EC —Usted participa en otras fundaciones en Estados Unidos y en Europa, por ejemplo que patrocinan becas para estudiantes avanzados, escuelas de música, trabajo con refugiados en Grecia, entre otras. ¿De dónde viene esa línea de acción social?
N von M —De nuestra crianza. Mi familia fue siempre una familia de mecenazgo, en Estados Unidos tuvimos mucha suerte con la empresa, nos fue muy bien.
EC —La empresa es un banco.
N von M —Sí, es un banco. Entonces seguimos la línea de los abuelos o bisabuelos, es un banco que tiene 150 años y nos enseñaron que siempre hay que dar. Entonces pensé: ¿qué puedo dar?, ¿en dónde? Y dije: Uruguay, que quiero, Uruguay, porque muchas veces se habla de los chicos, de las escuelas de otros países, pero no se habla mucho de Uruguay afuera. Entonces con una amiga, pensamos si ayudar a las personas grandes, que también tienen grandes problemas, o a los chicos, y elegimos a los chicos porque son el futuro.
EC —¿A estos proyectos usted destina su propio dinero?
N von M —También, pero tengo buenos amigos que han sido generosos, la mayoría en el exterior. Me gustaría mucho que muchos uruguayos vayan a ver el liceo o miren en la web para ver lo que hacemos y a su manera ayuden. Hay mucho ya, pero la mayor parte viene de mi familia y de amigos y de gente a la que logro convencer de ayudarnos.
EC —Usted, además de ser donante, además de que su familia la apoya y también hace contribuciones, sale a buscar otros aportes.
N von M —Sí, por supuesto.
EC —Los busca en Estados Unidos, en Europa, y ahora, por lo que decía, quiere buscarlos acá mismo.
N von M —Sí, quiero incentivar a los uruguayos y a los que viven en Uruguay que no son uruguayos a que aporten, porque es una gran obra.
EC —¿No es un problema que estos proyectos –sobre todo la Fundación Retoño, de la que ya hablaremos– dependan tanto de su capacidad para aportar o para conseguir quienes aporten fondos? ¿Cuán personalizada está toda esta historia?
N von M —Por supuesto que está muy personalizada, pero cuando hay invitaciones o cuando hago algo la gente no me trae regalitos, como se suele hacer, sino plata u objetos físicos tanto para Espigas como para el liceo. Eso es muy muy lindo. Son pequeñas cosas.
EC —Eso ocurre por ejemplo en su cumpleaños o cuando organiza una reunión en su casa. Los invitados no llegan con regalos para usted o su familia.
N von M —Sí. O en otras casas, este verano recibí dos sobres en reuniones con las que yo no tenía que ver. Es muy lindo.
EC —Alguien se encuentra con usted y le entrega un sobre con dinero adentro.
N von M —Sí. Es lindo, la primera vez fue muy emocionante. Hay personas acá que han sido muy generosas. Pero no basta para llevar adelante Retoño, que tiene que vivir 50 años, por lo menos.
