta.

Pero hay un conjunto de cuestiones más sociales que juegan en contra de eso. Las mujeres participan menos en el mercado de trabajo no porque no les guste trabajar remuneradamente, sino porque hay una serie de condicionantes que dificultan ese ingreso y porque hay una división sexual del trabajo muy fuerte que históricamente ha tendido a que las mujeres hicieran el trabajo no remunerado y no visible en el hogar. Eso está cambiando y si siguiera cambiando podría permitir hacer que este proceso fuera menos traumático.

La otra cuestión es que es fundamental el incremento de la productividad. Porque aunque lográramos eso y al 2050 mantuviéramos más o menos las tasas de actividad de hoy, en términos relativos todo el andamiaje social no descansaría en menos gente sino más o menos en la misma que tenemos hoy; cuando uno mira más allá del 2050, la tendencia demográfica se impone. Entonces el incremento de la actividad para lograr sostener financieramente a la estructura de protección social es un imperativo fundamental.

EC —¿Y un incremento de la productividad no podría venir de la robotización y la automatización, que es un fenómeno que también se impone?

FI —Absolutamente, ese es un tema que hemos estudiado y le damos gran atención. Nos parece que ese es un tema central para Uruguay.

EC —En principio se lo ve con temor, con preocupación. Pero ¿para este caso uruguayo podría “ayudar”?

FI —Absolutamente. La visión nuestra es que ese lo importante es anticipar y conducir ese proceso que se está dando y se va a seguir dando. Entendemos que una actitud defensiva, de ponerse en contra de los avances tecnológicos, no tiene cabida. Es absolutamente fundamental promover ese proceso. Los procesos de automatización son un desafío enorme para países como la India o Brasil, que cada año tienen que generar millones y millones de nuevos empleos para los jóvenes que llegan al mercado de trabajo. Pero en Uruguay, donde la tendencia es que va a haber cada vez menos trabajadores, este proceso, bien conducido, es un aliado fundamental para lograr sostener a la sociedad.

EC —Es muy interesante esa consideración. Creo que no figuraba en la cabeza de muchos. Entonces, ¿de qué manera encarar esos desafíos que el Uruguay tiene por delante desde el punto de vista demográfico?

FI —Es un proceso que está en marcha, todavía no tenemos las conclusiones. Estamos trabajando para construir una estrategia nacional de desarrollo y estamos haciendo varios procesos a la vez. Un oyente preguntaba por qué no trabajar con filósofos.

EC —Es una pregunta que le mencionaba fuera de micrófonos. Vino a propósito de la integración de la DP, que usted describió hace un rato.

FI —Ese es el staff nuestro, pero trabajamos en varios convenios, sobre todo con distintos equipos de la Universidad de la República. Uno de los procesos que estamos haciendo tiene que ver con la cultura, valores, creencias y actitudes de la sociedad uruguaya, y allí participan filósofos de la facultad. Es un tema que también estamos considerando.

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