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EC —El informe de Almagro no se limita a analizar los componentes políticos del momento que atraviesa Venezuela, también se detiene en la crisis económica y social. Me gustaría conversar sobre eso. ¿Cómo es que Venezuela llegó a esta situación tan crítica? ¿Cómo explica el Gobierno lo que está pasando?
EJ —En ninguna parte de la Carta Interamericana Democrática se habla de que sean un motivo o causal de su aplicación, de su activación, situaciones económicas, sociales ni naturales. Habla simplemente de ruptura del orden constitucional. De manera que ese es un argumento desde el punto de vista jurídico no aplicable para invocar la Carta Interamericana.
Pero ciertamente en Venezuela hay una situación económica. ¿Cómo llegamos a esto? Varios elementos. En primer lugar, Venezuela tiene un problema estructural de producción, durante 100 años se acomodó a vivir de vender petróleo, de la renta petrolera. A pesar de los esfuerzos que hizo la revolución bolivariana, con mucho apoyo, entre otros países de Uruguay, por desarrollar una infraestructura agrícola, un método agrícola, una infraestructura industrial, etcétera, que fue creada en una década, no dio tiempo para superar una nueva caída de los precios del petróleo como la que comenzó a ocurrir en el año 2011.
EC —Usted conoce de estos temas, fue ministro de Agricultura y Tierras de Venezuela en el año 2012.
EJ —Estuve encargado, pero realmente estuve entre el 2006 y el 2009.
EC —Ahí está. Y fue ministro para la Economía Comunal de Venezuela entre 2003 y 2006. Estamos hablando de períodos largos, nos estamos remontando al 2003, 13 años atrás. ¿Cómo se explica que Venezuela no haya logrado superar estos problemas de producción, con la riqueza que por otro lado le suministraba el petróleo? ¿Cómo puede ser que siga teniendo necesidad de alimentos básicos como arroz, harina, pasta o carne? ¿Eso no es un fracaso serio?
EJ —No, no, no, no lo es. Porque en Venezuela en primer lugar durante toda la década de la revolución bolivariana se incrementó la producción nacional. Eso es reconocido por quien objetivamente quiera estudiarlo de esa manera. Las propias estadísticas de asociaciones de productores, grandes, pequeños, indican claramente que incluso logramos, hacia el año 2009, autoabastecimiento en arroz, en maíz, etcétera. Eso en paralelo fue acompañado de un proceso de expansión del consumo. Venezuela es un país cuyas grandes mayorías estaban excluidas precisamente del acceso a los alimentos básicos indispensables. La revolución amplió la capacidad de consumo, no solo de alimentos, sino también de productos industriales, todo ese tipo de cosas, pero no logró acompasar esa expansión del consumo con los elementos de la producción. La producción terminó siendo dependiente, a pesar de aumentar la producción industrial, la producción agrícola, no pudimos superar la dependencia de los insumos externos. Con la caída de los precios del petróleo, los insumos –semillas, agroquímicos, los productos industriales, los insumos industriales– se vieron disminuidos y eso efectivamente afectó la producción nacional.
EC —La caída de los precios del petróleo es algo relativamente reciente.
EJ —De tres años. Pero nuestra producción depende en buena parte de insumos extranjeros, históricamente ha sido así. Logramos incrementar la producción, pero no logramos eliminar la dependencia de los insumos extranjeros para la producción, allí hay un problema estructural. Podemos hacer autocríticas, si pudimos avanzar más rápido o no en la eliminación de esa dependencia, pero eso es lo que hay. Pero acompasada a esa realidad y a esos problemas estructurales, coyunturales, errores o ineficiencias que se pueden haber cometido para no avanzar más rápido, estamos hablando también de una estrategia, de una política de contrabando, de extracción de los bienes y productos hacia Colombia, de manera masiva, que obligó al cierre de la frontera, con lo que logramos contener ese desangramiento de los productos básicos de los venezolanos hacia Colombia. Hubo también una burbuja cambiaria hecha desde una plataforma digital en los EEUU, con apoyo y validación del Banco República de Colombia, que nos fijó una tasa paralela del tipo de cambio, con lo cual se distorsionaron todos los valores de la economía. Entonces hay problemas estructurales, hay errores cometidos y hay también un ataque a nuestra economía.
Eso nos llevó a la situación en la cual el abastecimiento es complicado, pero en ningún caso en Venezuela se puede hablar ni de hambruna, ni de desatención en la protección social.
EC —El índice de escasez de la canasta básica está en 56 % en promedio, 70 % para algunos rubros. Pero además veamos los precios: un kilo de arroz equivale a un día de trabajo, según el salario mínimo.
EJ —No, yo no podría afirmarlo.
EC —Es la información que ha estado circulando a partir del informe de Almagro.
EJ —El informe de Almagro está hecho en base a Twitter. Ciertamente hay un problema de inflación, pero no se puede validar una cosa así.
