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Entrevista central, martes 7 de noviembre: Darío Pérez

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EC —De esa manera usted también está diciendo, de hecho, que no le llama la atención que los directores pertenecientes al FLS vayan en esta dirección. ¿Qué? ¿Ellos sí son partidarios de privatizaciones? ¿Eso está diciendo?

DP —Yo no te estoy diciendo exactamente eso, para eso tendría que hablar con Astori y no he tenido esa oportunidad. Además yo le pregunté enfáticamente en dos oportunidades a Polgar…

EC —¿Cuándo fue eso?

DP —En la bancada del FA.

EC —¿Cuándo?

DP —El tiempo pasa rápido, capaz que hace un mes y medio o dos.

EC —¿Y qué le dijo?

DP —Yo enfáticamente le pregunté si tenía apoyo del equipo económico o no, en dos oportunidades, y en las dos evadió la respuesta. Francamente no he tenido oportunidad de estar con alguien del equipo económico para preguntarle si está avalando la reestructura del BROU. Porque ahí es otro cantar y es otra lucha, que es mucho más grande de lo que nos podemos imaginar.

EC —Llama la atención el término lucha. ¿Usted está hablando de lucha adentro del FA?

DP —Y sí. En la política se confronta, y en la ideología también se confronta. Y bueno, el Frente es lo que es, un frente, y dentro del Frente coexisten diferentes posiciones.

EC —¿Y usted tiene una “lucha” con el equipo económico que encabeza Astori?

DP —Yo no tengo una lucha con el equipo económico, yo tengo una lucha en este caso por la empresa pública, porque el banco es un ente autónomo y no quiero que lo partan en pedacitos ni que se retire del territorio. Te voy a decir lo que le dije a Polgar: si yo fuera dueño de un banco privado, por supuesto que lo ponía de gerente. Pero el BROU tiene que cumplir otras funciones.

***

EC —Usted decía: “Si yo fuera el dueño de un banco privado lo contrataría a Polgar”. No entiendo ese planteo. ¿No resulta que la gestión de Polgar está siendo mala, que está perjudicando al BROU en su competencia con el sector privado?

DP —Está perjudicando en primer lugar a los clientes y a los usuarios.

EC —Por eso, y entonces, ¿cómo lo va a poner de gerente general de un banco privado? Ese banco privado se fundiría.

DP —Para un banco privado sería bárbaro, porque busca determinadas cosas que de repente puede hacer una empresa privada. Pero el BROU, primero, se tiene que estar en el territorio, segundo, no tiene por qué alimentar privados, porque si hasta hace unos años podía cumplir todas las funciones con determinada cantidad de funcionarios, no entiendo en base a qué está pasando continuamente funciones a privados dándoles de ganar cuando podría retener ese dinero.

EC —Lo que pasa es que al mismo tiempo el BROU está creciendo, ese es un detalle que marcan algunos oyentes. Por ejemplo, dice Andrea: “Lamentablemente Darío Pérez compró la mentira del achique y el desguace del BROU. El BROU sigue creciendo, aumentando canales para atender el volumen de cuentas abiertas, dando el servicio que la gente necesita de cara a la introducción de tecnología y compitiendo como banco país en la primera línea. Hay mucha ingenuidad y desinformación, ¿se confía más en la campaña política del PT y Asamblea Popular que en las fuerzas progresistas y el FA, que sí han concretado avances para todos los uruguayos?”.

DP —Viste que inmediatamente que alguien genera una posición diferente los fundamentalistas… Yo no estoy ni en la Asamblea Popular ni en el PT.

EC —Pero usted aludía al cambio en la dirección de AEBU Banca Oficial, que habría sido positivo para que estas cosas se empezaran a discutir.

DP —Para que se sepan, porque antes no las sabíamos.

EC —Y eso tiene que ver con esto que señalaba la oyente de orientaciones ideológicas dentro del sindicato.

DP —Probablemente. El sindicalista tiene que ser sindicalista, no tiene que andar haciendo arreglos con el gobierno porque esté a favor de él. Y callándose la boca tampoco. Los sindicalistas son para eso, son sindicalistas, y tienen que defender a los trabajadores, y si su amplitud y su pertenencia al pueblo los hacen defender una posición del pueblo, lo tienen que hacer. Aunque tengan que ir contra los suyos. Pero el silencio que hubo antes es el mismo silencio que hubo en la crisis del 2002, cuando todo el mundo estaba enterado de que iban a reventar los bancos y todo el mundo estaba calladito.

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