
RA —En tu caso, sos además el primer universitario de tu familia. ¿Qué implica eso?
EC —Una situación de mucho orgullo personal. Para mis padres es un orgullo y me siento también muy orgulloso de poder llevar a cabo esta tarea.
DS —¿Qué hacían tus padres? ¿Estaban vinculados al mundo de la lechería?
EC —No, para nada. Me decían “no sé a quién saliste”, no lo podían creer. Una situación de completa felicidad, muy orgulloso, con grandes sentimientos hacia la oportunidad que me dio la UTEC, hacia todo lo que involucró. En definitiva te da mucho valor en lo personal tener un título universitario, te da una sensación muy agradable de progresar, de poder llevar adelante cosas importantes en la vida.
RA —Alejandra, en tu caso tú sos egresada de la Tecnicatura en Tecnologías de la Información, trabajás en control de calidad de productos informáticos. Y tenés la particularidad de que sos de Montevideo y vivís en Ciudad de la Costa, pero estudiaste en Durazno.
ALEJANDRA VIGLIETTI (AV) —Sí, es una situación distinta.
RA —Hiciste el camino inverso al de Fernanda y Esteban.
AV —Igual no se crean que a veces ir a Montevideo me cuesta mucho menos tiempo que ir a Durazno, teniendo los horarios agarrados. Esa vez fue distinto, yo había estudiado en la Udelar, nunca terminé, entre otras cosas porque los horarios me complicaban, porque académicamente la Udelar tiene otras exigencias y me encontré con que lo que estaba estudiando no era lo que me gustaba para trabajar.
RA —¿Qué estabas estudiando en ese momento?
AV —Ingeniería en Telecomunicaciones, que se ponía un poquito dura a nivel de horarios también, no tenía tanta flexibilidad como para poder trabajar y había que combinar las dos cosas. Pero yo conocí lo que estaba trabajando, que es esto de control de calidad, porque empecé a trabajar y descubrí lo que era. No había una formación formal tan estricta con respecto al testing, y la UTEC en ese momento no existía. Cuando aparece veo que lo que trae es la oferta práctica que estaba faltando en el mercado. Todo lo que había para tecnicaturas de la información era básicamente o analista de sistemas o ingeniería en computación o si no cosas más puntuales de programación, cursitos cortitos de un par de meses capaz. Entonces lo que vimos como atractivo en la carrera era que cubría esa parte práctica que uno descubría cuando se ponía a trabajar. En vez de hacer el camino inverso académicamente de estudiar toda la carrera primero y después ver en qué voy a trabajar o descubrir lo que me gusta ya cuando estás mirando los pingos. Acá es al revés, es más práctico, es algo más técnico. Ahí surge la carrera, entonces me tuve que proponer “me voy para afuera”, al revés. Y en particular lo que tiene la tecnicatura es que tiene una carga 70 % virtual y 30 % presencial.
RA —Contanos eso, cómo fue estudiar virtualmente. ¿Hiciste 70 % del curso por videoconferencia?, ¿cómo era el sistema?
DS —Y cómo adaptabas tu jornada para tener tantas horas delante de la pantalla.
AV —Eso fue lo bueno, porque esa flexibilidad uno la puede acomodar al tener la virtualidad de por medio. Como fuimos la primera generación, íbamos una vez por mes dos días, pero ahora las generaciones más nuevas van una vez cada 15 días un solo día, una jornada completa de 9 a 17 en la que hay talleres y estaban las pruebas presenciales, por un tema de darles formalidad a las pruebas y que hubiera un tutor mirando cómo se hacen las evaluaciones. Y el otro 70 % que es virtual es una plataforma dentro de la plataforma Moodle, que son plataformas de educación, donde a lo largo de los semestres cada uno de los cursos arranca la semana por ejemplo un domingo y se publica contenido. Se ponen los temas teóricos que se van a ver, ejercicios prácticos, se forman foros en los cuales se generan dinámicas entre los compañeros y los tutores, y uno tiene una semana para completar eso. Si yo lo quiero hacer todo junto en 24 horas, morirme con café, lo puedo hacer, y si no puedo ir haciéndolo en puchitos en los ratos que tengo libre. Por ejemplo en los horarios de almuerzo en el trabajo iba entrando a ver cuáles eran los temas que se estaban discutiendo. O cuando volvía para mi casa en el ómnibus iba viendo las clases en el celular con un paquete de datos. Entonces ya iba metiéndome, no cortaba nunca, no era eso de ir a clase, que me faltara el profesor… Yo ya estaba vieja para esas cosas, una vez fui a clase, me faltó el profesor y me enojé.









