
RA —Eso es importante resaltarlo. Siendo profesional, hay tres formas de estar vinculado, o no: declarar ejercicio independiente de la profesión y aportar activamente, haberse declarado en ejercicio y estar haciendo contribuciones a ambos organismos de seguridad social.
AC —Correcto.
RA —El pago a la CJPPU se hace por un monto ficto, que está establecido en franjas que van aumentando para todos los profesionales a medida que pasa el tiempo. ¿Por qué es un ficto y no un porcentaje de las rentas o del salario de los trabajadores, como ocurre con las jubilaciones que brinda el BPS?
AC —Los sistemas de seguridad social tienen que tomar determinadas decisiones de cómo formar su modelo de seguridad social. La opción de que los aportes sean sobre un ficto es una de esas decisiones; podría ser sobre los ingresos reales. Pienso que en su momento era muy complejo el seguimiento y el contralor de cuáles eran los ingresos para que un porcentaje determinado de ellos pudiera ser el aporte correspondiente.
RA —Cuando surgió la caja ya se estableció así el sistema de aportes.
AC —Se estableció así. El sistema es por franjas, son 10 franjas, la causal jubilatoria se genera cuando se cumplen los 60 años de edad y se tienen 30 años de aporte de ejercicio. Son tres años en cada una de ellas. De modo que si uno tuviera la continuidad necesaria, empezado en primera terminaría en décima. Y van aumentando los fictos jubilatorios y sobre esos sueldos fictos se calcula por el 16,5 % cuál es el aporte que se tiene que realizar en cada una de las categorías, como también cuál va a ser el sueldo jubilatorio en el momento de retiro.
NB —Las categorías van desde la primera, que en realidad son dos, porque hay una primera especial, en la cual en el primer año se aportan $ 1.379 –esos son valores del año pasado– y $ 2.758 en los otros dos años, y en la décima categoría se terminan aportando $ 14.482.
RA —Ahí varía también el sueldo ficto. La caja parte de un sueldo ficto de quien inicia la carrera de $ 16.700 y termina en un sueldo de $ 87.000.
AC —Correcto.
NB —¿No termina siendo muy injusto? Porque estamos hablando de sueldos ficticios que pueden no tener ninguna relación con lo que está ganando la persona. La persona puede estar ganando mucho menos de ese sueldo ficto, o mucho más y por lo tanto haciendo una contribución menor de la que podría hacer.
AC —Correcto. Yo he escuchado muchas veces ese reclamo: “sería bueno aportar por lo real”. Quien esgrime esos argumentos muchas veces está pensando que si aportara por lo real aportaría menos. Pero cuando hemos hecho las pruebas y un poco el seguimiento, nos hemos dado cuenta de que el cambio de sistema al aporte real, que podría ser una buena solución en determinadas condiciones, implica para la organización importantes recursos. Cualquier cambio en seguridad social significa dar seguridad, sostenibilidad, etcétera, y hay que tener muchos recursos para implementar cambios. La otra cuestión es que posiblemente terminarían aportando más. Siempre nos quejamos, los uruguayos tenemos mucho más desarrollado el sentido de la crítica que el sentido de la responsabilidad. Me refiero a responsabilidad por el hecho de que yo quisiera tener un buen pasar cuando me retire, pero esa responsabilidad aflora recién en los últimos años, cuando me estoy aproximando a esa edad. Por lo general uno ve los $ 3.000, $ 4.000 o $ 14.000 que está pagando cuando está en décima categoría, cómo duele esto. Sin embargo no está pagando un impuesto, sino que está generando su contribución a la seguridad social que mañana le va a ser devuelto a través de un beneficio. Estamos mirando el lado gravoso, cuánto tengo que pagar, pero no qué es lo que recibo a cambio.
NB —Mi planteo venía porque pensándolo en términos muy básicos parece todo lo contrario de lo que se esperaría de un sistema solidario, como a veces se piensan los sistemas de previsión social. Pensemos en las poblaciones más vulnerables, que podrían ser quienes están saliendo al mercado laboral y de repente no ganan los $ 16.714 pensados para la primera categoría. Alguien que en el ejercicio liberal de la profesión va consiguiendo los clientes de a uno y no necesariamente en esos tres años consigue una remuneración estable de esos valores. O pensemos en un profesional que trabajó en planilla durante muchos años, un buen día se queda sin trabajo y de repente ya está en la octava, novena, décima categoría y tiene que salir a hacerse de nuevo. Son poblaciones muy vulnerables que quedan bastante complicadas por cómo está diseñada la caja.
Por otro lado, cualquier persona que gane más de $ 87.768 aun estando en la décima categoría, que es cuando más hay que aportar, termina haciendo una contribución que porcentualmente está por debajo de lo que la mayoría termina aportando.
AC —Sí, pero hay otro enfoque de lo que tú estás planteando. Un sistema de solidaridad pretende separar las situaciones individuales, que aquel que gana mucho y aquel que gana poco que tengan algo en común, y que sea común independientemente de los ingresos de cada una de esas personas. En la base del sistema de solidaridad el hecho de los fictos y de las franjas atiende ese concepto: independiente de que uno gane más o gane menos, tenemos que dar una respuesta para que la cobertura de seguridad social sea pareja y dentro de determinados parámetros que aseguren un buen pasar y una posibilidad de pago.
NB —El tema es que sí termina siendo entre quien gana más y quien gana menos, porque el sistema parte de la base de que cuantos más años está uno desde que se recibió, más va a ir ganando. Y eso no necesariamente se traduce en la realidad. Muchas veces puede pasar todo lo contrario.
AC —Tal cual. Los modelos no son perfectos, tienen que ser revisados permanentemente. Uno de los temas es cómo se van generando los ingresos a lo largo de la carrera profesional de los profesionales. Porque uno comienza generando primero su núcleo de clientela, luego eso va a tener un mayor rendimiento y una mayor actividad y posiblemente llegue un momento en el cual comience a decaer, que es acercándonos a la edad de retiro. Todo ello es tomado en cuenta, porque los porcentajes de incremento de las diferentes clases, de primera, segunda, tercera, cuarta, quinta, van considerando una determinada curva en función de cómo se prevé que es en general el rendimiento de la actividad profesional. A pesar de lo cual, los sistemas no son perfectos, merecen su revisión, hay puntos de vista a veces encontrados y nosotros lo hemos considerado. El sistema de seguridad social tiene que estar mirando hacia el futuro.
RA —¿Está en los planes de la caja la posibilidad de cambiarlo, de que el aporte se haga a partir de lo que cobra el profesional?
AC —Sí, y se han hecho estudios, se ha pedido el aporte de gente especializada en el tema para ver cuáles son las alternativas al actual modelo, por la necesidad de revisión permanente que tiene que haber. El tema de la seguridad social es complejo, porque la población beneficiaria va a ser cada vez mayor. Por suerte, porque el ser humano está teniendo una mayor expectativa de vida, en consecuencia en el futuro va a haber cada vez mayor stock de retirados en uso del beneficio de la seguridad social. Esto significa que yo tengo que ir generando reservas para los momentos en que van a ser más necesarias en la medida en que tenga un mayor stock. A su vez, eso tiene que ser compatible con la forma de ejercicio de la actividad, porque la actividad va cambiando. No es lo mismo la actividad cuando yo me inicié hace 40 años que la actividad de los profesionales jóvenes que egresan de la facultad con el título pero tienen que insertarse en el mercado laboral y muchas veces dan prioridad a seguir capacitándose, a hacer un estudio de posgrado o eventualmente a trabajar como dependientes para ir generando mayor experiencia antes de largarse a la actividad profesional.
Uno pensaría: si bien tengo un mayor stock, también tengo un mayor volumen de aportantes. Pero no necesariamente. Entonces cuando uno mira cuál es el conjunto total de profesionales, son algo más de 110.000 inscritos, y nos damos cuenta de que año a año la cantidad de profesionales que presentan declaración de no ejercicio es mayor. ¿Eso es una señal de que hay evasión? No necesariamente. Es una señal de que está cambiando la forma de ejercicio profesional. Eventualmente podrá haber situaciones confusas. La caja también tiene el compromiso, dentro de su objeto, de brindar la seguridad social, hacer los debidos controles.
RA —¿Por qué un profesional en libre ejercicio de la profesión, aunque no esté trabajando en ese momento, pero esté buscando trabajo, tiene que aportar de todos modos a la caja? Si está desempleado, ¿la caja le ofrece algún tipo de seguro de desempleo?
AC —Las coberturas que da la caja son las que están establecidas en su ley marco. Las coberturas básicas hacen a la jubilación, a la pensión o al subsidio y a las expensas funerarias. Aparte de eso, el directorio, dentro del marco legal, puede ir generando algunas otras coberturas complementarias. Algunas de ellas fueron las que hace algunos meses el directorio optó por recortar anticipadamente, porque la mayoría de ellas caían, dejaban de estar vigentes a partir del 1.º de enero de este año. Sobre todo lo que interesaba –es muy importante en seguridad social– era anticiparse, ver lo que va a venir y darle cierta gradualidad. Eso es lo que el directorio, dentro de sus posibilidades, intentó hacer, de hecho lo hizo y generó alguna reacción adversa de aquellos que recibían hasta ese momento esa cobertura complementaria, que están recibiendo menos y tienen que reacomodarse. Eso se tiene en cuenta y es lo que el directorio hizo.
Esas medidas se toman a los efectos de generar, como en este caso, mayor sostenibilidad, mayor sustentaiblidad. Lo que yo no pago en forma directa en estas coberturas complementarias es lo que atesoro para seguir brindando las coberturas básicas en el futuro. Es lo que establece la ley, la ley dice que esas coberturas complementarias que el directorio puede ir diseñando tienen que estar justificadas desde el punto de vista de que no pongan en riesgo la atención de las coberturas básicas y por otra parte que tienen que estar acordes con las condiciones financieras del instituto.
RA —Pasado en limpio, ¿cuáles son las coberturas que da la caja en ese sentido? ¿Seguro por enfermedad?
AC —Hasta mediados del año pasado la caja tenía una cobertura complementaria de salud. Esa cobertura comenzó a disminuirse a partir del 1.º de julio, entre otras cosas porque los jubilados y pensionistas pasaron todos a tener la cobertura del Fonasa dentro del Sistema Nacional Integrado de Salud. En consecuencia, había una duplicidad de coberturas y la caja tiene que considerar que lo que en su momento generó la necesidad de dar esa cobertura estaba siendo atendido de otra manera y evidentemente hay que guardar esos recursos para atesorarlos y brindarlos en las coberturas básicas.
Tú preguntabas cuáles son los subsidios. Acá estamos hablando de los subsidios por maternidad, y se puede tener el subsidio por incapacidad ya sea permanente o temporal a los efectos de realizar la actividad. Eso puede ocurrir en cualquier instancia de la actividad del profesional universitario, no necesariamente al retiro. Ese es el tipo de coberturas básicas y complementarias que la caja tiene establecidas.
RA —Seguro de paro, como tiene el BPS, no.
AC —No, la actividad profesional tiene la posibilidad de estar en disponibilidad, y en la medida en que no esté ejerciendo por un período prolongado puede pedir la baja durante ese período. Evidentemente durante ese período no genera la contrapartida del aporte hacia su fondo de retiro.
NB —No solo no existe seguro de paro, sino que si un profesional está buscando trabajo y está en disponibilidad en ese momento, tiene que seguir pagando.
AC —Así es el modelo. Sí, señor.









