EC —Justamente, en el año 2002 usted puso en marcha la Fundación Retoño en un predio ubicado en el barrio Puntas de Manga, en Montevideo. ¿Por qué eligió ese lugar en particular?
N von M —Busqué un lugar donde hubiera chicos y familias de bajos recursos, esa era la meta, porque ellos necesitan. Encontramos ese predio de 10 hectáreas, que incluye la edificación, el área de deportes y una gran huerta. Se fue haciendo, primero con un convenio con el INAU lo que es hoy el Centro Espigas, después en el 2010 construimos un edificio que alberga consultorios de primer nivel de asistencia médica y odontológica para los alumnos, sus hermanos y hermanas y madres embarazadas, todo en forma gratuita, se hacen controles y se imparten talleres sobre prevención en salud. Y en el 2015 se crea el proyecto Simiente, que quizás mucha gente no conoce. Es un programa asociado al Liceo Espigas, inaugurado en el 2016, con el propósito de fortalecer a los alumnos de quinto y sexto de las escuelas públicas de la zona preparándolos en contrahorario a su concurrencia a la escuela para un tránsito exitoso al Liceo Espigas. Cada octubre se realiza un llamado abierto a las escuelas públicas de la zona para que se registren los niños que deseen participar en el proyecto. Tienen prioridad para ingresar al liceo quienes han participado en el proyecto Simiente, y el resto de los cupos se sortean.
EC —La piedra fundamental, el primer paso es el Centro Educativo. ¿Qué tipo de actividades buscaba desarrollar? ¿Por dónde se empezó a probar? ¿A quiénes estuvieron destinadas las primeras líneas de acción?
N von M —Al CAIF, al Club de Niños, desde 2 años hasta quinto y sexto. Los tenemos a diario a contrahorario. Al principio era a contrahorario; ahora hay muchas escuelas públicas que dan el almuerzo, sin embargo seguimos preparando 750 comidas por día entre desayunos, almuerzos y meriendas para los que pasan por ahí de mañana o de tarde. Ha sido muy exitoso, la semana pasada empezaron a venir madres con chicos de 2 años para acostumbrarlos a estar ahí todo el día, así la semana que viene empieza la escuela normal para todos. A raíz de eso, viene la educación de las madres de los chicos.
EC —Ustedes trabajan también con las familias de esos chicos.
N von M —Sí, absolutamente. Al principio, como es normal, estaban un poco tímidos para venir, pero ahora vienen, preguntan, muchos van a los consultorios, que están llenos. Hay un dentista que viene una vez por semana, se les dan las inyecciones que necesitan, los llevan a hospitales cuando es necesario. Es una filial de […] y han sido fantásticos.
EC —Le preguntaba por las actividades con las familias de los niños que concurren.
N von M —Se les enseña a cuidar la higiene, a cocinar, vienen a hacer comidas, juegan con los chicos para aprender ese vivir uno con el otro, porque en esos barrios los chicos andan bastante sueltos, los padres o trabajan o no están. Es tratar de mostrarles que hay una vida distinta y una manera distinta de ir adelante. Todo eso de forma gratuita. También se imparten talleres sobre prevención en salud. Y de ahí siguen las ideas, a eso siguió la idea de hacer Simiente para ayudar a los que quieren entrar al liceo.
