EC —Usted aludió a eso en las declaraciones a Presidencia el jueves pasado. Se está refiriendo a números del verano.
DA —No, no, no, me estoy refiriendo a la comparación entre los números de cuando comenzamos a elaborar el presupuesto y los números actuales.
EC —Pero actuales, ¿llegando a qué fecha?, ¿números de qué mes?
DA —Los que estamos viendo ahora. Por ejemplo, en la pregunta se mencionó el 3,8 de déficit fiscal que tenemos ahora en el país. Esto es de ahora, del mes de febrero. ¿Esperábamos un déficit fiscal de 3,8 hace algunos meses? De ninguna manera.
EC —¿Lo asocia a una desaceleración mayor que la esperada?
DA —No es que lo asocie, es el producto directo de una mayor desaceleración.
El segundo punto que quería mencionar es que el principal factor del crecimiento de 3 décimas de punto, que espero revirtamos rápidamente…
EC —Porque el déficit subió de 3,5 a 3,8.
DA —… es la caída de los ingresos, no el aumento del gasto. El gasto con relación al producto se ha mantenido constante. Es más, una parte fundamental del combate a este incremento del déficit fiscal se asienta en nuevas medidas de recorte del gasto que tenemos que llevar adelante.
EC —Esa era la pregunta siguiente. ¿Qué va a hacer el Gobierno al respecto? ¿Qué medidas se piensan adoptar en el frente fiscal? Del discurso del presidente Vázquez parecía desprenderse que no se va a gastar todo lo autorizado en la ley de presupuesto, que en varios ministerios, en varios organismos, se va recortar el gasto.
DA —No, lo que nosotros presentamos como parte de la ley de presupuesto –por primera vez, creo, no recuerdo otra oportunidad en que lo hayamos hecho, lo que revela mucha cautela, mucha prudencia– fue planificar un incremento de gasto para los dos primeros años de presupuesto, y luego constancia en la evolución de los números correspondientes, a analizar posteriormente, cuando llegue el momento y a la luz de mayores elementos de juicio. Esa fue una decisión que valoro muy positivamente, porque fue una decisión de prudencia en materia fiscal.
Pero también, en paralelo a la evolución del presupuesto, trabajamos –y participó el presidente Vázquez también directamente con nosotros– en un programa de recorte de gastos en las empresas públicas, de costos operativos de las empresas públicas, de ordenamiento y coordinación de sus programas de inversiones. De modo que desde ese punto de vista esas empresas, cuya contribución al volumen de recursos de la tesorería había caído mucho durante el transcurso de los últimos años, pudieran, durante el transcurso de este período, ir retomando el nivel de contribución que habían perdido. Y en eso trabajamos mucho en paralelo al presupuesto y va a haber que seguir trabajando.
EC —Cuando habla de recorte del gasto, ¿se centra básicamente en empresas públicas?
DA —No, no necesariamente.
EC —Pero ¿se va a gastar todo lo autorizado en la ley de presupuesto que se aprobó?
DA —Lo hemos planificado prudentemente como para que no haya nuevos recortes –en el período de dos años al que estamos haciendo referencia–, y luego de transcurridos estos dos años, esto es en los años 2018, 2019, veremos cómo las nuevas circunstancias, que espero que sean mucho mejores, nos habilitan a disponer de un volumen de recursos como el que está requiriendo la aplicación de nuestro plan de gobierno.
En esta primera etapa hemos tratado de respetar los compromisos que asumimos con la ciudadanía, y sobre todo las prioridades que hay allí. Como por ejemplo las prioridades que refieren al sistema de cuidados, a la seguridad pública, a la educación. Y al mismo tiempo, no hay que olvidar que en paralelo hay todo un programa de inversiones en infraestructura que no están contenidas en el presupuesto porque están realizadas por fuera del presupuesto, confiamos muchísimo en el mecanismo de participación público-privado para aportar los recursos que el Estado no está en condiciones de aportar a la luz de las circunstancias que estamos conversando.
EC —En cuanto a lo que el Gobierno prevé, a partir de este escenario que se complicó, que no es exactamente el que ustedes preveían y que llevó a un déficit fiscal de 3,8 % del PBI a febrero, ¿qué números manejan para los próximos meses?
DA —Los números que manejamos para los próximos meses desde el punto de vista presupuestal son los que están en el presupuesto.
EC —Del déficit fiscal.
DA —Estamos previendo una disminución gradual –esto va más allá de las 3 décimas de aumento que tuvimos ahora, que se registraron en febrero– e ir disminuyéndolo hasta llegar al fin del período a 1 punto menos de desequilibrio fiscal.
EC —A 2,5 % del PBI, esa es la meta.
DA —Esa es la meta. Es una meta cuidadosa, de esas metas en las que se puede creer y que se pueden cumplir. Por eso mantenemos esa evolución gradual mediante la cual vamos a ir llegando en 2019, al final del período, a ese objetivo que nos hemos propuesto.
EC —Pero ahora en el corto plazo, a partir de este dato, 3,8 %, ¿no hay medidas extra que ustedes estén tomando?
DA —Hay medidas extra que vamos a tomar y en las cuales vamos a trabajar mucho en los meses que vienen.
EC —¿Por ejemplo?
DA —Las que acabo de mencionar. Desde el punto de vista de las empresas públicas, mayor rigor en el cumplimiento de las metas de costos operativos, mayor ordenamiento y coordinación en las inversiones. Y en términos del sector público concebido en su conjunto, más allá de las empresas públicas, un énfasis importante en la restricción –no tenemos las cifras todavía– de lo que se llaman los gastos no personales.
Lo que tenemos que tratar de preservar, y por eso la mención a estas prácticas, es el cumplimiento de lo que podríamos llamar el programa social, que es el más importante en el plan de gobierno comprometido con la ciudadanía. Eso hay que cumplirlo, por lo tanto el énfasis de la restricción, de la reducción, hay que ponerlo en rubros que no afecten la aplicación de los programas sociales.
EC —¿Nuevos impuestos o aumento de impuestos existentes?
DA —No están previstos, por lo tanto no puedo apelar a ese camino. Estamos poniendo todo el acento en la restricción del gasto.
