LT —Yo ayer escuché a un productor que entrevistaban y dijo que la crisis del 2002 fue por el endeudamiento y el atraso cambiario. Ese señor no se dio cuenta de que la crisis del 2002 fue porque se cayó la banca.
DS —Hubo varios factores además.
LT —Cuando se cayó la banca –Banco de Galicia, los Peirano, etcétera– en el 2002, se cayó todo después. Hay algunos sectores de la economía que si se caen después se cae todo. Pero no hagamos fundamentalismo tampoco.
DS —Por eso le preguntaba, él dijo “se cae el agro, se cae todo”. ¿Esto puede ser una oportunidad, la manifestación de ayer?
LT —Me gustaría discutir ese concepto con Blasina. Yo estoy dispuesta, mire que he recibido en mi despacho a 40. A ver si realmente, o si la banca se cae no se cae nada. Abramos la cabeza a la complejidad, porque simplificar los problemas es la mejor manera de no solucionarlos. Los problemas tienen complejidades que hay que abordar.
DS —Claramente estamos ante un tema complejo, ya la declaración final de ayer fue bastante compleja porque tuvieron que amalgamar creo que 180 cooperativas, organizaciones, asociaciones. La proclama final que leyó Landi –que sería bueno que la lea también– es compleja, hay muchísimas reivindicaciones.
LT —Había asociaciones, pero ¿cómo estaba firmada esa proclama?, ¿por asociaciones o por autoconvocados?
DS —Por los autoconvocados.
LT —Entonces asociaciones no había.
DS —Las asociaciones participaron en la redacción de esa declaración final.
LT —¿Vio qué lindo? Esto cada vez me gusta más, porque ahora tenemos bien la complejidad del sector social.
DS —Es muy complejo, evidentemente.
LT —Hay gremiales, asociaciones y autoconvocados. Está muy bien. Con ese universo queremos discutir. Pero tenemos que saber cómo convocar a algunos, me gustaría que me pasaron los mails. Las comisiones de Ganadería, Agricultura y Pesca de las dos cámaras perfectamente pueden sentarse a dialogar. En diciembre en las dos cámaras votamos que todas las comisiones del Senado y de la Cámara de Diputados están autorizadas a trabajar durante el receso, así que no hay ningún inconveniente formal. Y trabajemos, el desafío ahora es trabajar, el desafío no es otro que trabajo. Por eso comparto la consigna “arriba el trabajo” que usted mencionaba.
DS —Yo no lo decía, lo decían unos colonos que estaban adelante de la tribuna.
LT —Yo la comparto, “arriba el trabajo”, ahora sentémonos a trabajar, mirando: esta medida se puede ejecutar así, qué costo tiene, precisa iniciativa, no precisa, afecta a otros sectores, no los afecta. Hay que mirar todas las partes, porque alguien de un sector, puede ser un gremialista, un autoconvocado, un sindicalista, alguien de una comisión de fomento, no tiene la obligación –aunque sería mejor que lo hiciera– de mirar el todo, pero el legislador tiene la obligación, el gobernante tiene la obligación de mirar el todo. Porque si yo disparo el precio del dólar y se me cae quiero ver qué dice la gente del turismo, pero además se me dispara el endeudamiento. Entonces tengo que sentarme a ver cómo puedo hacer esos equilibrios. Eso es lo que tengo que dialogar, con numeritos, con tranquilidad, con mucho respeto, porque yo prescindo de todos los bolazos de WhatsApp, que parece que hubo unos cuantos, no voy a estar contestando porque son los desbordes clásicos. Saco la sustancia, que capaz que se resume en esas 10 mochilas o en esa declaración. Por eso lo que quiero es leer los discursos con tranquilidad, leer la proclama con mucha tranquilidad, conversarla, discutirla. Esto es como las pruebas PISA, sale ese informe, que son 500, 600 páginas, y a los cinco minutos ya están los opinólogos. No quiero caer en eso, nunca lo hice y no quiero hacerlo. Quiero estudiar el tema, eso es lo único que me garantiza el resultado.
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Transcripción: María Lila Ltaif
