EC —En el encuentro en La Paloma, usted se refirió a la situación nueva que se da en el FA con la pérdida de la mayoría automática en la Cámara de Representantes a raíz del alejamiento del diputado Gonzalo Mujica. Dijo: “En 2017 se abre una ventana. Por primera vez en 12 años el FA no tiene asegurada la mayoría en Diputados, y eso genera una responsabilidad extra para nosotros”. ¿Cómo es eso de la responsabilidad extra?
LLP —En términos de barrio, nos prestan la pelota. Es la primera oportunidad en 12 años que podemos tener la pelota y planificar alguna jugada. Con lo cual tenemos una responsabilidad extra, porque cuando uno entraba al Parlamento en estos años, en cualquiera de las dos cámaras, y la mayoría estaba asegurada a priori, había muy poca chance de incidir realmente. La excepción no menor fue la comisión investigadora de Ancap y después la regasificadora, queda la de Venezuela en la vuelta, no se lograron los votos. Pero allí es la primera vez que hay una modificación sustancial de lo que venía siendo el camino oficial.
EC —Una posibilidad de modificación. Porque distintos dirigentes del FA, la propia senadora Lucía Topolansky hace pocos días acá, insistía: “Nuestro primer interlocutor debe ser siempre Gonzalo Mujica”, y desde el FA, después de las tensiones que hubo a fines del año pasado, han ido tendiendo puentes, han ido aceitando la relación con Gonzalo Mujica. La senadora Topolansky dice: “Gonzalo Mujica no es un hombre de derecha, estuvo preso, fue de lo que dio en llamarse la generación 83, fue de la UJC (Juventud Comunista), del Partido Comunista, estuvo en el grupo de Rafael Michelini y después militó con nosotros. No es como el caso de Jorge Saravia, que se acercó al FA desde el PN y después volvió al PN. Es bien distinto”. Como que hay toda una serie de antecedentes que hacen pensar a Lucía Topolansky que con Gonzalo Mujica, pese a todo, se puede negociar, y hay un canal para negociar.
LLP —Primero y antes que nada, yo soy muy respetuoso de la gente, de la persona detrás de un cargo, no del personaje, y no me parece lógico entrar en un tire y afloje sobre una persona, en este caso el diputado Gonzalo Mujica. Tampoco soy analista político y menos analizo expresiones de deseo de un gobernante del FA. Pero es notorio que algunos hechos muy recientes marcan que no ha habido una conducta hegemónica en la votación en la cámara de Diputados. Ese es mi análisis y después cada uno tendrá su interpretación. Y reitero, no se trata de tirar de la camiseta de un legislador –que, dicho sea de paso, es una persona con pasado, con presente y con futuro–, de ver quién se queda con alguien, porque no se trata de eso.
Se trata de que el Parlamento tiene una chance, tiene una oportunidad y eso requiere de mucha humildad de los que estamos de este lado del mostrador en este caso. Porque hay dos formas de generar una mayoría, puede ser circunstancial y en una de las cámaras, “quiero que se voten mis proyectos de ley”, que no va a ser la actitud nuestra, el primer paso es caminar hacia los proyectos de los demás, ver un proyecto del Partido Independiente (PI), ver un proyecto del Partido de la Gente (PG), ver un proyecto del Partido Colorado (PC), ver, ¿por qué no?, un proyecto de algún legislador del FA. Vamos a negociar en el sentido más puro de la palabra, como todos hacemos en nuestra vida diaria, para ver si podemos darles media sanción a temas que son necesarios, que son justos, que son de sentido común, que hasta el momento tenían una férrea oposición de una mayoría regimentada. Hasta ahí mi análisis, no puedo analizar lo que dice la senadora Topolansky porque no me corresponde.
EC —Pero sobre ese tablero político han hablado varios dirigentes, y por supuesto los analistas, y hay quienes han alertado de que se está prestando quizás demasiada atención a la Cámara de Diputados.
LLP —Es que es donde se genera esta posibilidad.
EC —En el Senado las cosas siguen igual. Entonces, por ejemplo, dijo el diputado Gustavo Penadés, que pertenece a su sector: “Con la actual composición parlamentaria lo que puede darse en realidad es un bloqueo, lo que la oposición promueva en Diputados puede ser frenado por el oficialismo en el Senado”. Lo dijo Penadés y no fue el único, lo mencionaron Gandini y otros.
LLP —Es una forma de verlo. Obviamente, puede haber un bloqueo de iniciativas del gobierno que uno estima que son inconvenientes. Por ejemplo, el ajuste fiscal. Una cosa que quizás en el presupuesto nacional es insignificante, pero en el respeto a la gente para mí es muy compleja, es la compra de un avión presidencial. Hoy miércoles el Tribunal de Cuentas se expide nuevamente acerca de la compra del avión por el gobierno. Un Tribunal de Cuentas que abruptamente cambió su integración.
EC —¿Qué está queriendo decir con eso? ¿Qué está sugiriendo con que “abruptamente cambió”?
LLP —Es que, según me dicen mis compañeros en el Tribunal de Cuentas, no había planificación de ningún cambio en su integración. Un delegado que no es de mi partido vota en contra de la compra de este avión y después no está más en el Tribunal de Cuentas, renuncia; no leí el porqué de su desvinculación. Ahora hay una integración nueva; veremos si se ratifica lo actuado o se hace lugar a lo que solicita el gobierno.
EC —¿Sospecha que ese cambio no es casual, que se procesó para que termine habiendo una opinión favorable a la compra del avión presidencial?
LLP —Mis sospechas las guardo en mi intimidad hasta no tener elementos de prueba, porque una vez que exteriorizo algo y acuso, tengo que tener enseguida el sostén probatorio. Y como no me gusta que lo hagan conmigo, no lo hago con los demás. Simplemente relato un hecho.
Estaba poniendo un ejemplo de bloqueo, el del ajuste fiscal, algo grande, y algo que es insignificante a nivel presupuestal pero significante en los berretines que puede tener un gobernante que está metiéndole la mano en el bolsillo a la gente y se da el lujo de un avión con condiciones inapropiadas para nuestro país. Eso desde el punto de vista del bloqueo.
Del lado de la acción o por la positiva, se trata de lograr que tengan media sanción iniciativas que son justas, lógicas, de interés de la gente. Lo interesante es ir sobre los proyectos de los demás, porque la coordinación no significa siempre una posición dominante de decir “para coordinar tienen que votar lo que yo quiero”. Como en cualquier relación humana y en la actividad política y de gobierno también la hay, llegar a un punto intermedio entre los que no somos el oficialismo.
