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Entrevista central, miércoles 21 de setiembre: Álvaro Lamé

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EC —Son dos categorías distintas.

AL —Lo que estamos propiciando es regular el teletrabajo en relación de dependencia. Vemos todavía pocas posibilidades de regular el teletrabajo autónomo o independiente, el de aquella persona que vende productos, vende servicios para cualquier parte del mundo y cobra por PayPal. Si la persona quiere estar fuera del Uruguay, del circuito de los aportes o de la seguridad o cosas por el estilo, puede hacerlo. Entonces me parece que hay dos tareas importantes, y una es el teletrabajo en relación de dependencia, que es bastante más fácil de definir y de encajonar.

EC —Alguien que es empleado de una empresa pero no trabaja en la empresa.

AL —No trabaja en la empresa. La principal preocupación en este momento tiene que ver con que no existan contingencias. O sea, yo soy un trabajador a distancia para una empresa, trabajo desde casa, a las 7 de la mañana me levanté tranquilo, te mandé un par de mails sobre algún trabajo que estaba haciendo y a las 9 de la noche también. Todo eso está muy bien hasta que hay un conflicto. El día que hay un conflicto, yo tengo la documentación de que durante mucho tiempo trabajé de 7 de la mañana a 9 de la noche.

EC —Alguien puede argumentar que por haber mandado un mail a las 7 de la mañana y otro a las 9 de la noche trabajó todas esas horas, y eso no está claro.

AL —Exactamente. Tenemos que trabajar ese tipo de cosas, porque si queremos darle a la gente el beneficio de poder teletrabajar, también tenemos que darles a las empresas la seguridad de que hay un marco que lo regula y que protege a ambos, esa es la idea.

EC —Es interesante, la regulación del teletrabajo no la promueve el sindicato de teletrabajadores, que debería estar muy interesado en eso, sino que la promueven las empresas que trabajan con teletrabajadores.

AL —Se juntan dos cosas. Yo soy un enfermo del teletrabajo, ahora soy presidente de la CUTI, tenemos la realidad en el sector porque lo conversamos permanentemente con los colegas y con los empresarios, la gente quiere trabajar desde la casa, quiere tener esa flexibilidad, se da permanentemente y sucede. Como suceden otras cosas, porque en esta industria el vínculo de la gente que trabaja con las empresas es muy bueno, es una industria que paga muy bien, no hay desempleo. Eso obliga a mimar más a la gente todavía, lo cual me parece muy positivo, cuidarla, que no se te vaya, que no se te vaya a otra empresa. Cada vez que se te va alguien suben los costos de manera importante porque tenés que salir a buscar gente que está trabajando en otra empresa, no hay gente disponible en el mercado para decir “está sin trabajo, con una oferta normal está trabajando”. Es bastante más complejo. Por ahí es que empezamos a impulsarlo. No hay un sindicato de teletrabajadores, hay una asociación…

EC —Tengo un mensaje que habla de una asociación, incluso quien manda el mensaje dice: “Soy presidente de la Asociación Uruguaya de Teletrabajo y ya se ha analizado en ese ámbito el tema de la regulación, me gustaría hablar del asunto”, etcétera.

AL —Estamos trabajando en el tema con los asesores de la cámara e integrando a otros actores, así que perfectamente.

EC —¿La Asociación Uruguaya de Teletrabajo es un sindicato?

AL —Yo conocía que estaba la asociación, que se había formado, ya hace unos cuantos años, cuando arrancamos con el teletrabajo autónomo, pero no había seguido la evolución.

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