
EC —Cuando dice nosotros, se refiere a AU y el Frente Líber Seregni (FLS).
JCM —En su totalidad.
EC —El FLS abarca AU, Nuevo Espacio (NE) y Alianza Progresista (AP). ¿Cuál era la postura del FLS?
JCM —Básicamente compartimos que en esas zonas del mundo hay una incidencia compleja y negativa de Estados Unidos, y agregamos: y de otras potencias, que tiene como principal víctima la población civil. Pero en el caso de la incidencia de Estados Unidos en América Latina sentíamos que la formulación que estaba en el texto que se terminó aprobando no reflejaba la realidad que se vive en este tiempo en el continente y con respecto a esos países.
EC —Algunas de las críticas que se escucharon a este texto desde fuera del FA pero también desde adentro, de algunos dirigentes, hablaban de un “lenguaje sesentista”. ¿Usted tiene esa impresión?
JCM —Parecida. El propio Fidel Castro muchas veces dijo que algunos de los problemas que tenía su revolución cubana no debían achacarse al imperialismo, sino a situaciones internas del propio proceso político. En este caso, la decisión que tomó el Parlamento de Brasil, sobre la cual hemos tomado postura pública, o la que tomó el paraguayo o lo que pasó después –el intento nuevamente en Paraguay, ahora con otros alineamientos–. En nuestra opinión la realidad es mucho más rica y tiene factores internos de cada uno de esos países, de senadores y diputados brasileños, del Parlamento paraguayo, de mucho mayor incidencia que una acción directa de Estados Unidos. Capaz que dentro de un año, o dos o tres o 20 o 50, aparece un documento desclasificado del Departamento de Estado que les da la razón a terceros.
EC —El texto dice: “En América Latina, Estados Unidos busca romper con el proceso de unidad de los pueblos y gobiernos. Hoy, aparte del objetivo histórico de derrotar a la revolución cubana, se trata de aislar y satanizar a Venezuela. El imperialismo no ha dudado en utilizar todos los mecanismos a su disposición”, y menciona “el apoyo a los golpes de Estado en todas sus formas”, y ahí se mencionan también Honduras, Paraguay y Brasil. Es lo que usted venía comentando.
JCM —Esa es la referencia que yo hago. No tengo dudas de que Estados Unidos mantiene sus intereses hegemónicos en el mundo y también en América Latina. Es más, es muy claro que en la política exterior de Estados Unidos, en distintos campos, el énfasis mayor no ha estado en los últimos 10, 15 años en América Latina, sino en otras regiones del mundo. Pero en términos concretos nos parece –FLS– que la realidad es más rica que esto y que los énfasis deberían formularse en la propia situación de los países latinoamericanos.
EC —Por ejemplo, en cuanto a la terminología, ¿para ustedes lo que ocurrió en Honduras, en Paraguay, en Brasil son golpes de Estado?
JCM —Sobre eso ya nos definimos como FA. Hemos hablado en algún caso –no voy al caso a caso– de golpe de Estado parlamentario y demás. Creo que en el caso de Brasil, y en el de Paraguay tambien, estaba dentro de las medidas constitucionales, pero todos conocemos los términos y las condiciones en que se hizo en el caso de Brasil: un presidente de la Cámara de Diputados –que hoy está preso– promovió un juicio contra una presidenta honesta y generó el proceso de destitución de una manera bastante fast-track. Y en el caso de Paraguay fue similar, el proceso que se hizo con Lugo fue de un día o de horas. Formalmente había medidas que estaban en la Constitución, sustancialmente se las llevó al extremo y por eso las definimos como tales.
EC —En definitiva, está claro que el FLS tiene unas cuantas diferencias con este texto que se votó el sábado.
JCM —Sí, claro.
EC —No lo acompañó.
JCM —No, no lo acompañamos, por lo que acabo de decir.
EC —Pero salió, esta redacción salió y quedó incorporada a las definiciones generales de principios compartidos por todo el FA.
JCM —Quedó en los principios generales. Eso no es algo que nos inhiba ser parte del FA ni nada que se le parezca. Cuando uno tiene un congreso que anda en las 1.300 personas como el de diciembre, o uno como este, con 800, 900 personas, es claro que, primero, tenés un partido político que es el más fuerte del Uruguay, que hace este tipo de eventos de estas características. Y segundo, es natural que dentro de todo lo que se define algunas cuestiones obedezcan a correlaciones de fuerzas que circunstancialmente se ubican en este plano. Hubo otras que intentaban representar a otros y no quedaron.
EC —¿Qué mayoría se necesitaba para sacar esas redacciones?
JCM —Dos tercios.
EC —Vayamos al capítulo Venezuela, a cómo se debatió durante el congreso en su sesión de este sábado. Por un lado había una línea, una referencia en el pasaje que acabo de leer, mínima, cuando se denuncia a Estados Unidos, se dice “se trata de aislar y satanizar a Venezuela”. Pero por otro lado se presentó una moción que procuraba que se diera respaldo de todo el FA al gobierno de Nicolás Maduro. Cuéntenos.
JCM —En realidad es la moción que no fue. Esa moción estuvo circulando pero nunca fue presentada formalmente, porque el congreso se trabajó bien antes de llevarse adelante, por eso no sacudió fuerte al Frente.
EC —¿Qué quiere decir con que se trabajó bien en lo previo?
JCM —Significa que primero hubo un trabajo de comisiones derivadas de la Mesa Política que fueron avanzando sobre las mociones que venían del congreso anterior. Segundo, hubo análisis de la propia Mesa. Tercero, del secretariado político del FA, y cuarto, hubo un diálogo muy fluido entre los distintos sectores, al menos los que tienen más peso político, y en la estructura de distinta manera, para llegar a un congreso cuya conducción política generara un documento del mayor consenso posible. Por esa razón, cuando tomamos un conocimiento lateral de esta moción –ningún partido político la presentó, no la presentó ninguna base–, se analizó en la Comisión de Relaciones Internacionales del FA y luego no estuvo a consideración del congreso. Esa podría ser la historia de la moción que nunca se presentó. Obviamente, para nosotros que mañana tenemos una interpelación en la materia era un elemento que no era conveniente generar en el debate interno.
EC —Está claro que el FA está dividido con respecto a qué actitud tomar frente a este gobierno de Venezuela en este momento.
JCM —Ha habido posiciones distintas, sin duda. Recordemos que la propia Mesa Política del FA laudó en la materia y hubo sectores que votaron en contra, bases en contra o que se abstuvieron. Es un dato de la realidad. Y también que como consecuencia de cómo ha ido evolucionando o involucionando –como se lo quiera mirar– la situación en Venezuela, se han ido generando distintas visiones en el propio FA.
EC —Sí salió esta frase que aparece en el texto reformado del parágrafo 49, que dice que Estados Unidos “trata de aislar y satanizar a Venezuela”.
JCM —Es parte de la moción que refería,y quedó así.
EC —No se habla de lo interno de Venezuela.
JCM —Por eso puse el ejemplo de Paraguay y de Brasil, porque nos parecía más notorio; incluye esto también, por supuesto. Nos parece una visión parcial. No quiere decir que Estados Unidos no tenga –de hecho tiene– una posición muy contraria a todo lo que sucede en Venezuela desde el tiempo de Chávez y demás. Pero nos parece que aislar la situación de Venezuela, sus contradicciones, su situación, es un error. Por eso no lo votamos.
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