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Entrevista central, martes 7 de marzo: Fernando Isabella

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EC —Usted decía que se va a trabajar en la definición de una estrategia, que todavía no está. ¿Qué se puede anticipar?

FI —En lo demográfico, probablemente algunas de las cosas que los oyentes señalaban van a estar a la orden del día, como políticas de natalidad, fomento a la inmigración. Pero hay que ser realista en esto –me parece que la prospectiva sirve mucho para esto–, hay consenso entre los expertos en que no hay que hacerse ilusiones de que eso revierta las tendencias demográficas y nos permita llegar a un Uruguay de 6 o de 8 millones. Eso no es posible; en un escenario totalmente rupturista podría llegar a suceder, pero no es lo que las políticas pueden lograr y la experiencia de los países en políticas de ese estilo son logros limitados. Hay ejemplos exitosos, pero son limitados.

EC —¿Entonces?

FI —La realidad es que vamos a un país más envejecido, con un porcentaje de gente en el mercado de trabajo que va a tender a ser menor. Tú mencionabas el tema de la automatización y nosotros entendemos que sí, que mirar la estructura productiva y estudiar cómo hacer para que permita incrementos permanentes de la productividad es un tema central. Estamos trabajando en prospectiva en 10 complejos productivos, con un gran énfasis en el núcleo economía digital o tecnología de la información y bioeconomía, que son los dos grandes núcleos innovadores en el mundo actualmente, y a partir de lo cual se dinamiza el resto de la estructura productiva. Esos trabajos están empezando, pero el objetivo es estudiar los riesgos y oportunidades a que se enfrenta la estructura productiva de Uruguay. A partir de esa mirada en esos dos grandes núcleos queremos ver sectores como el turismo, las energías renovables, la producción de alimentos, la producción forestal maderera, la minería, los hidrocarburos. Estamos haciendo una mirada amplia de la estructura productiva, partiendo de un diagnóstico actual, mirando las tendencias consolidadas y viendo cómo los cambios tecnológicos, regulatorios y de mercado en el mundo pueden afectar y generar riesgos y oportunidades para esa estructura productiva de aquí al futuro, el 2050 por poner un corte.

Hay algunos datos interesantes. La productividad es un tema importante, y en general los uruguayos tenemos una visión un poquito destructiva de nosotros y en general se mira esto con mucha negatividad. Es cierto que la productividad del trabajo en Uruguay es más baja que en los países desarrollados; básicamente por eso no somos países desarrollados.

EC —De eso hablaba Nahúm también.

FI —Si uno mira la productividad aparente del trabajo en los últimos años, desde el 98 hasta el 2013 aumenta 1,24 % anual, pero desde el 2005 aumenta 2,86 % anual, y desde 2008 aumenta el 3,14 % anual. Hay una tendencia importante de crecimiento de la productividad. Hay un estudio muy interesante de Lorenzo y Zunino que señala que del crecimiento económico que tuvimos en la última década larga –que además es el crecimiento más importante de la historia de Uruguay– la mitad, el 47 %, se debe a crecimiento de la productividad total de factores. La productividad total de factores es una forma más compleja de mirar la productividad, que trata de descomponer el crecimiento económico, ver qué parte se debió a que hay más capital, más máquinas o mejores máquinas, qué parte se debe a que hay más trabajo, más gente trabajando o más preparada, y qué parte se debe a que esas cosas se combinan mejor y producen más, que son las innovaciones. Y llega a la conclusión de que casi la mitad del crecimiento en la última década se debe al crecimiento de la productividad total de factores.

Entonces hay una trayectoria reciente bastante auspiciosa. No es casualidad que Uruguay haya logrado los buenos logros económicos y sociales que ha logrado en la última década. El desafío es mirar de ahí a futuro, cómo hacemos para que esos proceso se sostengan en el futuro y logren sostener una población más envejecida. Tú decías lo que implica esto para el sostenimiento de la matriz de protección social; solo en el sistema de salud, que es uno de los sectores afectados, donde el envejecimiento implica más costos, el cálculo al 2050 es que el gasto público, si solo cambiara lo demográfico, tendría que aumentar 1 punto del PBI anual, unos US$ 500 millones más al año, y uno sabe que en salud la tendencia es que los costos siempre aumentan, independientemente de lo demográfico.

En la previsión social, buena parte del costo de los próximos 20 años va a recaer sobre las AFAP. Las AFAP hasta ahora han venido mayormente cobrando contribuciones y los jubilados han sido muy pocos. Ahora empieza el núcleo grande de personas a jubilarse por las AFAP, eso también ha dado algunos problemas en la agenda pública reciente, pero en ese tema tenemos 20 años en que la mayor parte del costo va a recaer sobre las AFAP. A largo plazo recae sobre toda la sociedad también, sobre el sistema público.

EC —Me llama la atención que no se haya mencionado para nada el factor educación. ¿Cómo juega si miramos para adelante?

FI —Si queremos mantener crecimientos de la productividad fuertes son imprescindibles mejoras fuertes en la educación. Una conclusión primaria que sacamos es: el riesgo no es que los uruguayos nos quedemos sin trabajo por la automatización, el riesgo más grande es que no estemos preparados para los trabajos que se generen. No estamos trabajando en educación exclusivamente, pero a partir del cambio demográfico queremos ver su impacto en la educación y ya hemos hecho algunas actividades sobre eso. Da para mucho.

Video de la entrevista

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Transcripción: María Lila Ltaif

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