DS —¿Exactamente qué hace un tecnólogo en manejo de sistemas de producción lechera? ¿Qué implica en Uruguay tener hoy este título?
FC —Como decía, son carreras diferentes, con enfoques diferentes. Agronomía es muy general, tenés un abanico, te dan un tronco general y después elegís. Esto es especializado, es un tecnólogo en manejo de sistemas de producción lechera específicamente. Si bien tenés materias generales, el tronco es la lechería. Significa que sos un técnico que está relacionado directamente con el productor, que conoce la realidad del productor, que sabe lo que hace desde las 3 o 5 de la mañana cuando se levanta hasta que se acuesta.
RA —En diciembre estuvimos hablando con una de las consejeras de la UTEC y nos decía que tu carrera consistía en estos tres años en que los jóvenes conocen y salen con las competencias necesarias para gestionar un tambo. Ya no estamos hablando de aquel ordeñador del siglo pasado, decía, sino de un gestor que tiene la posibilidad de desarrollar un proyecto de vida manejando recursos económicos, recursos humanos, manejando pasturas, inseminación. Es una visión totalmente diferente de lo que hoy podríamos pensar que es la lechería, agregaba. ¿Coincidís con esa definición? ¿Cómo es tu trabajo hoy en un tambo?
FC —Es una carrera muy intensiva que se dicta en dos años. Creo que en cualquier carrera que hagas con dos años no basta, empezás a estudiar y estudiás toda la vida. Aparte la lechería es un rubro muy intensivo, que da trabajo en muchas áreas; además está muy tecnificada y tenés que ir adquiriendo el conocimiento de esa tecnología, porque no todo le sirve a todo el mundo. En esos dos años ves un pantallazo de todo lo que podés abarcar. Obviamente después te vas a ir probando en el campo laboral y te vas a ir inclinando por áreas que te van a gustar más que otras, como en toda carrera. Me parece que no hay que diferenciar entre el ordeñador y el técnico; obviamente el técnico está preparado para otras cosas y tiene una formación que de repente el que ordeña no tiene, pero no hay que hacer esa diferencia porque en la carrera estamos estudiando y de noche estamos ordeñando. No es que vos salís siendo un técnico que vio todo lo teórico en el salón y después te fuiste a hacer… No.
RA —Además tu carrera tiene la particularidad de que funciona como un internado dentro de la Escuela de Lechería de Nueva Helvecia, en Colonia. Viven ahí y tienen una carga horaria muy fuerte en este régimen de internado.
FC —Sí, lo que tiene de bueno esta carrera, para aquel al que le gusta la lechería, es que no solamente tiene un internado que le brinda las comodidades para quedarse ahí, sino que está en una de las cuencas lecheras más importantes del país, Nueva Helvecia, en la Escuela de Lechería, con toda la trayectoria que tiene la Escuela de Lechería. Y tenemos un sistema ahí, un tambo a disposición. Eso es la base fundamental que tiene que existir en este tipo de carreras técnicas, precisás gente que sepa lo que hace el día que arranca a estudiar. Me parece que el aprender haciendo es fundamental, vas adquiriendo los conocimientos cuando lo vas haciendo, cuando te vas equivocando. No es eso de estar esperando mucho tiempo para después recién salir a la práctica a ver cómo te va.
DS —Esteban, tú sos de Colonia, carmelitano, vivías en Caramelo y trabajabas en una fábrica láctea (Calcar), pero para entrar a la UTEC renunciaste y te mudaste a Rosario, también en Colonia. Hoy tenés 29 años, o sea que en ese momento tenías 25. ¿Te costó tomar la decisión de cambiar de ciudad?
ESTEBAN CARBAJAL (EC) —Sí, al principio sí, por la incertidumbre de enfrentarte a lo desconocido y no saber qué es lo que realmente vas a ver, vas a poder apreciar. Pero por otro lado lo hice de buena voluntad.
DS —¿Y con qué te encontraste?
EC —Me encontré con algo completamente nuevo, con una universidad, con nuevos compañeros, nuevos profesores. Pero más allá de eso, me encontré con nuevas oportunidades, una nueva panorámica, otra visión, otra perspectiva, orientada hacia conocimientos en la tecnología de los lácteos. Particularmente era lo último en conocimiento y en estudios universitarios y había que inscribirse para estar lo más actualizado posible.
