EC —Supongo que buena parte de estas afirmaciones son polémicas.
MJB —¡Por supuesto!
RG —Pueden ser polémicas…
EC —Por el lado de los historiadores colorados aparecen observaciones y respuestas a cada paso.
RG —Sin lugar a dudas, pero las bases de la nación se empezaron a echar ahí. Un modelo de país estaba en torno a ese pensamiento. Y justamente, como en otros lugares, a veces los que habían participado en las campañas por la independencia no estaban aptos para la siguiente etapa, que era echar las bases para la creación de la nación. Oribe era un hombre que estaba especialmente dotado y además decidido a hacerlo. Eso lo llevó adelante, basado en un pensamiento nacionalista, basado en un entronque con el artiguismo, avanzado en ideas de libertad y demás. La preocupación por fundar el Archivo Nacional, de refundar la Biblioteca, de fundar el Museo Nacional, el Museo de Zoología. Y se rodeó de gente de lo más variada en la primera época, incluso los emigrados argentinos antirrosistas que vienen al Uruguay lo encuentran como el paradigma de lo que tenía que ser el gobernante.
EC —La batalla de Carpintería puede verse como el paso previo a la Guerra Grande, el preludio de la Guerra Grande, que en realidad comienza tres años más tarde, en 1839, y se prolonga hasta el 8 de octubre de 1851. Una guerra que enfrenta a muchos más que a blancos y colorados. ¿Qué significó aquel período para la divisa blanca?
MJB —Para la divisa blanca significó la defesa de la soberanía y la defensa de sus ideales. Y está clarísimo que se reafirma en ese momento el concepto de federación, que tiene su raíz en el ciclo artiguista. Fue un período muy complicado en nuestro país, el profesor Barrán siempre decía “miremos, pero no juzguemos con nuestros ojos una realidad del siglo XIX, que es tan distinta”. Es verdad, era muy distinta la realidad que se vivía en ese Río de la Plata, porque la Guerra Grande fue un conflicto rioplatense, con intromisiones extranjeras europeas con intereses diferentes.
La divisa blanca o Manuel Oribe en ese momento defendía esta patria, esta nación, de intereses que le parecía más adecuado afirmar con nuestros hermanos argentinos que con otros, principalmente con esa presencia –que luego va a estar a lo largo de todo el siglo XIX también físicamente, materialmente– que va a ser la influencia británica o la influencia francesa, pero sobre todo la británica. Hay un trabajo muy bueno de la licenciada Ana Ribeiro con respecto a las invasiones inglesas, según el cual los ingleses se fueron, los echamos en 1806 y 1807, pero volvieron al otro año de otra manera –hoy diríamos de manera subliminal–. Y es verdad, en todo el siglo XIX estuvieron presentes por un tema económico y militar, un tema de la Commonwealth, un tema de ubicación en lugares estratégicos, y esa República Oriental del Uruguay naciente era un lugar beneficioso para sus intereses, como lo fue.
EC —Durante esa Guerra Grande tuvo activa participación, al servicio de Oribe, otro militar que después pasaría a formar parte de la historia, de la leyenda del partido: Leandro Gómez, especialmente conocido por su defensa, en 1864, de la ciudad de Paysandú, al final de la cual fue ejecutado por tropas del general uruguayo Venancio Flores y soldados aliados del Imperio de Brasil. Imagino que la profesora Burgueño tiene una inclinación especial por este nombre y por toda aquella gesta, lo ha seguido muy de cerca. Ubiquemos a Leandro Gómez.
MJB —Leandro Gómez, que no era oriundo de Paysandú, va a defender una ciudad, como varias ciudades que estuvieron sitiadas, pero el dominio político y administrativo de Paysandú tenía –y en ese momento más– un sentido muy especial, que es su puerto, su vinculación en el río Uruguay con la zona de comercio de ese río Uruguay. No debemos olvidar, en este contexto político, la parte económica y social. En ese período –década del 60, Leandro Gómez va a defender la ciudad en el 64 y muere en el 65– tiene un auge importante el saladero, es el medio de trabajo fundamental que tiene todo el litoral norte, toda la zona al norte del río Negro. Si esos lugares están ocupados por fuerzas extranjeras –Tamandaré va a estar atacando la ciudad– hay que pensar que hay una mezcla de elementos políticos pero también económicos en este sitio. Uno a medida que se va adentrando en el tema de Leandro Gómez va viendo que no es solamente la defensa de la ciudad, que hay mucho más. Hay una defensa obviamente de la soberanía, hay una defensa de los intereses del lugar y de los intereses locales, por eso hice mención a los saladeros.
