
EC —Rosario cuando estuvo por primera vez resaltaba la calidad del edificio y de su infraestructura.
Ahora que ya lo ves con un poco más de uso, ¿qué decís sobre ese punto en particular?
ROSARIO CASTELLANOS (RC) —Debo admitir que el liceo está perfectamente conservado, sigue siendo una maravilla como liceo, que yo no tuve oportunidad de disfrutar en mi época. Es un edificio que tiene dos plantas, planta baja y planta alta, nueve salones, tres laboratorios –biología, física y química–, pero además tiene una generosidad en los espacios comunes, el ancho de todo lo que tiene que ver con los corredores, el lugar de acceso, y luego el equipamiento, que es de última generación. Los pizarrones, por ejemplo, son digitales, son una combinación de pantalla gigante de PC con pizarrón, se puede escribir sobre ellos, borrar con la mano, y también se puede traer la imagen que pudiéramos estar necesitando desde un PC.
Esto empezó en marzo del año pasado con los 75 alumnos de primer año, que este año pasan a segundo y serán otros 75 los que ingresen a primero. Hay salones que se están equipando para completar el uso que va a ser necesario. Y lo curioso es que además tienen que instruir a los profesores, que ya están acá y siguen llegando, porque hay que enseñarles cómo manejar esas pizarras de última generación. Y de ahí en más, todo, el equipamiento completo de laboratorios, la comodidad de las sillas con una amplia mesa delante incorporada, pero no simplemente para el apoyo de un cuadernito, sino que es amplia, el colorido que se ha incorporado. Realmente es un liceo como yo conozco muy pocos y además es un liceo de tiempo completo. Lo que no mencionó Nina es que también tiene un equipo de música, hay un salón de música que acabo de visitar que sé que es una de sus aspiraciones. Han formado hasta una banda con todos los instrumentos que se puedan imaginar, que en este momento están desarmados, pero allí están esperando para que los alumnos este año también tengan la posibilidad de formarse en música.
EC —[A Nina von Maltzahn] Esa era una preocupación particular suya: la calidad del edificio, la calidad del equipamiento.
N von M —Sí, y también que los chicos lo cuiden, sepan que hay ese mundo afuera y que hay que cuidar lo que uno tiene para los demás que vienen después y para ellos mismos. El asunto de la música es tal cual habló Rosario –muchas gracias–, a veces soy un poco cabeza dura, dije “no hay liceo si no hay una sala de música”. Pero música aprendiendo las notas, sabiendo leer las notas, sabiendo usar algún instrumento un poco. Fue un éxito increíble. Si Rosario estaba ahí cuando abrimos lo pudo oír personalmente. La profesora es brasileña y está plena de energía que trasmite a los chicos. Es una clase que marcha muy muy bien.
EC —¿Qué actividad está teniendo lugar hoy allí, Rosario, en este mes de febrero?
RC —Se están incorporando los niños más chiquitos con sus mamás para acostumbrarse al lugar. No hay actividad en el liceo, salvo la preparación del personal y los profesores para la utilización sobre todo del equipamiento tecnológico. Pero en materia de actividad con niños, están llegando los más chiquititos para esta previa. A partir del 20 comienza la previa en el liceo también, va a haber una especie de introductorio a lo que luego será el inicio el día 6 con el resto de los liceos.
Hay que llegar hasta este lugar para ver todo lo demás que tiene. Porque estamos hablando de música, pero hay canchas para todo tipo de deportes, al aire libre y bajo techo. Hay una huerta y dos invernáculos, en los que los chicos participan, que están produciendo para la propia comida que luego se ofrece en el comedor. Los invito a visitar este lugar, a que lleguen y conozcan, aunque es lejos, porque es una maravilla.
EC —¿Cómo sigue esta historia, cómo siguen los proyectos? ¿Va a haber bachilleratos allí también?
N von M —Por supuesto que el director quería eso, para él ya es un hecho. Pero vamos a ver cómo funciona el liceo cuando funcionen primero, segundo y tercero, y vamos a ver también qué fondos puedo juntar. Así que no me comprometo a nada, es según el éxito, según el trabajo que hacen todos ahí que uno va adelantando. Pero ya está llegando el fin de ese proyecto, que es muy muy lindo, y si puedo dejarle eso un día a Uruguay estoy muy contenta.
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Transcripción: María Lila Ltaif









