Entrevista con la vicepresidenta de la República, Lucía Topolansky
EN PERSPECTIVA
Miércoles 24.01.2018, hora 8.00
ROMINA ANDRIOLI (RA) —Miles de personas se movilizaron ayer por la tarde en el centro del país. Todo comenzó a partir de un grupo de productores agropecuarios autoconvocados, a los que en pocos días se les fue sumando gente.
(Audio Federico Holzmann.)
Prendimos una llama y el fuego se extendió por todo el país de una manera increíblemente veloz. Mucho tiempo juntando frustraciones y pechando con piedras en el camino. Algún día, una pequeña chispa iba a encender.
Estamos todos cansados de que se ignore nuestra voz, pero no se nos ignora al momento de cobrar nuestros impuestos. La sensación de ausencia de todo el sistema político ha hecho que hasta la más humilde tome los últimos pesitos guardando para algunas urgencias.
(Fin.)
RA —El Poder Ejecutivo primero desestimó un poco la protesta. Luego, con los días, trató de desactivarla acelerando una reunión de las gremiales con el presidente Tabaré Vázquez. Pero el volumen de la movilización continuó creciendo hasta llegar a su punto más masivo ayer martes en el predio de la Sociedad Rural de Durazno, en Santa Bernardina.
Vamos en busca de la visión y el análisis del gobierno. Estamos en comunicación con la vicepresidenta Lucía Topolansky.
¿Qué análisis hizo de la movilización de ayer?
LUCÍA TOPOLANSKY (LT) —Lo primero, todavía no tenido acceso a la lectura de los discursos –me imagino que estarán impresos–, y de la proclama he oído fragmentos, titulares. Ese va a ser el material de estudio que vamos a abordar en los próximos días. Digo de estudio porque de cualquier medida que se proponga hay que estudiar su viabilidad, sus costos. Ahora me estaba haciendo la idea, por las últimas informaciones que estaba teniendo, de que los interlocutores son los cuatro oradores. Pienso yo, porque se precisa discutir con alguien.
RA —Eso puede ser una novedad. ¿El Poder Ejecutivo está dispuesto a…?
LT —No, no estoy hablando del Poder Ejecutivo. Yo soy presidenta del Poder Legislativo. El Poder Legislativo desde diciembre está trabajando en la cuestión del agro. Es más, siempre trabaja, en diciembre se empezó a trabajar el problema más acuciante que había en el momento, que era el problema de los tambos. El Poder Ejecutivo mandó una propuesta, esa propuesta se estudió, se convocó a las gremiales, las gremiales pidieron tiempo –fueron las propias gremiales que pidieron tiempo para agregarle cosas– y en diciembre se acordó. Yo escuchaba ahora su programa y se informaba con poca claridad, mucho antes de que existiera este movimiento, esta convocatoria de ayer, se decidió que el 23 de enero se reunía la comisión del Senado para seguir con ese tema. Fue previo. La comisión del Senado tuvo el inconveniente de que su presidente, el senador Besozzi, no quiso cumplir con la convocatoria, entonces se convocó por firmas, que es el otro mecanismo que tenemos. Del sector, ni Besozzi ni Larrañaga ni Bianchi concurrieron, sí concurrieron el senador Delgado y los compañeros del Frente Amplio y se recibió al ministro de Ganadería, […] subsecretario de Economía. La propuesta se siguió trabajando y se decidió convocar a las gremiales el jueves.
Ahora bien, en las comisiones parlamentarias –esto no es ninguna novedad, es sabido desde siempre– se recibe a todos los que pidan ser recibidos. Entonces no hay ningún drama si los autoconvocados –los llamo así no por usar un término anónimo, sino porque no sé a quién dirigirme–, o los cuatro que hablaron, que capaz que son…
DANIEL SUPERVIELLE (DS) —Ellos se denominan así, autoconvocados.
LT —Sí, ya sé, pero ¿cuál es el mail de un autoconvocado? Es un poco difícil. Entonces capaz que los cuatro que hablaron quieren ir a las comisiones de Ganadería de las dos cámaras, esta presidencia del Senado está abierta a escuchar a todos los sectores. Capaz que hay autoconvocados lácteos que no integran las gremiales o no se sienten representados por las gremiales lácteas y quieren plantear otras cosas en ese trabajo, bienvenidos sean, como siempre ha sido en el Parlamento, en esto no hay ninguna novedad. Lo mismo si yo después sigo trabajando mesa a mesa. Porque el problema de las soluciones globales es que pueden solucionar a un sector pero no a otros, pueden solucionar a un sector y perjudicar a otro, etcétera. El mirar sector por sector es empezar reconociendo que el campo es diverso, que la cuestión agropecuaria es diversa y por tanto los problemas son diversos y las soluciones también. Y nosotros tenemos la más amplia voluntad de diálogo, eso no se puede dudar. Ahora, si el asunto es tómalo o déjalo, es otra situación.
