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RA —Tengo algunos mensajes de los oyentes. Por ejemplo, Marie plantea: “Soy médica con más de 25 años de profesión y percibo por Salud Pública $ 25.000 líquidos. Si aportara a la caja llevaría más del 50 % del salario. Pongo por ejemplo el aporte al Colegio Médico: hay una cuota básica a partir de un ingreso estimado como médico, por debajo de ello hay que realizar una declaración jurada anual y hasta es posible exonerar el aporte. Debe modificarse el modelo, es obsoleto e injusto”. ¿Qué responde a críticas de este tipo, de las que han llegado varias?
AC —Lo que estábamos conversando. Los modelos merecen tener revisiones periódicas. El directorio de la caja ha hecho algunos ajustes en el ámbito de discrecionalidad que le compete, pero hay otros ajustes que son de índole legal, para los cuales serían imprescindibles la iniciativa del Poder Ejecutivo y la sanción del Legislativo. Esa modificación está prevista, estamos estudiando y desearíamos en los próximos meses elevar una iniciativa para un proyecto de reforma de la ley de la CJPPU.
Agrego a lo que recién planteaba que está previsto en la ley orgánica de la caja que los profesionales se mantengan por ejemplo en segunda categoría. Esto puede ser una opción a los efectos de no aumentar el aporte, pero hay que considerar –porque hay que tener la visión del conjunto– que eso puede ser una limitante al momento del retiro porque el ficto de segunda categoría es bastante inferior al ficto de octava, novena o décima categoría.
NB —De nuevo, el problema parece ser lo irracional del régimen de categorías. Una persona puede estar avanzando de categorías porque sus retribuciones se lo permiten y en un momento, por circunstancias de la vida, empezar a recibir mucho menos, pero ya no puede dar marcha atrás con las categorías.
AC —En cualquier momento puede pasar a segunda categoría y retomar de allí en adelante. Posiblemente debería promoverse un sistema más flexible, que permitiera algún tipo de licencia, etcétera. Pienso en que eso sea incluido en algún proyecto de ley que se esté preparando.
RA —Otros oyentes marcan la irracionalidad entre las diferentes profesiones, lo injusto que puede ser por ese lado. “¿Por qué nos catalogan a todos los profesionales igual, sabiendo que hay profesiones que ganan más que otras?”, y plantean que eso les parece injusto. ¿Por ahí también puede darse un cambio?
AC —El modelo no es perfecto.
RA —Pero dentro de los cambios, ¿se está pensando en una mayor flexibilidad por el lado de las diferencias entre las distintas profesiones que contempla la caja, que van desde médicos hasta comunicadores, en fin?
AC —Correcto, entiendo perfectamente. No va por ese lado, de repente sería un tema a tener en agenda a los efectos de estudiarlo y tener soluciones alternativas. A veces nos damos cuenta de las dificultades pero no queda tan claro cuáles son las soluciones a ellas, y que esas soluciones no traicionen el espíritu del conjunto.
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NB —¿Cuál es la situación financiera hoy de la CJPPU? Se ha hablado bastante del déficit operativo que tiene, que se profundizó en los últimos dos años.
AC —Efectivamente. Cuando se habla de déficit, se puede pensar que tenemos un instituto deficitario. La caja es una un instituto, económica y financieramente solvente. En el año 2015 sus resultados dieron algo más de $ 1.000 millones de utilidades. Estamos notando un cambio muy importante en lo que hace a los resultados operativos en la ganancia por utilidades. En los últimos años la caja venía teniendo resultados operativos favorables, fueron disminuyendo, la evolución fue negativa, a partir del 2014 comenzó a tener resultados deficitarios, en 2015 aumentaron y en 2016 llegaron a niveles muy importantes.
NB —¿Puede dar los números para entender la magnitud del asunto?
AC —No tengo la información delante, pero estamos pasando de resultados neutros en 2014, prácticamente 0 de resultado operativo, dejó de tener ganancia, a tener en 2015 algo así como $ 245 millones de déficit, y preveíamos para este ejercicio 2016 que acaba de terminar un déficit operativo del orden de los $ 700 millones.
RA —¿Qué implica el déficit operativo?
AC —El déficit operativo tiene que ver con los ingresos que obtiene la caja por los aportes que recibe y las salidas que tiene por el pago de las contribuciones que hace y también su presupuesto operativo. Está establecido por ley que el presupuesto operativo de la caja no puede superar el 7 % de los ingresos del ejercicio anterior. Esto en los hechos es menor del 7 %, está en el orden del 5 %. Significa que más del 95 % de esos egresos, que son el gran peso que estamos teniendo, se deriva del pago de las contribuciones, y esas contribuciones comienzan a superar los aportes que está recibiendo la caja. Ese déficit está compensado porque la caja, como organización que tiene toda una historia y una trayectoria, ha ido generando sus reservas y el producido de esas reservas permite extornar ese déficit y de allí resultan esos $ 1.000 millones de utilidades del ejercicio 2015.
Pero lo cierto es que no estamos atesorando el producido de las reservas. Y ahí volvemos al comentario que les hacía: tenemos que pensar que hacia delante tenemos un compromiso muy grande, los actuales aportantes se van a estar jubilando de repente dentro de 10, 15 o 20 años y yo tengo que tener los recursos necesarios para darles la cobertura de seguridad social. Por lo tanto no quisiera consumirme el producido de las reservas, sino que tendría que tratar de atesorar e ir incrementando esas reservas porque mañana voy a necesitar más recursos para atender mis compromisos.
NB —De hecho las estimaciones que hacía la caja a mediados de año eran que si siguen las tendencias que se están manejando para el 2026 la caja pasaría a tener patrimonio negativo.
AC —Sí. Los organismos de seguridad social suelen hacer estudios actuariales que buscan, mediante proyecciones de un conjunto de variables, establecer cuál va a ser su situación en el futuro, dentro de 10, 15, 20 años. Es algo estándar tener un estudio actuarial que dé una viabilidad, una sostenibilidad del sistema del orden de por lo menos 20 años. La caja ya hace algunos años que está por debajo de esos niveles y eso es lo que nos preocupa y nos motiva a ir generando los cambios necesarios para volver a tener la sustentaiblidad suficiente.
RA —Otra pregunta que se repite: “Estoy aportando a un organismo que no sé si el día de mañana cuando me jubile va a tener capacidad de pagarme la jubilación”. Y algunos oyentes más drásticos plantean: “Hay que buscar ya una solución e ir hacia el BPS”, a que la caja se asocie con el BPS.
AC —Yo pregunto qué dan los estudios actuariales del BPS. ¿Dan una sustentabilidad de este tenor? Como periodistas habrán visto el déficit que generan la Caja Militar, el BPS, cuál es el resultado de su balance. La caja hoy en día es solvente, tiene sus recursos, tiene sus seguridades. Lo que está habiendo son señales, se está anticipando en muchos años para generar hoy los cambios, para que cuando lleguen esos años tengamos ya la solución implementada y obtengamos otros resultados. En eso estamos y ese es el compromiso que tenemos desde el punto de vista de la caja, eso se viene cumpliendo.
Los cambios siempre implican tratar de ser más eficientes, tratar de generar ahorros, tratar de generar mayores ingresos. Coletazos de todo eso es esa reacción: caramba, ahora están controlando. Los controles siempre estuvieron, no son nuevos; lo que es nuevo, de repente, es el escenario en que se practican esos controles. Pensemos que los acuerdos internacionales de intercambio de información entre los países que hay de la OCDE para abajo también existen a nivel local y cada vez es más sencillo y hay más compromiso de las organizaciones para el intercambio de información. Por tanto cuestiones que antes eran bastante complejas de determinar porque era difícil enfrentar información, hoy son mucho más simples, mucho más sencillas, entonces algunas situaciones quedan mucho más expuestas que antes.
NB —La relación entre activos y pasivos en la caja es de cuatro a uno, cuatro activos por un pasivo.
AC —Sí; es una muy buena relación.
NB —Sin embargo el déficit operativo está, más allá de que esta relación se va a ir deteriorando con el paso del tiempo.
AC —Es de esperar, cuando los sistemas van madurando, que la relación activo-pasivo tienda a disminuir, irá pasando a tres o llegará a dos, como en otros sistemas. Entonces tenemos que atender rápidamente la señal de tener resultados deficitarios a nivel operativo, porque en estos momentos deberíamos estar teniendo otro tipo de resultados. Hay que realizar ajustes. Algunos ajustes se realizaron, como ya les decía, a los efectos de ir corrigiendo algunas situaciones de desequilibrio, pero otras situaciones van a requerir cambios de orden legal a los efectos de mejorar el modelo de la caja.
NB —La otra pregunta que surge es: si en este momento, con una relación de cuatro a uno, la situación es así de deficitaria, la solución pasa por la medida de tratar de captar a los que están declarándose en no ejercicio, abrir el abanico, teniendo en cuenta que la proyección es que esta relación se va a ir deteriorando de todos modos.
AC —El tema de captar a los que están en no ejercicio no es un tema de voluntad de la caja. La caja tiene que ofrecer cosas que resulten interesantes para que todos aquellos que estén en condiciones de ser aportantes y contribuyentes lo sean. Desde ese punto de vista yo miraría que la jubilación de la caja es una buena jubilación. Estamos hablando de una jubilación del orden de los $ 54.000 promedio. A nivel nacional es interesante. Si uno mira cuál es la contribución que tuvo que hacer a lo largo de esos 30 años, cuál es la expectativa de vida que tiene el profesional cuando se retira, con esos niveles de ingreso, y hace un cálculo económico de cuál es la tasa interna de retorno de la inversión que hizo para lo que está recibiendo, me parece que es una muy buena tasa. En consecuencia, creo que ese es un buen atractivo.
El problema es cuál es el incentivo para que los jóvenes que hoy tienen por delante otra cantidad de inquietudes empiecen a pensar seriamente en cuál va a ser su retiro dentro de 30 años. Allí es donde tengo que ver cómo juego con esos $ 1.000 y pico, más allá de que tengo el gancho de que voy a tener una buena jubilación.
NB —Esos $ 1.000 y pico son el primer año, después pasan a ser casi $ 3.000, y ya el cuarto año pasan a ser $ 5.000 y algo.
AC —Correcto. No me gusta ponerme de ejemplo, pero yo hace 34 años que aporto a la caja, estoy aportando $ 15.000, y el día que me jubile paso a tener una jubilación del orden del cual hablaba. O sea que, si todo va bien –por eso corro de mañana–, me siento sano, voy a tener un usufructo bastante largo de la jubilación. Seguramente voy a tener un buen retorno de la inversión realizada.
NB —Esos $ 15.000 que usted aporta actualmente a la caja seguramente están por debajo de lo que serían si usted aportara el 15 %, 16 % o el 14 % al BPS, como aportan las personas que están en planilla. Seguramente sería un valor mayor.
AC —Habría que verlo.









